𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shouta

Capítulo XXI

[平穏]
——•——

AIZAWA SE SENTÍA COMO EN UNA ENCRUCIJADA. Por un lado estaba encantado con ver a Akane sonreír, ver como se le formaban hoyuelos en sus mejillas tintadas de rojo. A veces se reía mucho y se le escapaban las lágrimas mientras una profunda y sonora risa inundaba la habitación, era algo bonito de ver. Pero por otro lado, le frustraba de una manera que ni siquiera llegaba a comprender el hecho de que Rush fuese el causante de la felicidad de la albina.

Los miró a ambos, ella sentada con las piernas cruzadas en la cama de hospital y él en su silla de ruedas, Rush le contaba chistes malos y Akane negaba con la cabeza dejando escapar como mínimo una pequeña sonrisa. Quizás era porque él y el castaño no habían empezado con buen pie, o porque le incomodaba la cercanía que tenía con Akane, la cuestión era que allí, apoyado en el marco de la puerta mirándolos, sentía que sobraba. No quería irse, pero él lo único que había hecho era causarle problemas así que quizás las cosas eran mejor así.

Pero entonces Akane le miró y le sonrió haciendo que él desechara al instante el pensamiento de irse. Rush también se giró a mirarle pero en su caso con el ceño fruncido, no le agradaba nada Aizawa y, como un niño pequeño al que no le gusta el brócoli, no se molestó em ocultarlo.

—Oye, que has venido a visitarme a mí, ya tendrás tiempo de sobras para mirar a tu novio.— Akane rodó los ojos con las mejillas sonrosadas, se había acostumbrado a esa broma inofensiva y ya ni siquiera le molestaba, pero él nunca la había hecho estando otra persona presente, y mucho menos si esa persona era Aizawa. Así que eso hacía que la broma se volviera incómoda tanto para ella como para el azabache. —Eres consciente de que tengo treinta y un años, ¿Verdad?—

—Siempre he sabido que a Akane le gustan mayores.— Ella le pegó para que se callara de una vez, estaba completamente avergonzada y asustada por cómo Aizawa podía reaccionar ante las estúpidas bromas de Rush. En vez de enfadarse o incomodarse, él sonrió de medio lado y negó con la cabeza como quien escucha un comentario inapropiado de un niño pequeño. —No deberías hacer ese tipo de bromas, chico.—

—Tengo nombre.— Dijo con molestia y frustración, lo miró con odio deseando tener ojos láser para poder matarlo, pero si le hacía algo malo al héroe, era seguro que Akane se enfadaría con él. Aizawa le miró con el mismo odio y molestia. —No me importa.—

—¿Podéis parar de comportaros como niños de preescolar?— Rush bajó la mirada y susurro un "No" haciendo que Akane le diera otra colleja. Se pasó la mañana allí, junto a dos de las personas más importantes de su vida, con risas y juegos. Era como si se hubiera metido en una burbuja donde nada malo podía hacerle daño, pero cuando un médico les echó de la habitación porque estaban alterando demasiado a Rush, tuvo que volver a la realidad.

—Gracias por acompañarme.— Iban de camino a casa, caminando tranquilamente el uno al lado del otro. Ambos eran conscientes que la calma que habían tenido durante los últimos días no era duradera, en menos de una semana Akane empezaría a estudiar en la Yūei y Aizawa volvería al trabajo. Mentiría si dijera que no estaba asustada, las cosas iban demasiado rápido y ella ya no sabía cómo debería sentirse. ¿Feliz por ver a Rush mejorar poco a poco, deprimida por todas las muertes de seres queridos que aún le pesaban, emocionada por empezar el curso de héroes, o triste por no haber acabado de arreglar las cosas con Aizawa?

Sí, habían hablado y él se había disculpado mil y una veces, pero Akane seguía dolida y, por mucho que se esforzaba en ocultarlo, cada vez que miraba a Aizawa recordaba la horrible pelea que habían tenido. Eso era algo que le costaría olvidar. Pero ahora su mente estaba dejando atrás el pasado para pensar en lo que le depararía el futuro, estaba tan nerviosa por empezar las clases. El director Nezu le había dicho que la asignarían a la clase de tercero A pero como ella no había cursado ni primero, ni segundo, asistiría a algunas clases de primero con All Might y haría clases extra con Aizawa quien se había prestado voluntario junto a Mic. Akane no tenía palabras para describir lo agradecida que estaba con todos aquellos héroes que se habían esforzado tanto en ayudarla.

Cuando llegaron se limitaron a disfrutar de aquellos efímeros momentos de paz que, en unas vidas como las suyas, eran difíciles de encontrar. Comieron tranquilamente, sin prisas, sentados el un frente al otro sin necesidad de decir palabra, solamente disfrutando de la mutua compañía.

Cuando ya hubieron terminado de comer, Aizawa se sentó en el sofá, se envolvió con una manta y esperó a que Shota el gato se tumbase a su lado. Cuando el gran felino se hizo una bola y empezó a ronronear, la respiración de Aizawa se fue relajando hasta acabar cerrando los ojos. Akane lo observó desde el marco de la puerta del comedor, con una pequeña sonrisa y unas inmensas ganas de acurrucarse a su lado, pero su teléfono comenzó a sonar. Fue a buscarlo lo más rápido que pudo para que el sonido no despertase a Aizawa, cuando lo alcanzó él seguía profundamente dormido pero el gato se había despertado y ahora la miraba con molestia. —¿Sí?¿Quién es?—

—¡¿Qué quién soy?! Pues tu locutor de radio favorito.... PRESENT MIC.— Akane alejó el teléfono de su oído para evitar quedarse sorda. Cuando el rubio ya se hubo calmado le propuso ir al centro comercial a comprar todo aquello que iba a necesitar para empezar las clases y de paso comprar ropa, no podía ir todo el día vestida con las camisetas de Aizawa por mucho que le gustasen. Sin nada mejor que hacer aceptó. —Vale, Aizawa está durmiendo, le dejaré una nota en un post-it.—

—¡Nos vemos!— No es que a Mic le molestase que Akane pasase mucho tiempo con Aizawa, es más, le encantaba que su ojeroso amigo socializase más, pero muchas veces se sentía incómodo cuando estaban los tres solos. Akane y Aizawa siempre parecían entenderse y ambos tendían a ignorar al resto de gente cuando se encontraban juntos. Y eso, en cierta forma, le hacía sentir que estaba de sujetavelas. No quería tampoco pensar mucho en ello porque no deseaba criticar la cercana amistad que tenía su amigo con la albina, pero tampoco era algo que pudiera ignorar. Así que, para dejar de ir de carabina, decidió que a partir de entonces quedaría con ambos de manera individual. Y el primer paso para conseguir eso, era pedirle a Akane que le acompañara a comprar justo a la hora en la que Aizawa se echaba la siesta, de esta manera, ella se vería obligada a ir sola.

Sonrió complacido cuando la vio acercarse a él en la entrada del centro comercial, su plan había funcionado. Ahora solo le quedaba reforzar su amistad con la albina, pero las cosas no salieron como él había previsto y, cuando ya hubieron hablado de los temas banales, ambos se quedaron en silencio. A Akane no le importaba, disfrutaba bastante del silencio, pero Mic era alguien para quien el sonido lo es todo así que siempre se veía obligado a decir cualquier cosa siempre que había silencio. -Oye, ¿Quieres oir un chiste?-

Mientras recorría el sinfín de tiendas junto a Mic, escuchando sus chistes malos y comprando más cosas de las que necesitaba en un principio se cruzaron con un chico. Cabello morado y ojos adornados por unas profundas ojeras, saludó a Mic y se giró a ver a Akane, extendió su mano y se presentó. —Hola, me llamo Hitoshi Shinsou.—

——•——

I'm back!! Antes que nada, feliz año nuevo. Espero que hayáis disfrutado de las Navidades y ojalá 2019 sea mejor que 2018.

Estos días he estado con un severo bloqueo creativo, entre que me he pasado todo el tiempo rodeada de comidas familiares y que no sabía cómo continuar esto, no he actualizado nada y lo siento.

Por otra parte os traigo la sorpresa de Hitoshi. ¡Ja! A que no os esperábais que apareciera.

Bueno, esto es todo, me despido y me voy.

*平穏 significa calma, paz.