𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shouta

XLIX: PARENTHOOD

Akane no sabe qué pensar cuando Aizawa la llama una tarde después de una misión y le dice que va a traer una niña a casa. Akane no sabe qué pensar porque esto no es un gato abandonado que se ha encontrado por la calle, es una niña. Así que se pasa el resto de la tarde parada frente a la puerta esperando a que lleguen para decirle que no pueden hacerse cargo de una niña, solo tiene dieciocho años y Akane no tiene ni la menor idea de cómo cuidar a una niña. Tiene miedo y se siente insegura pero cuando la puerta se abre y la ve ahí, agarrando con temor la mano de Aizawa, el nudo que Akane tiene en su garganta se cierra aún más.

Ella la mira con miedo y fascinación y Akane le devuelve la mirada. Es como... Es como ella, como era ella de pequeña bajo el temor de los castigos de su madre. Tiene los ojos rojos, como ella. El pelo blanco, como ella. La piel pálida y la expresión dulce, exactamente como ella. Es como se imaginaría que sería su hija si Akane se imaginase alguna vez su aspecto. Aizawa pone las manos sobre los hombros de la niña y la pone delante de él. —Akane, esta es Eri. Eri, esta es mi novia, Akane.—

Y en ese momento Akane sonríe y la idea de no permitir que Eri viva con ellos le parece de repente absurda e imposible de imaginar. Se agacha a su altura, le sonríe y piensa hacer lo posible por criar a aquella niña mucho mejor de lo que su madre había cuidado de ella, piensa cuidarla como si fuese suya.

[...]

Akane tiene veinticuatro años cuando el médico le dice que está embarazada. Cuando vuelve a casa no sabe qué hacer ni qué decir, Eri le está enseñando lo que ha hecho hoy en clase a Aizawa, Mic está cocinando mientras intenta evitar que Rush se coma sus ingredientes. Akane nos mira en silencio, todavía no ha procesado todo lo que esa situación significa para ella. Está embarazada, hay una pequeña criatura creciendo en su interior... Como un xenomorfo. Esa es la única imagen que le viene a la mente, un alien en sus entrañas. Está asustada pero por alguna extraña razón no puede evitar sonreír.

—Akane... ¿Ocurre algo?— dice Aizawa dejando de atender a lo que le dice Eri, hay una mueca de preocupación en su rostro. Akane sigue sonriendo y suspira como si se le hubiera olvidado como hablar, se acerca y le mira a esos ojos adornados por unas profundas ojeras que tanto le encantan. Sabe que el bebé que crece en su barriga es de Aizawa, lo sabe pero aun así sigue sin poder procesar toda la situación, Aizawa va a ser padre, Aizawa va a ser padre de su hijo. Ella va a ser madre.

Por un momento Mic y Rush deja de discutir y la observan esperando a que diga lo que tiene que decir, Aizawa la observa también expectante con Eri sentada a su lado. Akane abre la boca, la cierra, traga en seco y la vuelve a abrir. —Estoy.... Estoy embarazada.—

Nadie dice nada. El agua que hay en una olla en el fuego empieza a hervir pero nadie le presta atención. Todos los ojos están en Akane pero los de Akane están solamente en Aizawa. Él está completamente estático, con los ojos abiertos de par a par, rígido como una estatua incapaz de hacer movimiento alguno. Se levanta de golpe y se para frente a Akane, ella ya no sabe qué pensar, no sabe como va a reaccionar pero entonces ve que Aizawa tiene un brillo singular en los ojos. Él abre la boca, la cierra, la vuelve a abrir pero no le salen palabras, la cierra y simplemente sonríe como si fuese incapaz de expresar con palabras lo que siente en ese momento. Abraza a Akane entre sus brazos con fuerza ocultando su sonrisa en su cuello, Akane sonríe y le besa.

—Me apuesto 12000¥ a que es un niño.— dijo Rush en un susurro a Mic, él aceptó la apuesta y se acercó a abrazar a Akane y a Aizawa, Eri ya estaba pensando en nombres para sugerir a la pareja mientras Rush le recriminaba a Aizawa el haber preñado a su amiga.

[...]

Cuando el médico le dice que no es uno sino que son dos Akane entra en absoluto pánico, nada de lo que el médico o Aizawa digan puede atenuar sus gritos. —¡SON DOS AIZAWA!¡DOS!¡NO CABEN POR AHÍ, ME VAN A MATAR!—