[治癒]
——•——CUANDO LLEGARON A CASA YA HABÍA ANOCHECIDO. Ambos estaban completamente empapados y temblaban del frío. El gato negro de Aizawa los recibió con un cordial saludo y mantuvo las distancias para evitar mojarse. Akane ya no sentía ni los dedos de los pies, tenía los labios morados y las heridas se le habían reblandecido bajo las vendas, la carne a medio cicatrizar se había humedecido y ahora estaba tierna de manera que fácilmente podría coger uma infección. Aún así, Akane no se quejó, no pidió que él le curase las heridas ni que le diera una toalla para secarse, pero no hizo falta qur ella dijera nada.—Espera aquí.—
Aizawa desapareció entre los pasillos de su casa dejando a Akane sola con el minino, este la miraba atento y curioso. Cuando Aizawa volvió, vió como su gato la olfateaba y sonrió. —Toma, sécate. —
—Con cuidado, aún he de curarte las heridas.— Al tenderle él la toalla, Akane no tardó en envolverse en ella deseperada por recuperar el calor perdido, entonces se permitió soltar un suspiro de alivio. Aizawa la guío hasta el comedor, le pidió que se sentase en el sofá y encendió un calefactor que tenía allí para los días fríos. Cogió un botiquín que había sacado previamente del baño y fue sacando todo lo que le pareció que pudiera necesitar. —Quítate la ropa.—
Akane lo miró dudosa durante unos segundos, le ponía nerviosa el mero hecho de pensar en ella en ropa interior delante de Aizawa, pero aún así obedeció, entre la vergüenza y el frío de la ropa empapada, prefirió la vergüenza. Se quitó como pudo la ropa del hospital procurando no rozar las heridas y Aizawa comenzó a examinarla.
Tenía varias cicatrices por el cuerpo, algunas de hace años, de las palizas de su madre o de los duros entrenamientos, y otras recientes como la de la herida en la zona de las costillas que se había hecho en Chisanamura, esta última estaba de un tono mucho más rosado que las otras. Aizawa comenzó por quitar las vendas de sus brazos, muy despacio, procurando que la costra humedecida no se arrancase con la venda, en algunos casos no pudo evitarlo y Akane soltó un pequeño suspiro de dolor al sentir cómo se volvía a abrir la herida.—Lo siento.—
—Esto te va a doler.— Y tenía razón. Mojó una gasa en alcohol medicinal y la pasó despacio por las heridas para desinfectarlas. Akane apretó los puños y los dientes con fuerza, ardía, escocía, pero sabía que era mejor eso que el dolor de una infección. Después puso un poco de crema por encima de estas, apesar de estar fría, Akane suspiró con alivio al sentir como las heridas dejaban de arder, por último, volvió a envolver sus brazos con vendas. Repitió todo este proceso con las heridas de las piernas y al acabar había una montaña de vendas humedas y sucias al lado de ambos. —Ya está, solo queda una.—
—Esta dolerá más, ¿Verdad?— Él asintió, era la herida de la operación a corazón abierto que le había tenido que hacer por las lesiones internas causadas por el ataque de All For One. Los detalles de aquella pelea aún eran borrosos para Akane, los recordaba, pero al pensar en ellos se sentía como si estuviera viendo una película, como si todo aquello no le hubiese sucedido a ella, y aún así, le había sucedido. Era una sensación extraña. Aizawa miró a Akane, ya había vuelto a la normalidad, ya volvía a tener esa mirada de seriedad y esa fuerza que la hacía parecer inquebrantable. Pero él sabía que aquello era solamente una coraza, la Akane que había visto en el parque era la de verdad, aquella con las rodillas llenas de barro y el corazón a la vista de todos, aquella que parecía una niña asustada y perdida, buscando desesperadamente a unos padres que no volverían a por ella. —Si quieres que pare, dímelo.—
Ella asintió dudosa al sentir cómo retiraba la gasa que había en el centro de su pecho, entre sus pechos, Akane contuvo la respiración. Allí había una larga cicatriz quirúrgica, con la forma de una fina línea recta, estaba de un tono rojizo e irritado que contrastaba con la piel pálida de Akane. Él tragó en seco y se concentró en hacerle el menor daño posible, deslizó la gasa por la piel y Akane soltó un quejido, miró hacia otro lado y concentró toda su atención en el gato de Aizawa, quizás pensando en otra cosa le dolería menos. Al terminar Aizawa colocó una nueva gasa encima de la herida y la enganchó con esparadrapo. —Ya está, no ha sido tan malo.—
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𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shouta
FanfictionHERO *.°• 𝘊𝘙𝘐𝘔𝘚𝘖𝘕 𝘈𝘒𝘈𝘕𝘌 solamente quería proteger a la gente, salvarlos y ser un símbolo de la esperanza que tanto necesitaba. ( bnha | violence | slow-burn aizawa shouta x oc ...