𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shouta

Capítulo VI

[ラッシュ]
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DEBERÍA GRITAR, debería llamar a  Aizawa para que viniese corriendo a atrapar a ese villano, debería luchar contra él y detenerlo por infringir la ley, pero no lo hizo. Era su mejor amigo y estaba vivo, así que por un momento olvidó el hecho de que ella estaba del lado de los héroes y él del lado de los villanos para lanzárse a sus brazos. Quizás cualquier otro día Akane hubiese hecho lo correcto, pero hacía apenas unas horas había visto el cadaver de su hermano así que ahora no estaba muy por la labor de hacer lo correcto.

— Rush,— No le importaba el hedor a basura que desprendía, ni el hecho de que le dolía la herida de las costillas al estirar los brazos para abrazarlo, lo que importaba era que estaba vivo. —Creía que estabas muerto.—

—Mala hierba nunca muere.— El joven era un villano, sí, pero apenas había dado sus primeros pasos en el mundo del crimen, su padre, un hombre estricto dueño de una franquicia de lavanderías, era un mafioso. Contrabando, chantajes, sobornos, apuestas ilegales, todo era coordinado por él al norte de Tokio, ese era su territorio. O al menos, ese solía ser, al cumplir Rush los dieciocho años se retiró del negoció y se fue a vivir al tranquilo pueblo de Chisanamura, Rush era aún muy joven e inexperto en los temas de la mafia así que apenas era el chico de los recados y poco más, en alguna ocasión había estado presente durante el soborno de algún policía, e incluso hubo una vez donde estuvo involucrado en un tiroteo. Pero aparte de eso, apenas era un crío de veintiún años en un mundo que le iba grande.

— ¿Dónde has estado?— Podría haberse ido a refugiar a alguno de los cuarteles de la mafia, sabía que allí sería bien acogido, el nombre de su padre aún era visto con respeto y todos esperaban que Rush fuese igual que él, pero no quiso. Había presenciado en primera línea como Doom mataba a su padre y aquello le había afectado más de lo que se permitía mostrar, sonrió como si nada hubiera pasado. —Pues por aquí, te presento mi suit presidencial del hotel de lujo "Callejón que da miedo".—

—Acogedor, ¿verdad?— dijo con una sonrisa mientras bromeaba y señalaba los cubos de basura y las farolas que parpadeaban amenazando con apagarse. Akane lo miró negando con la cabeza divertida.

—¿Te apetecería pasar la noche conmigo? Te prometo que las ratas no te morderá demasiado.— El joven es de ese tipo de personas que no puede evitar coquetear, no importaba que estuviera en un callejón oscuro siendo perseguido por heroes, rodeado de basura y excrementos de rata. Es alguien carismático de naturaleza, de aquellos que te agradan apesar de ser auténticos idiotas. —Paso, ya tengo con quien quedarme.—

—Uy, así que la albina tiene novio. ¿Debería estar celoso?— Alzó las cejas insinuante y sonrió pícaramente, Akane hizo una mueca parecida a una sonrisa. Cómo sonreír cuando hace apenas quince minutos has tenido un ataque de ansiedad, es un buen título para un libro, Akane lo compraría. Revolvió el cabello castaño del mayor con cariño. —Eres idiota.—

—Me rompes el corazón, pequeña.— Rush hizo con sus manos la forma de un corazón roto y se secó una lágrima falsa con dramatismo. Akane oyó ruido a lo lejos y se puso alerta, Rush dejó de hacer bromas. —Será mejor que te vayas, hay un héroe rondando por aquí.—

—Sí, ya lo sé. Ha borrado mi habilidad.— dijo el rubio frustrado, normalmente habría huido de allí saltando, su habilidad era que sus piernas eran como dos muelles, era capaz de saltar hasta cuarenta metros de alto si se lo proponía, un patada suya en el pecho te rompería las costillas. Pero sin su Kosei, era más bien inútil defendiéndose. Él se levantó y se quitó el polvo de la ropa. —¿Y tú qué haces en un barrio tan malo como este vestida como Rocky? ¿Has decidido salir a entrenar a las tres de la mañana?—