Capítulo XXIII

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[悪役]
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TODOS, EN ALGÚN MOMENTO DE NUESTRA VIDA, hemos deseado ser otra persona. Vivir en la piel de alguien más, alguien que no tenga nuestros defectos, alguien que, a nuestros ojos, es perfecto. Y eso no tiene nada de malo, el hecho de poder admirar las virtudes de los demás nos ayuda a apreciarlos, pero si ese deseo de se otra persona llega a más, se convierte en una obsesión enfermiza de la que no se puede sacar nada bueno.

Solo hace falta ver a las modelos obsesionadas con sus operaciones estéticas, a los culturistas y a las anoréxicas, todo por llegar a un ideal inalcanzable. ¿Y todo porqué? ¿Porque no te gusta lo que ves en el espejo? No, es algo más, es mucho más complejo y retorcido que el simple hecho de no gustarte. Es tener a tu propia mente en tu contra, susurrándote cosas al oído que no le dirías ni a quién más odias, juzgandote y torturandote como si merecieras sufrir. Lo peor de todo es que tu mente no trata igual a los demás, a tí te castiga como si fueses la peor basura y en cambio a los demás los pone en un pedestal, los alaba, los señala y te dice: "tú no eres como ellos, ellos son hermosos, buenos; tú eres escoria". Y lo peor es que le crees cuando te dice eso.

Yagami Takeshi conocía muy bien ese sentimiento y ese odio propio. Se odiaba, tanto a su cuerpo como a su personalidad.

Era un chico bajito, esquelético, débil, con la piel tan sensible que le salían ampollas cuando le daba el sol (por eso nunca podía ir al parque a jugar con los otros niños), su piel pálida era de un tono enfermizo y sus labios siempre estaban curtidos. A parte de su aspecto, Takeshi odiaba su nombre, Yagami Takeshi, tanto su primer nombre como su apellido eran de los más comunes en Japón, no tenía un nombre alucinante digno de un protagonista de un anime de acción, tenía nombre de personaje secundario que no sale más de dos minutos en toda la serie.

Pero si había algo que Takeshi odiase por encima de todo, mucho más de lo que odiaba su aspecto y su nombre, era su personalidad. Era incapaz de entablar una conversación que durase más de cinco palabras, se ponía nervioso, sus manos empezaban a sudar y entraba en pánico, era ansioso, temeroso, cobarde y extremadamente tímido. Todo eso le llevó a ser el objetivo de las burlas de sus compañeros, no les culpó por ello, se odiaba tanto que creía sinceramente que se lo merecía.

Como todos los chicos de su edad, Takeshi tenia ídolos, personajes a los que aspiraba parecerse, y él deseaba con toda su alma parecerse mínimamente a los superhéroes de los mangas que leía todas las noches. Eran héroes valientes, villanos carismáticos, galanes, increíbles, astutos, descarados, y sobre todo, eran completamente opuestos a él.

Entonces decidió crear a su propio personaje de cómic, su alter-ego, distinto en todos los aspectos. Un hombre altivo, osado, orgullosos, confiado, burlón, fuerte, alguien capaz de conseguir cualquier cosa. Un hombre al que llamó Doom.

Ese personaje era un villano, era lo que más cuadraba con la personalidad que Takeshi le había otorgado. Su vida pasó a estar enfocada completamente a ese ideal, dejó el instituto y se dedicó a pasarse las noches en vela escribiendo historias sobre él, dándole un trágico pasado, diseñando su traje de villano e imaginando su Kosei. Deseaba tanto ser Doom, tener su confianza y su bravuconería, y un día, sin saber siquiera cómo, se convirtió en él.

Fue un jueves por la noche, en uno de los barrios donde estaban asentados los guetos y las mafias, ni siquiera recordaba porqué había ido allí en primer lugar. Iba por un callejón oscuro, apareció un hombre con intención de atracarle y darle una paliza. Sin saber siquiera cómo, se defendió, cogió una tubería del suelo y le pegó con fuerza en la cabeza. Una y otra vez, una y otra vez, estaba ciego por el miedo, su corazón iba a mil y estaba aterrado. Cuando recobró la razón se vio a sí mismo en un callejón, armado con una tubería junto al cadáver de um hombre con el cráneo abierto.

Entró en pánico, comenzó a llorar y se meó encima. Iba a ir a la cárcel, iba a ser violado en la cárcel e iba a morir entre rejas, volvería a ser el objetivo de burlas y todos los presos se meterían con él, no quería volver al infierno que había vivido en el instituto. Por su cabeza solo iba una pregunta: ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿QUÉ HAGO?

¿Qué haría Doom? Bueno, con su sadismo y su poca empatía probablemente se reiría a carcajadas al ver el cadáver, haría algún comentario gracioso y saborearia el momento. ¿Y qué haría después? Se desharía del muerto, por supuesto.

Ese primer asesinato fue como apretar un botón para cambiar completamente su manera de pensar y actuar. Takeshi no había desaparecido, su personalidad seguía oculta bajo la pregunta de qué haría Doom, pensaba en lo que él pensaría, decía lo que él diría y hacía lo que él haría. Era como una marioneta de su propia creación.

No existía la posibilidad de volver a ser él mismo, cada acto que cometía, cada barbarie que llevaba a cabo era con el nombre de Doom, si se deshacía de él entonces él sería el monstruo detrás de todos aquellas atrocidades y Takeshi no podría soportar algo así. Ryūsei Crimson estuvo muy cerca de conseguir que se mostrase tal como era realmente, débil, cobarde y vulnerable. Era un buen amigo y Takeshi le apreciaba como a un hermano, pero Doom no era amigo de nadie.

Durante algunas noches, si los integrantes de la Liga de Villanos se quedaban en silencio a escuchar, podían oírlo llorar. Había matado a su mejor y único amigo, había torturado a su hijo hasta la muerte, había violado y matado a su mujer, y ahora iba a ir a por su hija. Quería parar y quería morirse, pero Doom era su máscara y cuando te pasas demasiados años oculto detrás de una, acabas olvidando como eres realmente.

En aquellas noches de lucidez, Takeshi deseaba haberse suicidado tal como le decían sus antiguos compañeros de clase.

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Well, well, well. Antes de que Akane empiece las clases y vosotros os olvidéis de que Doom sigue por allí suelto, quería recordaros que está en libertad y listo para vengarse de Akane. Personalmente, no me gustan los villanos que son malos porque sí sin ninguna razón como los de Disney, y después de ver la película de El Protegido me inspiré así que aquí tenéis los orígenes de Doom.

*悪役 significa villano.

𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shoutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora