Capítulo XLI

3.2K 390 74
                                    

[ストーカー]
---•---

HABÍA UNA RAZÓN POR LA QUE ODIABA A AKANE. Más allá del rencor que sentía hacia su padre y el desprecio que sentía hacia su madre, Takeshi odiaba personalmente a Akane. Sentía un profundo odio puro y visceral hacia ella, la odiaba más de lo que se odiaba a sí mismo.

La veía ir al instituto con su uniforme, la veía sentarse en la cantina a charlar con sus amigos, la veía entrenando o tomando notas en clase, la seguía cuando salía con Rush o con Mic, la seguía cuando iba de compras con Midnight y la observaba salir con Aizawa. Y cada segundo que pasaba observándola la odiaba más.

¿Cómo se atrevía a comportarse así? ¿Cómo se atrevía a vivir cuando todos los demás estaban muertos? Era una ofensa. Takeshi y Akane deberían de ser iguales, como dos gotas de agua, ambos habían sido maltratados desde la infancia, ambos se habían odiado a sí mismos durante años y ambos habían perdido a aquellos que más les importaban (Akane a su familia y Takeshi a su madre). ¿Entonces porqué Akane era capaz de sonreír, de seguir adelante a pesar del dolor cuando Takeshi no podria pasarse ni una noche sin llorar hasta dormirse?

La odiaba porque ella era feliz.

No había día en el que Takeshi no se odiase porque Doom matase a Ryūsei, no había hora en el que no sintiera arcadas al recordar cómo había sido capaz de violar a Ayaka, no había minuto en el que no quisiera morirse por toda la gente que había matado y herido y no había segundo en el que no quisiera suicidarse. Por eso, después de ser víctima de sus propios actos no entendía como ella era capaz de seguir adelante, de dejar a un lado el dolor del pasado para mirar al futuro, no entendía cómo podía hacer algo así.

-Perdona, se te ha caído esto.-La albina le tendió la llave del motel de la periferia en el que estaba viviendo, él la miró anonanado durante unos instantes antes de coger la llave. Era tan extraño el estar cara a cara con ella, podía matarla en cualquier momento... Bajó la mirada y retrocedió.-Gracias...-

-De nada.-Sonrió un poco a aquel conocido desconocido de ojos familiares y se alejó con una extraña sensación en la boca del estómago. Cruzó varios pasos de cebra y se reajustó la falda del uniforme en varias ocasiones en cuanto el viento sopló muy fuerte, antes de lo previsto llegó a las puertas de la Yūei donde Aizawa la esperaba con sus nuevos pantalones de chándal rosas.-Recuérdame porqué he de llevar este estúpido invento del demonio. ¡Ni siquiera tiene bolsillos!-

-Es lo que dice la normativa, a mí tampoco me parece bien que te obliguen a llevar falda.-Aizawa alborotó su cabello en un gesto infantil y cariños que no había podido evitar hacer. No podía besarla en público, no podía abrazarla ni mostrar afecto, pero no podía impedir que sus ojos brillasen al verla ni que sus instintos le traicionasen. Caminaron tranquilamente por las calles, sin destino fijo, solamente queriendo caminar mientras hablaban de cualquier cosa. Akane compró varios objetos de material escolar y Aizawa compró un par de juguetes para sus gatos.

Por primera vez, todo estaba bien. No había amenazas de muerte ni ningún peligro inminente, confusiones ni supervillanos al acecho, solo ellos dos disfrutando del momento. Fue entonces cuando Takeshi comenzó a odiar también a Aizawa.

No le conocía, solo había visto su rostro en televisión, no sabía qué clase de persona era ni qué tipo de vida había tenido pero solo con verle junto a Akane durante aquellos minutos le odió casi tanto como la odiaba a ella porque fue entonces cuando se dió cuenta de que él era el factor que le diferenciaba de Akane, él era la razón por la que ella era feliz. Así que decidió matarlo para que Akane dejase de ser feliz.-¿En qué piensas?-

-...en nada, seguro que no es nada.-Contestó la albina a su pregunta con la mente ausente. Tenía una sensación, un instinto casi primitivo que había provocado que se instalase en su cuerpo una sensación inexplicable de terror. Pensó en el hombre al que se le habían caído las llaves, le asustaba sin siquiera saber porqué, nunca había visto su rostro antes. Pero sus ojos.... Sus ojos le eran tan conocidos, ¿Pero cómo puede conocer a los ojos de un desconocido?-¿Akane? ¿Ocurre algo?-

Paró en seco, abrió los ojos de para a par y sintió como se le helaba la sangre. Se giró y miró a su espalda recordando la conversación con aquel desconocido, recordando su ojos. Era él, el cabrón hijo de puta que le había jodido la vida, era él.-¡Mierda, mierda, mierda...!-

-¡¿Qué cojones pasa?!-Había estado cara a cara, a menos de medio metro de distancia, le había rozado la mano al darle las llaves. Echó a correr sin ser capaz de explicarle a Aizawa lo que ocurría, corrió sin importarle que el viento levantase su falda o que se cayesen por el suelo las cosas que acababa de comprar.

Llegó al cruce donde lo había visto y se colocó donde él había estado, descansó para coger aire. Aizawa la alcanzó y la observó, tenía los ojos chispeantes de determinación y odio, los nudillos apretados y parecía incapaz de formular palabra. Aizawa tubo un mal presentimiento.

-Era él... Shota, era él. Estaba parado delante de mí... Justo aquí.-Ignoró el hecho de que estaban en la calle rodeados de gente y abrazó a Akane, apretándola entre sus brazos para intentar calmarla, para intentar transmitirle seguridad. Akane hundió la cabeza en su cuello y calmó su respiración.

Doom observó con fascinación, con los labios curvados en una sonrisa hipócrita y una cerveza en las manos desde el bar de la acera de en frente, se había puesto una chaqueta y había vuelto a cambiar su rostro. Miró cómo se abrazaba y cómo se miraban y sonrió al pensar en lo mucho que iba a disfrutar matándolos.

---•---

¡Ja! Todos creíais que ahora todo iban a ser risas y diversión ¿Verdad? Pues no, aún queda un cabo suelto, el único cabo suelto. Mientras Doom siga libre Akane no podrá ser completamente feliz.

Así que aquí estamos, en la recta final. Vamos por el capítulo 41 y espero hacer como máximo 50, solo quedan 9 capítulos y esta historia habrá terminado. Es la primera vez que voy a acabar una historia, me hace ilusión a la vez que me entristece.

Quiero daros las gracias a todos. A los que habéis estado aquí conmigo desde el principio, a los que os habéis ido uniendo por el camino y a todos aquellos que descubrirán esta historia cuando ya esté completamente finalizada, a los que comentáis y a los que preferís disfrutar en silencio. Gracias a todos porque a pesar de que en un inicio esta historia era para mí misma, ahora es para todos vosotros. Gracias.

*ストーカー significa "acosador".

𝐇𝐄𝐑𝐎; aizawa shoutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora