C A P Í T U L O 1 : P R I M E R V I S T A Z O

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Las botas marrones que tanto detestaba, pero que a mí madre le gustaban, rechinaban sobre el asfalto de la entrada de la universidad. Para ser mediados de marzo hacía calor, mucha calor en realidad. El jersey verde de lana que llevaba se sentía demasiado caluroso sobre mí. Entré a la facultad mientras maldecía a mi madre por obligarme a ponerme toda esta ropa. Nada más entrar me encontré con mi amigo Jack. Él era alto, más de un metro ochenta con el pelo pelirrojo y la cara llena de pecas que le daban un toque muy gracioso.

—¿Qué tal tu fin de semana?

—Pues la verdad es que mi hermano ha vuelto a empeorar.— Le contesté suspirando.

Mi hermano, Erick, tenía tan solo ocho años. Tenía leucemia desde hacía dos años. Él había resistido como un campeón todo ese tiempo. De hecho, ni los médicos tenían tanta esperanza en él. Por ello necesita vigilancia las veinticuatro horas al día. Es cierto que la mayoría de los días me quedaba con él hasta altas horas de la noche y apenas dormía, pero merecía totalmente la pena pasar tiempo con él. Mi mayor miedo era no ver a mi hermano al día siguiente, así que aprovechaba cada pequeño momento que tenía con él.

—Tienes unas ojeras que lo pueden confirmar. ¿Has dormido algo? — Preguntó preocupado.

—Muy poco. Mis padres no podían ocuparse de él este fin de semana por trabajo, así que no tenía otra opción.— Respondí encogiéndome de hombros

—Sabes que me puedes llamar cuando quieras si necesitas ayuda.— Dijo mientras abría la puerta del aula.

—Gracias Jack. Si quieres ser un buen amigo me vale con que me vayas a comprar un café antes de empezar.— Le contesté haciendo pucheros.

—Hecho. Guárdame un sitio.

Se fue rápidamente hacia la cafetería. Hoy teníamos a primera hora clase de sociología. Estaba en mi segundo año de psicología. Ciertamente me encantaba mi carrera. Lo que no me gustaba para nada era madrugar. Yo era más bien de despertarme a mitad de mañana o cerca del mediodía.

Bajé las escaleras del salón hasta sentarme en tercera fila. Era mi favorita. Ni muy lejos ni muy cerca. Aún quedaban unos veinte minutos para que comenzase la clase y por ello había muy poca gente. Cogí el móvil y comencé a revisar mi teléfono. Tenía varias notificaciones de mi madre. Eran fotos de mi hermano comiendo el desayuno. En una de ellas él estaba mordiendo la tostada mientras hacía caras graciosas. Estaba tan sumergida en esas fotos que no me dí cuenta de que alguien me estaba tocando el brazo. Levanté la mirada hacia la persona para preguntarle lo que quería. Pero no pude. Lo que me encontré era un chico un poco mayor que yo con barba de varios días sin afeitar que le daban un aspecto pasota pero a la vez sexy. Era grande, de contextura amplia con hombros grandes y unos ojos verdes. Era totalmente mi tipo. Sentí algo que no había sentido nunca antes, qué cliché. Era alguna especie de conexión difícil de explicar. Él parecía en shock y sorprendido al mismo tiempo. Me estuvo mirando durante varios segundos hasta que preguntó:

—¿Me puedes prestar un lápiz, por favor?

—Eeeh..... claro.

Me giré hacia mi mochila y empecé a buscar mi estuche. Escuché como inhalaba fuertemente como si me estuviera..... ¿oliendo? ¡oh por Dios, me está oliendo! Definitivamente este tipo no era normal. Encontré el lápiz y se lo tendí.

—Ten, te lo puedes quedar si quieres. Tengo varios.

Siguió mirándome fijamente.

—Gracias.

Después de eso hubo un momento muy incómodo. Él se quedó allí parado observándome, no mejor dicho, analizándome. Era demasiado desconcertante.

—Cami, ten tu café.— Dijo Jack extendiéndome el vaso de café.

El chico pareció salir de su ensoñación y se apartó marchándose.

—¿Quién era ese?— Preguntó Jack sentándose.

—Ni idea.— Contesté encogiéndome de hombros.

Volví a centrar la atención en el móvil, pero no podía quitarme de la cabeza a ese chico. ¿Lo había conocido antes? Yo creía que no aunque tenía una sensación de que sí.

—¿Y el señor Tucker?

Elevé la mirada hacia el escenario del profesor. No era el señor Tucker quien estaba como habitualmente era, si no que estaba el chico misterioso ordenando sus papeles. En el momento en que miré levantó la mirada. Nuestros ojos se cruzaron por unos momentos hasta que yo giré la mía hacia Jack.

—No lo sé. Supongo que él será nuestro nuevo profesor.

El chico en cuestión carraspeó en ese momento.

—Buenos días a todos. Sé que levantarse temprano no es fácil para nadie pero me gustaría hacer el esfuerzo de empezar la clase ya para terminarla lo antes posible.

Se giró hacia la pizarra y empezó a apuntar una serie de palabras en ella. En ese momento Jack se inclinó hacia mí para susurrarme en el oído:

— Se le ve contento por estar aquí.

No pude evitar soltar una sonrisilla por lo bajo, mucho ánimo no tenía el muchacho eso de seguro. Mientras me estaba riendo se me soltó un pelo de la coleta yendo directamente a mi cara. Jack lo apartó por mí y lo puso en su lugar.

—Gracias.— Le dije agradecida.

—Disculpa.

Me volteé hacia el chico.

—¿ Señorita...?

—Camila López.—Respondí un poco avergonzada por toda la atención de la clase sobre mí.

—Encantado, Camila.- Parecía realmente furioso, muy encantado no estaba.— Yo soy Asher Clark. Le agradecería que me prestara un poco más de atención a mis clases antes de estar tonteando con el chico que está sentado a su lado. Voy a estar aquí tan solo un mes para cubrir la baja del señor Tucker, así que yo que usted prestaba algo de atención. Si no, puede irse inmediatamente.

No dije nada. Cuando estuvo satisfecho empezó de nuevo con el discurso. No podía creerme lo que acababa de pasar. Que imbécil. Tomé notas de todo lo que dijo durante una hora y media hasta el final de la clase.

—Eso es todo, os veo el miércoles.

Recogí todas mis cosas en unos instantes. No soportaba al dichoso Asher ni un maldito segundo más.

—Hey, que no pasa nada por lo de antes.— Dijo Jack extendiendo el brazo por mí hombro.

—Ya, pero quiero salir lo antes posible de aquí.—Respondí moviéndome al mismo tiempo que mi amigo.

De un momento a otro Asher estaba delante nuestra.

—No quiero nada de gestos cariñosos en mis clases, ¿entendido?

Solamente asentimos la cabeza y él empezó a alejarse cuando dije por lo bajo:

—Lo que te hace falta es echar un buen polvo.

Él estaba a una gran distancia pero no sé cómo cojones lo escuchó.

—No te preocupes por eso, no me faltan candidatas.

Aaagh, lo odiaba verdaderamente.


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Nota Autora: ¡Hola! Estoy muy ilusionada con esta obra. De hecho, tengo escritos bastantes capítulos ya heheehehe. Mi nivel de obsesión es máximo. Aviso que estaré actualizando cada domingo. ¿Qué os parecen los personajes? ¿Ya os gusta Asher? ¡Yo estoy colada por él!

Julia L.


El Alpha es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora