C A P Í T U L O 25: S I N E S C A P A T O R I A

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Decenas de lágrimas rodaban por mis mejillas mientras Asher conducía. Aún nos quedaban unos buenos quince minutos hasta llegar al hospital.

Sabía, realmente sabía, que el mundo de los hombres lobo no era ni por asomo igual que el nuestro. Que la manada era lo primordial, así como el poder.

Sabía que era peligroso a niveles estratosféricos, que en cualquier momento podrían cargar contra mi familia. Y había sucedido. De verdad había sucedido. Mi padre se estaba debatiendo entre la vida y la muerte mientras que yo estaba pasando unas minivacaciones. Todo había sido mi culpa, todo.

Si mi padre se muere, seré yo la culpable.

Un sollozo salió estrepitosamente obligando que Asher dijera:

—Cami, no estés así. Ya verás que todo saldrá bien. No le va a pasar nada a tu padre, ese hombre es una roca.

Intentando limpiarme la cara, lo miré indignada.

—¿¡Sabes por qué ha pasado esto Asher!?

—No pienses ni por un momento que ha sido tu cu—

—¡Claro que ha sido mi culpa! Solo pensaba en los demás. Quería ser una heroína por una vez en mi vida, en vez de preocuparme por aquellos que me importan.

Asher intentó colocarme su mano sobre mi muslo, pero la aparté.

—Solo has hecho lo que pensabas que era correcto. No vuelvas atrás, Cami. Es un camino sin salida.

Incrédula.

—¡No es tu padre quien está debatiéndose entre la vida y la muerte!

Asher apretó tan fuerte el volante que creí que lo rompería.

—Ten por seguro que me encargaré de encontrar al culpable y lo mataré. Te doy mi palabra.

Solté una risotada irónica.

—¿Tu palabra? ¡Tu palabra no vale una mierda en estos momentos! ¿Quién me aseguró una y mil veces de que no me pasaría nada y a mi familia tampoco?

—Cami, yo de verdad no—

—¡Cállate! ¡Cállate de una vez!

Y así nos quedamos el resto del camino. Asher con la mirada entre furiosa y triste. Yo intentando que no se me cayeran los ojos de tantas lágrimas.

Llegamos tras un largo camino de una hora. Me bajé del coche y entré corriendo al hospital. Me acerqué directamente a dirección con un nudo en la garganta.

¿Mi padre estará bien? Era todo en lo que podía pensar en esos momentos de angustia e incertidumbre.

—Hola, perdona. Me llamo Camila López y mi padre ha sufrido un accidente. Está siendo operado y necesito ir con mi madre, yo—

—Cariño, tranquilízate. Voy a comprobar la información que me has dado. Si tu padre está siendo atendido no puedes hacer nada más que esté en tu mano. Ponerte así no te hará bien. — Dijo la enfermera, dándome un sonrisa triste e introduciendo la información en el ordenador.

Tras unos segundos de espera, me dijo que estaba en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) en la planta cuarta.

Me fui rápidamente al ascensor y estaba al entrar cuando una mano me detuvo.

—¿Cómo está tu padre?

Me giré angustiada.

—Me han dicho que está en la UCI, así que supongo que ya lo han operado. Ahora necesito estar con mi madre y estar a su lado. No quiero ni imaginar lo que debe estar sintiendo al estar sola y que su marido esté muriendo.

—Te acompaño.

Negué con la cabeza y di un paso atrás.

—Necesito espacio, Asher. Yo... yo no puedo tenerte ahora mi lado. Necesito estar con mi madre. A solas. Quiero enfrentar a solas ahora esto. No te quiero aquí.

Asher estaba herido, su mirada me lo mostraba.

No dijo nada más, pues lo siguiente que hizo fue asentir y marcharse.

No sé por qué, pero eso me había dolido, aunque se lo hubiese pedido yo.

Subí hasta la cuarta planta y enseguida vi a mi madre sentada en la sala de espera. Estaba hecha un desastre, con el maquillaje corrido y los ojos hinchados y rojizos.

—¡Mamá!

Mi madre levantó la mirada y fui corriendo a abrazarla.

—¡Cami, cariño! No me lo pu.. puedo creer to..todo esto. No puede ser ver...verdad.— Dijo entre sollozos.

Intenté tranquilizarle.

—Ya, tranquila. Todo saldrá bien. ¿Papá ya ha salido de la operación?

—Sí, hace como diez minutos que se lo han llevado a la habitación. No me quieren decir nada, solo que no puedo entrar por seguridad del paciente.

Acaricié su pelo, mientras posaba su cabeza sobre mi hombro.

—Lo único que podemos hacer es esperar mamá.

—Ya lo sé cariño, ya lo sé.

Y eso es lo que hicimos, esperar hasta que se hizo de noche. En ese momento decidí que era mejor descansar un rato y volver temprano por la mañana.

Intenté que viniese mi madre a casa conmigo, pero fue imposible.

—Ve con tu hermano. He pagado suficiente niñera por hoy. Dale cariño hoy, Cami. Mi bebé lo necesita.

Lágrimas se acumulaban en los ojos y asentí.

Volvería a dormir con mi hermano, aunque él renegara.

Cogí el autobús hasta casa. Cuando llegué eran pasadas las once la noche. Pobre niñera, tendría que disculparme con ella.

Entré en casa y dejé mis cosas en la entrada. Empecé a decir:

—Lo siento mucho, de verdad Kesha. Es que con todo lo del accidente— Hasta que vi a alguien conocido aparecer por la entrada.

—Pero, qué—

Se cruzó de brazos, que eran enormes, por cierto, y sonrió.

—Estoy cuidando de tu hermano tras el terrible accidente que ha sufrido tu padre.

—¿Dónde está mi hermano Jack? ¿Y qué haces en mi maldita casa?

—Vengo a advertirte, Cami. Ninguno estáis a salvo por meter las narices donde no os toca. Jeff no está contento, y cuando Jeff no está contento es una mala señal. Una muy mala señal. Cuando Jeff no está contento suceden cosas como estas.


NOTA DE LA AUTORA: ¡HOOOLA CHICOS Y CHICAS! Lo primero es daros las gracias porque la historia está teniendo muchas leídas, estrellas y comentarios. Y todo esto por vosotros y vosotras. Pero eso, aquí tenéis: capítulo sorpresa. 

Vale, a partir de ahora funcionaremos de otra manera. Subiré capítulo cada vez que consigamos llegar a un objetivo. El objetivo de esta semana son las 50k leídas. Cuando haya esas leídas, subo capítulo nuevo. Y así sucesivamente. 

PD: Si no llegamos al objetivo, subiré el capítulo igualmente el domingo. Pero cuanto antes lleguéis al objetivo, antes hay capítulo.

PD 2: ¿Qué pensáis de la actitud de Cami? ¿Y el regreso de nuestro viejo amigo Jack?

Eternamente agradecida, 

Julia <3

El Alpha es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora