C A P Í T U L O 22 : S E X Y E S P O C O(I)

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—Ponte el casco. — Me ordenó suavemente Asher mientras me lo pasaba.

Lo cogí emocionada. Llamadme tonta, pero era uno de los pocos momentos que teníamos para nosotros solos, y lo iba a realmente aprovechar. Y cuando digo realmente, es REALMENTE.

Me puse el casco en la cabeza e intenté abrochármelo, pero fallé tras unas cuantas veces.

Bufé, no podía salir perfecto. Eso ya estaba saliendo mal por mi torpeza.

Estaba tan concentrada en el maldito casco que no me di cuenta de que Asher me estaba mirando hasta que se rió y levanté la mirada.

Me crucé de brazos.

—¿Estás riendo de mí?

Se acercó a mi lentamente con aire de prepotencia.

—No, nena. Me estoy riendo de que estás tan nerviosa que no te puedes abrochar ni el casco.

Hice un puchero.

—Pues te equivocas listillo, no estoy nerviosa. Estoy emocionada.

Cogió el broche del casco y me lo abrochó al momento.

—¿Y, podrías decir por qué estás tan emocionada?

Ja. Era mi momento. Pasé mis brazos delicadamente por su cintura acercando nuestros cuerpos.

—Porque quiero tiempo a solas para nosotros.

—¿De verdad? ¿Qué planes tienes? —Susurró lamiéndose los labios.

—Se pasan varias cosas por la cabeza, algunas implican tú y yo desnudos.

Asher cogió aire como si se hubiese quedado sin él. Era un sentimiento mutuo, puesto que el tan solo imaginarnos en esa situación me ponía tan caliente que ya estaba casi mojada.

Se acercó a mi oído, diciéndome:

—Si vuelves a decir algo así, no me lo pensaré dos veces y te follaré al momento. ¿Lo entiendes?

Oh por Dios, una parte de mí estaba sorprendida por lo que me había dicho, pero otra por otra parte quería que lo hiciera. Me encantaba el animal que llevaba por dentro, nunca mejor dicho. No había sentido algo tan profundo en mi vida. El vínculo entre alfa y mate se notaba cada vez más. Esto iba a ser mucho más que físico.

—Entendido.

Se acercó y me dio un casto beso en los labios, dejándome con ganas de más.

—Está bien, vámonos ya o se nos va a hacer de noche por el camino.

— ¿Dónde vamos? — Pregunté subiéndome a la moto.

—Es una sorpresa, nena. Si te cuento a donde vamos no tiene sentido.

Negué con cabeza.

—Eres de lo que no hay.

—Lo sé, nena. Lo sé. Por eso tengo a todas loquitas.

Le pegué un manotazo en el brazo y con eso arrancó la moto y nuestro viaje.

***++++*

Nos adentramos por un camino con bosque alrededor. El paisaje era precioso, árboles de diferentes colores vivos pasaban por mi visión velozmente. Respiraba tranquilidad en aquellos momentos, una paz que ansiaba desde hacia demasiado tiempo.

El viaje duró aproximadamente una hora hasta que llegamos a una mansión gigante de madera. A la entrada de la mansión había varios espacios para aparcar, cosa que hizo Asher antes de parar la moto y quitarse el casco. Yo también lo hice.

—¿Qué es esto?

—Un edificio.

Rodé los ojos y lo empujé suavemente de broma.

—Eso ya lo sé, bobo. Digo, ¿dónde estamos?

—Bienvenida al hotel más lujoso de todo el lago Freien, he reservado una de las habitaciones por esta noche. Podemos ver el lago desde la habitación. Sé que te encanta el agua, así que pensé que este lugar sería perfecto.

—Esto es perfecto. Tú eres perfecto. — Dije admirando la belleza del hotel. — ¿Quién te ha dicho que me encanta el agua?

Asher se rió mirándome cariñosamente.

—¿Aparte de todas las fotos que tienes por tu casa tuyas en natación? Tengo un buen amigo que me chiva algunas cosillas.

Solté una carcajada sin poder contenerme.

—No puedo creer que hayas tenido que preguntar a mi hermano pequeño a dónde me gustaría ir.

—Oye, él tiene muy buenas ideas. — Respondió rascándose la nuca con nerviosismo. — Es demasiado inteligente para su edad. Deberías llevarlo a una competición de matemáticas o algo así porque de seguro que queda el primero.

Negué con la cabeza.

—Vamos a entrar anda, no tienes remedio.

Me cogió de la mano y me dio un beso en el dorso.

Y así estábamos, como una pareja enamorada entrando a un hermoso hotel para pasar la noche.

La entrada era, si pudiera ser, más espectacular que el exterior de madera. Lujosas grandes lámparas colgaban de los altos techos. Todo era de madera pintada blanca, con algunos lugares donde habían dejado la madera natural. Lo que daba una sensación de limpieza y a la misma vez una sensación de acogedor.

—¿Te gusta? —Preguntó Asher a la espera de mi respuesta.

—Bueno, déjame pensar...¡Me encanta! —Chillé como una niña pequeña cuando le daban un regalo inesperado.

Asher se rió de mi reacción.

—Me alegra que te guste.

Nos acercamos a la recepción donde la mujer fue muy amable con nosotros, lo que no pude decir lo mismo de la administradora que se sentaba a su lado, quien no paraba de lanzarle miradas sugerentes a Asher. Nos dio la llave de nuestra habitación, la 49 y Asher no le hizo ni caso lo cual me llenó de orgullo. Avanzamos hasta el ascensor cogidos de la mano y subimos al tercer piso donde se encontraba nuestra habitación.

Andamos por el pasillo hasta que vimos el número de la habitación en la puerta. Asher insertó la llave y abrió la puerta.

La habitación era enorme. Una cama de tamaño King se extendía por una buena parte de la habitación. Al lado de esta, había un balcón que tenía vistas al fabuloso lago. El baño estaba a un lado, este tenía jacuzzi y ducha hidromasaje. Un sueño, vaya. Teníamos hasta un minibar y una televisión de plasma.

—No me puedo creer que hayas organizado todo esto, Asher. De verdad que no sé qué decir.

—Pues esto solo acaba de empezar, nena. Ahora, desnúdate.


NOTA DE LA AUTORA: ¡DOBLE ACTUALIZACIÓN! Corre a leer la siguiente parte

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NOTA DE LA AUTORA: ¡DOBLE ACTUALIZACIÓN! Corre a leer la siguiente parte. 

Me lo agradeceréis <3

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