C A P Í T U L O 3: U N A S A L I D A M E M O R A B L E (1)

9.3K 445 22
                                    

Mirándome en el espejo, me pregunté por quinta vez si esa falda negra era lo ideal para llevar esa noche. Era sábado y mis padres habían llegado un día antes de lo esperado. En cuanto Jack se enteró me convenció, mejor dicho, me obligó a salir de fiesta esa noche. Como yo habitualmente no salía por la noche, no estaba segura de qué llevar ni cómo se vestía la gente.

-Estás preciosa.- Dijo mi madre asomándose en la puerta de mi habitación mientras que se apoyaba en la puerta cruzándose de brazos.

La miré recelosa.

—¿Estás segura?

—Claro que lo estoy, cariño.

Llevaba una falda negra con un top color cereza que dejaba mis hombros al descubierto. Todo esto con unos zapatos de color negro.

—Si me mientes, lo lamentarás más tarde.— Le dije en broma.

Mi madre se echó a reír y se acercó a mí :

—Cariño, lo digo en serio. Eres hermosa.— Dijo.

Cogió un mechón de pelo que se había descolocado y lo volvió a poner en su sitio.

—Mírate con esos ojazos verdes. Eres toda una mujercita ya, parece que fue ayer que eras una bebecita.

No pude evitar rodar los ojos.

—Por favor, mamá. Tengo 20, creo que hace tiempo que dejé de ser una niña.

Mi madre se encogió de hombros y empezó a salir de la habitación.

—Lo que tu digas cariño.

Mi móvil sonó en ese mismo instante. Era Jack.:

Me falta poco para llegar, ve bajando hasta tu porche.

Cogí el bolso y bajé las escaleras mientras le escribía a una respuesta a Jack. Abajo me encontré a Erick medio dormido mirando la televisión.

—Buenas noches. No te vayas a la cama tarde.— Le susurré dándole un beso en la cabeza.

Pasé por la cocina donde estaban mis padres y me desearon que me lo pasara bien. ¿Pero qué les pasa? Es decir, ¿dónde se quedaron los padres que me prohibían salir?

La noche era preciosa, despejada y con buena temperatura. Estaba mirando la luna creciente cuando escuché la puerta de al lado abrirse. Era Asher saliendo de su casa.

—Buenas noches vecina.—Dijo en cuanto notó mi presencia.

Se acercó hacia el lado donde colindaban nuestras casas.

—Hola.— Le contesté pretendiendo no prestar atención y bajé la mirada hacia mí teléfono.

—¿Sales esta noche? —Preguntó tras un silencio incómodo.

Levanté la mirada del móvil.

—Sí, ¿algún problema?

Él me miró fijamente. De nuevo.

—No, pero espero que no vayas sola.

—Por supuesto que no.— Respondí soltando una sonrisilla sin poder evitarlo. Un completo desconocido se estaba preocupando por mí.— Jack me acompaña.

Estuvo varios segundos callado hasta que soltó:

—Cómo no.

—¿Qué quieres decir con eso? — Pregunté cruzándome de brazos.

Él soltó una carcajada. Era hermosa, por cierto. Pero no respondió a mi pregunta pues lo siguiente que dijo fue:

— Bueno, espero que pases una buena noche con tu novio.— Dijo moviéndose hacia su coche.

El Alpha es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora