---#--- CAPÍTULO 28 ---#---

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SUPER MARATÓN FINAL

---#--- CAPÍTULO 28 ---#---

--- HISTORIA ---

Veintitrés de diciembre. Media noche.

Lia no logra dormir. No con toda la información que tiene dentro de su cabeza, no tratando de ser lo más normal que puede con todas las decisiones que tiene dentro de ella; no puede hacerlo aun estando en la tranquilidad y comodidad de la casa de Jamie a unas horas de la Navidad.

Su mejor amigo le había invitado a pasar la noche en una alegre pijamada, como las que tenían regularmente, para celebrar que había aprobado la compensación de la materia de Historia / cumpleaños de Lia. Además, quería distraerla de la mejor manera posible, pues la niña seguía con sus miradas perdidas y sonrisas melancólicas, susurrando sin cuidado un "A Ras le hubiera gustado esto" aun cuando pensaba que nadie le escuchaba, y como no podía llevarla a lugares maravillosos ni embelesarla con asombrosos objetos por lo menos podía hacer el intento de contentarla y alegrarle por momentos con las cosas que sabían hacer desde que empezaron a ser amigos.

Y Lia sabía todo eso, de una manera u otra entendía que él simplemente trataba de aportar su granito de arena en la causa "Saquémosle una sonrisa a Lia", pero en esos instantes era lo último que se vendría a la cabeza de la niña.

Las palabras que había escuchado unas horas antes de su cumpleaños, todo se sentía tan vertiginoso y borroso desde ese instante. Había sido tan duro que solo recuerda de su cumpleaños el ser llevada de un lado a otro como una muñeca de trapo mientras todos hacían lo suyo para que fuera especial para ella. Jack y Tooth le dieron paseos por tundras y bosques hermosos, desayuno en el Taller de Norte junto a James y los demás, luego siguió el turno de sus amigos humanos, que había hecho una fiesta sorpresa para ella, a la tarde dio paseos calmados con Aster y Star por la Madriguera, en la noche fue con Meme para que pasearan en su aeroplano de arena dorada.

Todo eso lo hizo tratando de lucir normal, sin levantar sospechas en la cabeza de nadie, ocultando el collar dorado que rodeaba su cuello; el que apareció de manera misteriosa entre sus dedos cuando su hermana la despertó luego del sueño.

Cuando llego la noche, con una duda muy grande dentro de ella, pero dispuesta a sacrificarlo todo, tomó el collar entre sus manos y lo apretó con fuerza. En contrario a lo que ocurría con el collar que le había regalado Aster, que brillaba de manera radiante una luz blanquecina, este se quedó normal. Temiendo el no haber cumplido los pasos a cabalidad, se fue a dormir esa noche con una cansada, en parte forzada sonrisa, sonrisa para calmar a Star y Aster.

Pero, contra todo pronóstico, despertó en su cuarto y no en la casa de Jamie, sin su hermana ni el guardián a su lado. Sabiendo que era lo que seguía, tomo su ropa para el frio y salió de su casa, fue al mismo bosque, hizo las mismas cosas, pero no aparecía nadie. Incluso, el lugar se sentía más lúgubre que la última vez que había estado ahí. Con miedo de poder estar enloqueciendo y pensando que esta si era la realidad, empezó a gritar.

-¡Alba!- juntaba sus manos enfundadas en guantes alrededor de su boca –¡Alba, estoy aquí!- sin respuesta aparente, decidió con claridad que no había nadie, que estaba realmente despierta y que posiblemente su hermana se molestara porque había salido de casa mientras ella probablemente haya estado en el baño y Aster en la Madriguera.

Cuando decido volver a casa, con pasos aletargados, notó algo fuera de lo normal. El abrigo que traía puesto tiene letras en el hombro derecho; el anuncio que esta frente a ella indica el nombre del parque en donde se encuentra; hay un poste de luz con muchos afiches colados y rotos. Pero cuando trata de leer alguna de las cosas que había visto, no logra hacerlo, no puede hacerlo porque en vez de letras hay manchas y garabatos distantes, ninguna letra coherente salta a la vista.

Amor, solo pido amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora