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Fue al instituto y realmente todo era diferente a las últimas semanas, que en realidad nunca ocurrieron. Ahora tendría que prestar atención, pues aunque intentara hacer siempre lo mismo, no sabía cuál de aquellas realidades era la verdadera. Terminaron las clases, se reunió con el consejo y con la junta de accionistas. Al terminar fue a casa. Yuzu seguía sin volver, no sabía si era porque se entretuvo o por no querer volver a casa. Entonces recordó que Momokino persiguió a Yuzu el día anterior para quedar con ella. Y gracias al bucle del sueño, sabía la zona por la cual aquella cita se produciría. Se cambió de ropa y se dirigió allí sin pensarlo.

Dió un par de vueltas por la zona hasta que la vió. Se quedó mirándola fijamente. La rubia solo atinó a darse la vuelta y ponerse detrás de Himeko, la cual entró en pánico e intentó excusarse.

- ¡Presidenta! ¡Qué casualidad verte por aquí! ¡Ya tienes mejor aspecto! Yuzu Aihara me dijo de quedar aquí hoy y he tenido una acalorada discusión con ella. No es como si estuviéramos saliendo juntas por ahí o algo así.

- ¿Cuándo vas a volver a casa? - Ignorando a la vicepresidenta por completo, pues estaba allí para hacer volver a Yuzu.

- ¿Eh?

- No puedo volver.

- ¿Por qué? Es tu casa. - Hizo una pequeña pausa - ¿No? Yuzu. - Era la primera vez que la llamaba por su nombre, pero no lo sintió extraño. Pasar tanto tiempo con la Yuzu del "sueño", hizo que poco a poco sin darse cuenta se hiciera más "cercana" a la "real".

- .. Pero es también la tuya ahora, Mei.

- Errr.. ¿Qué está pasando?

- No te lo había dicho todavía, Himeko, pero ahora somos hermanas.

- ¿EEEEH?

- Me voy marchando ya, adiós. - Dijo alejándose.

- ¡Espera Mei! - La siguió, pero antes de continuar se giró un momento - ¡Ah Momokino-san, gracias por lo de hoy! - Corrió hasta quedarse a la altura de Mei. Continuaron el camino a casa en silencio.

- ¡Aaah! ¡No hay nada como el hogar! - Mientras se tiraba de espaldas a la cama.

- Y ahí se va mi espacio extra.

- ... - Se quedó mirando fijamente a la menor que entraba en la cama.

- ¿Qué?

-¡Na.. Nada!

- Yuzu.

- ¿S..sí? - Respondió dando un salto.

- Sobre lo que pasó el otro día en el despacho del director...

- Ah, eer.. Sí sobre eso, yo...

- No tienes que pedirme perdón. Te puse entre la espada y la pared.

- Pe.. Pero yo.. no tuve en cuenta tus sentimientos para nada.

- ... - Suspiró - Estaremos en paz si te lo devuelvo, ¿no?

- S..sí. - Cerró los ojos. La morena se acercó a ella, la apartó el pelo de la cara y la besó. - Waaaaa

- Buenas noches. - Mientras se tumbaba.

- ¡Uwaaaaaah!

- ¡Cállate! - Aunque la molestaba que fuera tan ruidosa, le alegraba que hubiera vuelto a casa. ¿Se alegraba?...

Al Lunes siguiente, la sorprendió que Yuzu se hubiera despertado antes y ya estuviera preparada. Parecía que lo hacía para poder ir juntas al instituto, como tanto su madre como su hermana parecían felices con esa decisión, y tampoco era algo que la molestara, por lo que aceptó. Así pues fueron juntas de camino a la academia.

¿El sueño que le salvó la vida? [Citrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora