¿La había rechazado? Estaba segura de que eso era lo que ella quería, ¿Por qué la rechazó? ¿Se equivocó? Aun aturdida vió salir a su hermana de la habitación. Las dos personas más importantes para ella la habían rechazado ese día. ¿Yuzu era una persona importante para ella? No... definitivamente no, el asunto de su padre la confundió y por eso no pensaba con claridad. Recogió el osito del suelo, se metió en la cama y durmió. No tenía ganas de cenar y menos estar con aquellas dos personas.
Se despertó y lo primero que vió fue a su hermana durmiendo junto a ella. Miró el reloj para comprobar la hora. Aun era temprano. Volvió la vista a su hermana. Seguía sintiendo el dolor en la mejilla. El despertador de la rubia sonó y Mei cerró los ojos haciéndose la dormida. Tras un rato la morena se levantó e hizo su habitual rutina. Aprovecho que todos estaban desayunando para escabullirse e irse sola al instituto. Antes de cerrar la puerta escuchó a su hermana - ¿Mei? ¿Y el desayuno? - Pero simplemente la ignoró.
Esa mañana estaba lloviendo, parecía como si el clima acompañara sus sentimientos. Ese día Himeko no estaba esperándola, cosa que agradeció, no le apetecía estar con nadie. Una vez en el instituto, ignoró a todas. Simplemente fue a su clase y se sentó en su sitio. Escuchó murmullos de sus compañeras, pero como con todo ese día, los ignoró. Las clases transcurrieron con la normalidad de siempre, aunque notó que la observaban. En el descanso estuvo trabajando en la sala del consejo, queriendo mantenerse ocupada para no pensar, al volver vio que Yuzu la había dejado el almuerzo en el escritorio, lo guardó para comer luego. Cuando finalizaron las clases, dijo a Himeko que no se encontraba bien y que se iba a casa. Y era todo verdad, excepto que iba a casa, no quería ir allí y encontrarse con su padre. Subió a la azotea a tomar el aire y comer, vio que ya había dejado de llover. Estuvo allí un rato mirando las instalaciones de aquella academia por la que había hecho tanto.
El cielo empezó a oscurecerse y empezó a hacer frío, entró de nuevo al edificio y fue al despacho del director. Era el único sitio donde pensó que podía estar tranquila. Allí cogió un portaretratos en el que había una foto de su padre, su abuelo y ella. Tiempos donde era feliz. - Papá.. - se acurrucó en la silla y las lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras cerraba los ojos fuerte.
Despertó por los rayos de sol que transpasaban por la persiana. Se había quedado dormida allí y ahora le dolía todo el cuerpo. Tendría que buscar otro sitio donde pasar la noche. Aquel día siguieron los rumores sobre su aspecto y humor. Eso la daba igual, lo que la empezó a molestar fue la insistente mirada de su hermana. Sabía que en cuanto pudiera la asaltaría, por lo que tenía que ser rápida. En el almuerzo se fue rápido a la sala del consejo, todo el rato mirando por el rabillo del ojo a la rubia, y se sorprendió de que no saliera tras ella ni la dijera nada, simplemente la siguió pensativa con la mirada. Se sintió estúpida por haber pensado que haría algo, la había rechazado, era obvio que la daba igual. Al volver, también hoy tenía su almuerzo allí. Ese día volvió a comer en la azotea y después fue a hacer tareas del consejo estudiantil para intentar mantener ocupada la mente.
Tras acabar decidió volver a su antigua casa, en la que vivió antes de mudarse con su madrastra. Era la mejor opción, no estaría ni su padre, ni su molesta hermana, ni su abuelo. Y tal vez podría acabar lo que aquel día empezó. Después de andar un par de manzanas se detuvo. Su hermana la estaba siguiendo de nuevo. ¿Y ahora qué? pensó. Echar a correr seria inútil pues la rubia era más rápida. Suspiró y giró hacia la otra chica frunciendo el ceño. A lo que respondio acercandose a ella riendo nerviosamente.
- Mei, ¡Qué casualidad!
- ¿Qué casualidad que me sigas de nuevo? - Volviendo a reanudar la marcha.
- Solo andaba por aquí.
- Tu casa está en dirección opuesta.
- Nuestra.
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¿El sueño que le salvó la vida? [Citrus]
FanficEl padre de Mei vuelve para contarla que se volvio a casar, lo que hace que quiera abandonar todo, pero alguien se lo impide. Al principio choca contra esa persona, que más tarde se convertirá en punto de inflexión. Citrus AU Sobrenatural