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Cuando la oleada de sentimientos pasó, y se tranquilizó un poco, decidió intentar despejar la mente preparando las cosas para el baño. Alcanzó su bolsa, y lo primero que sacó fueron los dos ositos de peluche. Mirándolos fijamente apretó la mandíbula tratando de serenarse. Al darse cuenta de que los estaba apretando demasiado, los sentó encima de la mesita y se disculpó con ellos. Después de organizar las cosas, cogió el bolso y se dirigió a la puerta. Antes de que pudiera agarrar el pomo, la puerta se abrió de golpe.

- Mei, el baño ya está libre. Podéis ir a baña-- - La morena chocó contra ella, haciendo que se le cayera la toalla. - ¡ros!

- ... - Se agarró a los hombros de la rubia para no perder el equilibrio. Al enderezarse se quedó mirando a los ojos a la otra chica, hasta que reaccionó y se alejó. - Llama a la puerta al menos.

- L--lo siento. - Recogiendo la toalla. Al percatarse de que la presidenta se alejaba la llamó. - ¡Ah! Un segundo, Mei. - La más joven paró y se giró para mirarla. - Mientras me bañaba con Harumin y las demás, me han preguntado si no tenemos problema en que esta noche nos reunamos todas en nuestra habitación. ¿Puede ser?

- ... - Giró sobre sus talones y se alejó. - Como quieras.

Una vez en los baños, junto con Shiraho, la mayor de las Taniguchi, Maruta y Momokino. Entró en último lugar a las aguas termales. A pesar de llevar coleta, le quedaron algunos pelos sueltos, un mechón de estos los llevó tras la oreja y después dió un largo suspiro.

- ¿Qué pasa, MeiMei?

- ¿?

- ¿Por qué suspiras así?

- ...

- Déjala suspirar tranquila, Momokino. Aihara está en una posición en la que tiene que cargar con muchas más cosas que un estudiante normal.

- Es verdad, pero...

- ...

- ¿Qué tal Aihara? ¿Cómo van los cambios en las reglas que hiciste en las elecciones?

- No hay mucho que decir por el momento.

- Ya veo.

- Jujujuju

- ¿Qué pasa, Maruta?

- Lo que pasa es que a Micchan le gusta Yuzu... y está preocupada por si se ha conseguido adaptar al instituto.

- ¿Uh?

- También dijiste que gracias a Yuzu hemos podido venir a un viaje con Harumi. Yo también estoy muy contenta.

- Hey, Maruta, deja de irte de la lengua. - Comentó molesta.

- Al principio estaba realmente preocupada de qué podría pasar, pero gracias a la decisión de la presidenta, a Yuzu le está yendo la mar de bien en el instituto. Me alegro mucho, de verdad. Desde que llegó el ambiente de la academia es más agradable. Y además la presidenta, se ha vuelto mucho más adorable.

- ¿? - Inclinó un poco la cabeza hacia un lado.

- Lo siento Aihara, a veces Maruta dice cosas un poco raras y difíciles de entender.

- ¿Eh? Lo he dicho muy clarito.

Tras el baño fue a la habitación, que estaba vacía. Algo que en cierto modo agradeció. Una vez colocó las cosas en su sitio, bajó al comedor. Allí estaban algunas preparando las mesas para cenar. Ni Himeko ni Suzuran estuvieron para cenar era algo extraño, pero a nadie le preocupó demasiado. Cuando acabaron de cenar y lavar, Udawaga, Kayo y Mitsuko se fueron a sus respectivas habitaciones a dormir. Mientras las demás fueron al cuarto de Yuzu y Mei a jugar. La menor de las Aihara, sabiendo que con el escándalo que harían las otras chicas no dormiría, cogió el libro que había llevado por si acaso, titulado "El gato que llegó tarde a la reunión". No sin antes meter en su camita a los ositos de peluche.

¿El sueño que le salvó la vida? [Citrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora