[Jennie]
El olor a medicamentos y fármacos inundó mis fosas nasales. Odiaba ese olor.
Intenté abrir mis ojos pero me pesaban tanto que decidí no hacer más esfuerzo.
Pero un leve sonido de alguien acercándose hizo que me pusiera en guardia.
Por acto reflejo agarre la mano que se dirigía hacia mi e hice que el sujeto cayera al suelo.
— ¡Espera!— Dijo el chico de ojos azules.
Observé cómo del bolsillo de su chaqueta sacaba una placa de policía.
— Soy el Agente Burkhardt— dijo mirándome para soltarlo.
Lo solté. Y se levantó sacudiéndose la ropa.
Yo seguía en la cama de aquel hospital que tanto me enfermaba. Solo recuerdo haberme desmayado mientras venía caminando por la carretera.
— ¿Se acuerda usted de algo? — dijo mientras se sentaba en una de las sillas que había al lado de mi cama.
Tenía un cuaderno en la mano y un bolígrafo, seguramente para escribir lo que le diga. Pero ¿qué pensaría si le dijera que soy Grimm?
Iría a un psicólogo y seguro que me acabarían internando en un psiquiátrico.
Tampoco quiero contar nada.
Solo mentiré.
Si.
Solo eso.— Soy Jennie — hice una pausa — y me acuerdo que me desmayé en la carretera.
— Jennie, tenía usted una cabeza en la mano, ¿que hacía con ella? ¿Porqué la llevaba consigo? — me miraba con aquellos profundos ojos azules.
— Simplemente unos hombres me intentaron acosar y acabé por cortarles la cabeza — dije despreocupada y mirando hacia la ventana — tengo que irme — me levanté de la cama y saqué todos los parches y agujas que tenía sobre el cuerpo.
— Espera — se levantó de la silla para dirigirse hacia mi.
— Se lo advierto, no se acerque a mi — lo miré con desprecio.
— ¿Qué hacia en mitad de la carretera? — dijo mientras se tapaba la cara y me di cuenta de que seguía desnuda. Pero ya no tenía sangre en el cuerpo.
— Caminaba hacia Portland, tengo cosas importantes que hacer, ahora si me disculpa — iba a salir pero me retuvo cogiéndome con una de sus manos.
Por acto reflejo le torcí el brazo y lo hice arrodillarse ante mí.
— Se lo advertí — le dije con odio.
No sabe lo que soy, y no quiero involucrarme con la policía.
Ya demasiado tengo con mi vida. Ser lo que soy no ha sido decisión mía. Ni tampoco ver lo que no quiero. A monstruos. Deberían simplemente morirse todos.
Mi padre era Grimm, y mi madre, realmente no lo sé. No la llegué a conocer. Murió cuando tenía 4 años.
Mi padre me cuidó, me entrenó para matar, y para saber defenderme. Pero principalmente para matar Wesen.
Después cuando cumplí los 18, unos Wesen llamados "Hexenbiests", más bien unas brujas, atacaron nuestra casa, mi padre me protegió dando su vida a cambio.
Yo salí huyendo de aquella casa. Y mi vida fue a peor. Cada vez que levantaba la mirada, un Wesen aparecía ante mí, y con mi odio acababa matándolos independientemente si eran buenos o malos.
— Solo quería decirle que le hemos traído ropa — señaló el sillón que había al lado de la ventana.
— Bien — lo solté y cogí aquella bolsa. Me puse la ropa que me habían traído.
Eran unos pantalones oscuros, una camiseta roja y unas zapatillas.
—Ya se lo pagaré todo algún día — dije mientras salía de aquella habitación.
Burkhardt se había quedado mirando la puerta y al rato salió detrás de mi.
Quise golpearlo de nuevo pero me fijé que no se dirigía realmente hacia mi, sino hacia un compañero suyo.
Salí pitando de aquel hospital, tenía una misión y era encontrar a las Brujas. Tengo que matarlas. Tenía que matarlas.
Con mi odio, caminé por las aceras de Portland, si quería encontrarlas, primero debía incorporarme aquí. Encontrar un trabajo y buscar un piso.
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Una Grimm
FanfictionJennie aparece con una cabeza en la mano caminando por el asfalto camino a Portland. Su cuerpo desnudo y cubierto de sangre, impactó a las personas que la miraban. Los coches trataban de no atropellarla. Mientras ella seguía caminando con la cabez...