Capítulo 8

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[Jennie]

Abrí los ojos lentamente, miré alrededor y me fijé que seguía en la habitación de Demon. No había escuchado nada durante la noche.

Su habitación era bastante peculiar. La cama era blanca, con los edredones blancos y con la almohada negra. Combinaba perfectamente con las cortinas negras que descendían por las paredes al los lados de la ventana.

Era una vista preciosa. Se podía observar cómo era Portland por la mañana.

Aunque los sonidos de los coches circulando, se notaba como en cualquier ciudad, aquella casa no dejaba entrar ni el mínimo ruido proveniente de la calle.

Tenía al lado de la cabecera de la cama, una mesita de noche con una lámpara negra. Esta se podía moldear, me había fijado que hacía una figura de estrella.

"Quizás le guste las estrellas"- pensé.

A mi realmente no me llamaban mucho la atención.

Me enderecé en su cama y pude comprobar que aunque era una habitación espaciosa, no tenía mucho contenido, solo unos cuantos libros asomaban por encima de su escritorio.

Me levanté y me dirigí hacia ellos. Hace tiempo que no leo un buen libro. Desde hace unos meses atrás. No recuerdo cuando, pero la lectura me llamaba muchísimo la atención.

Había leído muchos libros policiales, y de asesinatos y suspense. Era genial cómo una persona pudiera reflejar todo lo que siente un personaje, todos sus actos y hacértelos llegar a ti. Son capaces de dar una visión diferente y jugar con tu mente.

También había estudiado libros de medicina, de botánica, matemáticas, física, química, y había aprendido muchas cosas.

Era interesante ver cómo pueden transmitir sus conocimientos contigo con tan solo un papel y una pluma.

Pasé mi mano sobre su escritorio, encima había una hoja en blanco, una pluma, y dos libros de alquimia.

Coloqué mis dedos sobre el primero y lo cogí, miraba su portada, era simple, negra y con las letras del título en blanco.

Creo que amaba las cosas blancas y negras.

Me llevé el libro y me senté en la cama, lo abrí y mi curiosidad aumentó cuando unas letras extrañas, que no entendía, aparecieron sobre la primera página. Solo entendía el título.

Unos golpes en la puerta hicieron que lo cerrara del susto.

- Jennie, ¿estás despierta? - decía Demon cuando giró el manillar de la puerta y me vio sentada en la cama con el libro en la mano.

- Oh, espero que no te moleste - dije mientras me levantaba y lo dejaba de nuevo en su sitio.

- Tranquila, ni que estuvieras cometiendo un pecado - dijo con su sonrisa.

Le sonreí. No me había dado cuenta que seguía con el camisón puesto, más bien su ropa.

Sus ojos recorrían mi cuerpo y una sonrisa pícara se dibujó sobre sus labios.

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