— Dime, Jennie...— una voz masculina inundó aquel lugar que olía a madera. Era un sitio reconocible para aquellos que se criaron allí, pero un sitio desconocido para los que no saben su historia— ¿has estado bien? ¿has echo amigos? — acarició su cara llena de arañazos.
Aquella voz, no era la de un chico joven, pero tampoco de alguien muy viejo. Ella seguía durmiendo en la cama que él la había depositado. Una cama echa de madera de roble, su olor era inconfundible. La chimenea proporcionaba el suficiente calor para que ninguno de los dos tuviera frío y menos que Jennie acabase cogiendo un resfriado.
— Siento haberte echo todo esto...— susurró para si mismo mientras se sentaba en un sillón de piel.
La cabaña no tenía nada tenebroso, no se sentía ninguna presencia maligna , no había maldad en ella. Todo parecía muy normal. Pero aquella cabaña, conocía la verdad.
Cerró sus ojos y dejó que su cabeza descansara sobre sus manos, dejando escapar algunas lágrimas entre sus dedos.
— Siento haberte convertido en lo que eres... Todo es mi culpa— dijo entre sollozos— no espero que puedas perdonarme.... —suspiró con pesadez y el silencio cubrió de nuevo aquella cabaña en lo alto de las montañas.
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Una Grimm
FanfictionJennie aparece con una cabeza en la mano caminando por el asfalto camino a Portland. Su cuerpo desnudo y cubierto de sangre, impactó a las personas que la miraban. Los coches trataban de no atropellarla. Mientras ella seguía caminando con la cabez...