Capítulo 25

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✨Capítulo dedicado a Lyn240

(Jennie)

Mientras seguía escuchando los latidos de Burckhardt, y este me acariciaba la cabeza, me preguntaba cómo es que íbamos a limpiar su casa de tanta sangre.

Bueno, el "íbamos" era una cuestión en la que me incluyo porque sí, porque también soy responsable, en parte.

Aunque me resulte un poco, no sé, raro que yo me esté cuestionando estas cosas. Cuando antes no me importaba nada.

Eso sí, siempre tuve mi objetivo claro, y eso nadie me va hacer cambiar de opinión.

Ádalin sigue estando en mi punto de mira. Es cierto que no la he vuelto a ver, ni a saber nada de lo que ha estado haciendo.

Pero sea lo que fuere, seguro que su silencio significa que algo estará tramando, y no será nada más y nada menos, que algo gordo.

Me quité de encima del Grimm y me senté sobre mis piernas, como en la series japonesas en las que las damas se sientan de esa manera. Sigo sin entender cómo pueden estar horas y horas en esa postura sin siquiera mover un dedo. Es impresionante, porque yo no tardo ni 10 minutos y ya estoy incómoda en esa posición, y tengo que moverme y estirarme para que no se me acalambren las piernas.

Bueno, volviendo al tema principal. Nick se levantó y miró a su alrededor estirándose cuyo oso perezoso.

-Ugh - dijo mientras estiraba sus brazos y le estallaba la espalda. - Creo que hay mucho trabajo por aquí - colocó su mano derecha sobre su cadera dejando caer el peso de su cuerpo sobre su pierna.

- Voy a ayudarte - me levanté del suelo a modo máquina programada. - ¿Dónde están los trapos para limpiar esto? ¿Y la fregona y los demás utensilios? - lo miré encarnando una ceja.

- Pues.. Se supone que están en el sótano - me miró con curiosidad.

- ¿Se supone? ¿No sabes qué tienes en casa? - le sonreí.

- Bueno, nunca me he parado a limpiar tantos destrozos - miró la casa con detenimiento.

- Bueno pues ya va siendo hora que aprendas a limpiar, ¿no?- cuestioné divertida.

- Vale, vale- dijo rezagado- venga, vamos al sótano - ambos, tras ver todo el destrozo, bajamos al sótano de la casa de Nick y observamos que tampoco había mucho material para limpiar, pero era el suficiente para que nos pasásemos día y medio en limpiar todo.

Una vez en el sótano, Nick cogió la fregona y yo unos trapos para proseguir con nuestra misión. Pero de repente, se me ocurrió que podríamos llamar a Rosalie y a Monroe para que nos ayudasen y pudiésemos terminar esto cuanto antes.

Pero claro... Creo que alguien debería de ir a desatar a Rosalie, y cuando llegue estará hecha una fiera... Así que, creo que tendría que empezar a correr por mi vida.

- Nick... - lo llamé por lo bajo.

- ¿Si?- respondió con cierto interés.

- ¿Porque no llamas a Rosalie y a Monroe para que vengan a ayudar y de paso que traigan más material para limpiar?- miré a Burckhardt de reojo sin saber muy bien qué más decir.

- Es una buena idea, pero, ¿por qué hablas como si alguien nos estuviera escuchando? - susurró por lo bajo siguiéndome el rollo divertido.

- Ufff... si yo te contara - suspiré encogiéndome de hombros. Me miró esculpiendo su sonrisa. - Es que, he dejado a Rosalie atada en el hospital con los tubos que me administraban fármacos y sangre... - sonreí de lado mientras miraba hacia la puerta del sótano.

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