Descendencia Green (EN EDICIÓN)

Capítulo 13

[CAPÍTULO SIN EDITAR]

El capítulo se encuentra sin editar, me disculpo por cualquier error ortográfico, al terminar esta novela se encontrara editando y arreglando esos errores, si no es mucha molestia me ayudarías demasiado marcar en donde están los errores. ❤

¡Muchas gracias! 

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¿Mariposas?

Nathalie Woods

— Eres una genio madre — dice mientras me observa con una sonrisa — Y tu también florecita — exclama, para después juntar sus labios con los míos en un rápido beso que me toma por sorpresa, lo miro con los ojos bien abiertos como empieza a quitar la tela vieja y casi desecha mostrando que efectivamente nunca fue un cuadro era una pared de acero inoxidable que solo fue cubierta por la tela, y un marco de madera simulando un cuadro.

— Un lugar que nadie se esperaría,  sabía que buscarían en lo más obvio que era su familia ¿Quien prestaría atención a un cuadro de un perro y un gato? — dice a la nada observando maravillado lo que parece ser la placa de metal oculta — Entonces ¿Como se abre o que función tiene? — pregunto observando por todos lados tratando de encontrar algo que nos ayude con eso — Mamá no dejaría tan fácil que la abrieran, lo haría acople a nuestra inteligencia de una forma que solo un green podría — dice pensativo obsevando con detalle cada esquina.

— Por supuesto — dice haciendo un chasquido con sus dedos, se acerca rápido a aquella placa y la toma de ambos lados, empujando hacia el lado izquierdo con fuerza provocando que esta poco a poco se mueva haciendo un escandaloso ruido — Un green jamás entraría en desesperación, y mucho menos se tomaría el lado derecho de alguna o cualquier decisión un green escoje siempre la izquierda — recita mientras empuja con fuerza aquella placa, yo solo lo observo viendo como poco a poco esta se hace a un lado dejando ver por completo una caja fuerte.

— No tenemos la contraseña — digo decepcionada, obsevando la caja el no dice nada solo rasca su barbilla y la mira nuevamente — Solo un idiota, insensato y con poca inteligencia pondría la fecha de sus hijos, esposo/a, ó de ellos mismos como contraseña, alguien inteligente podrían esos números alasar — vuelve a hablar para el mismo provocando que lo mire con extrañeza.

El enseguida empieza a mover la caja fuerte, donde inmediatamente se escuchan los "Click" en cada número acertado — ¿Como...? — miro anonadada como la caja es abierta haciendo un ruido inevitable, miro adentro y hay una caja de madera decorada con color oro, y pequeñas figuras de flores del mismo clor, pero aquella cerradura color bronce es la que más llama la atención, papeles hay a su alrededor junto con unos que otras pequeñas cajas de lo que parecen ser joyas.

— Esto es asombroso — digo mirando todo con detalle — ¡Chicos vengan! — grita Artemis mietras toma las pequeñas cajas y las empieza a abrir encontrando una llave de bronce que encaja a la perfección en la cerradura de la caja, el no ve ni saca nada simplemente empieza a vaciar los papeles y todo dentro de la caja sin dejar nada afuera, volviendo a cerrarla.

— Hora de irnos — dice con una sonrisa, yo solo asiento sin rechistar y camino tras de el quien lleva la caja.

— ¿Encontraron algo? — pregunta Elizabeth mirando desde abajo, una gran sonrisa se posa en el rostro de Artemis — Encontramos todo princesa, ella lo encontro — dice mietras me apunta con su barbilla haciéndome sonrojar enseguida.

— ¡Genial! regresemos a casa — exclama Alexander para salir por la gran puerta — Espera quiero ir a un lugar — exclama Artemis tomando mi mano dándole la caja a Elizabeth, ellos  simplemente asienten y salen — ¿A donde iremos? — pregunto con voz baja    el solo sonríe y me jala giandome a cualquier lugar de la casa.
Llegamos a una habitación en mal estado como si fuese donde el fuego fue prolongado — Mi habitación — dice en voz baja y cortada, un suspiro pesado sale de su boca caminando dentro de la habitación hecha completamente en ruinas — ¿Los extrañas? — pregunto aún fuera de la habitación observando como el camina por cada parte de ella.

— ¿Que si los extraño?  tenía la vida perfecta, estaba en la mejor escuela, mi madre era única y mi padre era uno de los mejores, mi hermana era mi luz, por supuesto que los extraño — dice ahora mirándome con aquellas joyas verdosas de sus ojos, brillantes y alucinantes — Lo siento, supongo que fue muy duro crecer solo... — digo a la nada alejando mi mirada de el — No tan duro como vivir con ellos ¿no flor? — dice con un toque de burla yo lo miro con enojo, pues muy en el fondo tiene razón.

— Yo... —  antes de hablar su celular empieza a sonar, el gruñe y responde      — ¿Que demonios quieres?  No, no eso es una estúpides ¡No me importa! ¿Que estas diciendo chica? ¡Bien como sea! ¡Has lo que quieras!  — mi vista se enfoca en el «Genial otra chica» mi ceño se frunze ¿Otra chica?.

— Tenemos que irnos — dice ahora regresando a su misma posición sería yo solo suelto un suspiro «Demasiado bueno para ser verdad» pienso antes de ir tras el y salir de aquella casa.

[...]

El camino es silencioso nuevamente, nadie dice nada, y Artemis no a soltado  su teléfono celular en ningún momento,  un picor en mis manos me hace sentir  un calor por todo mi cuerpo — ¿Que tanto vez? — pregunto brusca llamando la atención de todos una carcajada sale de los labios de Alexander — ¡La pequeña esta celosa! — mis mejillas se sonroja enseguida una risa suave pero ronco me hace estremecer — Llegamos — enseguida bajo sin escuchar nada y camino con rapidez al gran departamento, mis puños se cierran con fuerza y mis dientes aprietan de igual forma mis labios «Aún no se donde demonios estamos» cierto mis ojos con frustración — Vamos, es por aquí — su voz me hace dar un brinco asustada.

— Vaya vaya, el gran Artemis Green ya tiene mujer... Y una muy bella por cierto —  una voz suave pero ronca me hace mirar a la entrada, una mujer hermosa se encuentra frente a mi, cabello corto y brillante ojos enigmáticos y sus brazos cubiertos de tinta — Te dije que no te quería ver aquí — la voz de Artemis me hace salir de mis pensamientos.

— Si, pero también me has dicho que hiciera lo que quisiera — dice mostrando una bella sonrisa bien cuidada, con unos labios dignamente carnosos que me hacen tener un piquete de envidia, ella es hermosa de todas las formas físicas que he llegado a ver en alguna chica.

— Un gusto, soy Kendra — la chica se dirige a mi con una sonrisa y ofreciendo su mano, la cual acepto con una sonrisa sin esperar que ella me jalara y diera un fugas beso en mi mejilla — Soy... N-nathalie — entre un tartamudeo me alejo de ella sintiendo como el calor se sube a mi rostro por completo, siento un fuerte Jalón que me despierta de aquella situación.

— ¡Vaya! la pequeña Nathalie ya tiene nueva conquista, no sabía que las mujeres te iban pero aún así, eso te hace ver jodidamente atractiva y más deseable para los hombres — Alexander empieza a hablar sin parar provocando que mis mejillas se vuelvan a sonrojar — Cierra la maldita boca chico —  Artemis dice entre dientes, ejerciendo más fuerte su agarre en mi brazo.

— Tranquilo troglodita, que la estas lastimando — nuevamente vuelve a hablar la chica, quitando con fuerza el agarre que tiene en mi brazo, la respiración se me va cual globo desinflado, mi boca se abre y mi miedo se incrementa con potencia mi vista recae en las facciones del chico tras de mi.

Su rostro enrojecido, sus puños apretados con fuerza y sus pupilas extendidas, cada parte de el decía que estaba apuntó de atacar.

— Dejatelas de machito chico, la estabas lastimando y punto sabes perfectamente que no te tengo miedo — miro las facciones de Kendra y efectivamente no hay rastro de temor, solo veo determinación y una pizca de burla que brilla en sus ojos grises mezclados con un ligero toque verodoso — Yo... — trato de decir algo pero mi voz sigue atorada parece que dejó de funcionar por aquel periodo de tiempo.

— Callate, vamos adentro y tu Kendra tomas lo que se quieras y te largas — dice tomando mi mano con fuerza y nos adentramos al edificio. Mirando nuestras manos entrelazadas el rovoltijo en mi estómago se hace presente haciendo que una media sonrisa se pose en mi rostro.

¿Mariposas?...

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¡Besos tronados! 

Y lamento el retraso.

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