Capítulo 14

465 32 1
                                    


El testamento de la abuela Rose.

— ¿Que demonios Catherine? ¡¿Rompiste la pared?! — James estaba observando anonadado como Catherine sostenia un maso, junto a un gran hoyo en la pared debido a sus golpes — Tranquilo James, había algo raro en esta pared — James pone los ojos en blanco y ríe a carcajadas, Catherine lo mira raro para después empezar a reír también — Estas loca cariño, Samantha se a despertado ¿Encontraste algo? — dice ahora más relajado ella suelta un bufido con fuerza y niega mientras deja caer el gran maso al suelo haciendo un gran estruendo.

— Estoy segura de que hay algo en esta habitación, lo puedo sentir James —  unos brazos la rodean, el cálido humor que su esposo desprende la logra tranquilizar — Cariño, entiendo que aquí es donde creciste y aquí dormian tus padres pero... Tenemos que superarlo — dice delicado tratando de no herir nada a su camino con sus palabras — Lo se... ¡Ahi esta! ¡Te lo dije James!  — Catherine sale del agarre de su esposo y corre hacia el cuadro familiar que estaba en su habitación.

Ella toma el cuadro donde enseguida saca un par hojas.

— Mi madre dejó un testamento — dice tomando las hojas  con una sonrisa, mostrando una mirada nostalgica — Siempre lo supiste madre, y aún así seguias actuando tal cual — el dolor que sintió en ese momento fue inexplicable, pues por primera vez sabía lo que ella alguna vez sintió por fin sabía lo que era ser madre.

— ¿Que es cariño? — pregunta acercándose a leer lo que su mujer había encontrado — El testamento de mi madre,  esto va dirijido a alguien más no es para nosotros así que vamos a guardarlo — dice guardado los papeles sin haber leído nada en absoluto más que unas pequeñas palabras.

Para mi querido Nieto.

[...]

Artemis Green 

Por un momento el enojo en mi cuerpo estuvo apuntó de explotar frente a Kendra a la cual un buen golpe en la cara se merecía.

— ¿Que encontraron? — pregunta Yuli tomando un trago de su soda dietética, sentándose en el sillón sus ojos se dirigen a Kendra quien la observa como a todos, con una sonrisa — Oh tu devuelta, dime ¿ahora que le quitaras a Artemis para después irte como siempre? — dice burlona tomando otro trago de su sods.  — Oh nena, creeme esta vez vine para quedarme — aquello a todos nos saca por sorpresa ya que Yuli escupe la soda de manera asquerosa manchando mi mano y la blusa de Nathalie.

— Que asco —  digo mirando con desaprobación el desastre que se echo — Es una maldita broma, primero la niña rica y ahora la chica sonrisita es estúpido — dice lanzando la lata de soda en la mesilla de centro, saliendo de la sala — ¿La chica aún no lo supera he? — dice con burla Kendra,  caminando por la sala.

Un pequeño carraspeo me hace mirarla a la pequeña chica que ya hace a mi lado — ¿Tendras una blusa limpia? — pregunta mirando hacia sus zapatos, una sonrisa sale de mi rostro mi mano se dirige a la suya quien enseguida la toma — Ven te llevó a tu habitación — digo con delicadeza ella solo asiente  y toma con más fuerza mi mano, que extrañamente es algo cómodo a mi parecer, sintiendo la calidad de ella una que en algunas ocasiones me hace estremecer.

Llegando al final del pasillo, me detengo en la puerta color azul agua uno de sus colores favoritos, la  puerta a su lado color  negro es mi habitación — Esta es tu habitación, la mía es la de alado por si se te llega ofrecer algo yo estaré cerca — digo tranquilo observando sus pequeños y delicados rasgos, sin evitarlo mi mano ya se guía a su rostro sintiendo aquella suavidad que parece porcelana.

— Me iré a cambiar — dice de la nada alejando mi toque de ella,  una risa vuelve a salir de mis labios — Espero te quede y te sea comoda la ropa — digo para después alejarme y entrar a mi habitación «¿Que demonios me esta pasando?» pienso mientras me dirijo a la cama, me lanzo a ella sintiendo el frío de las colchas.

Descendencia Green (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora