[CAPÍTULO SIN EDITAR]
El capítulo se encuentra sin editar, me disculpo por cualquier error ortográfico, al terminar esta novela se encontrara editando y arreglando esos errores, si no es mucha molestia me ayudarías demasiado marcar en donde están los errores. ❤
Florecita.
Artemis Green :
— Hola, perdón por interrumpir solo buscaba el baño — dice con sutileza la pequeña chica frente a mi, yo sonrió con grandeza viendo como tiembla ante tal situación esperando a que le crea.
— Tu casa ¿Y no sabes donde está el baño? eso si que es tremenda estupidez humana — digo con gracia, su pequeño cuerpo se tensa sus delgados dedos se aferran a los tacones altos — Yo... me tengo que ir — dice dando media vuelta, dejando ver su espalda cubierta por el encaje rosado de aquel vestido, sus pasos son rápidos y apresurados una sonrisa se posa en mis labios, Yuli dispuesta a detenerla trata de ir por ella pero se lo impido — Déjala ir — digo serio, Volviéndome a adentrar a la oficina — ¿Estás loco? ¡Nos va a delatar! — exclama con fuerza, yo cierro los ojos con pereza.
— No lo hará — digo seguro de mi mismo, su mirada extasiada llamó mi atención una oscuridad rodeaba su cuerpo, algo llamativo y muy expresivo su rostro demostraba fatiga y desespero, su ojos brillaban con fuerza como si a verla pillado hubiera sido de lo más emocionante — ¿Cómo estás tan seguro? — dice Elizabeth hablando por primera vez en el día, yo sonrió de medio lado y levanto mis hombros — Simplemente lo se — digo sin restarle importancia al asunto.
— Bien, vasta de charlas — digo ahora serio, buscando por todas partes la maldita caja del dinero — Yuli tu iras abajo, empezaras a servir tragos observando a los que creas que tienen más valor, Elizabeth tu te harás cargo del transporte, así que esperas afuera en la camioneta y recuerda nada sale nadie entra, tu Alexander pondrás fin al Internet y la señal, yo me encargo del pez más grande —
Ellos asienten y salen del lugar, mi vista se dirige a cada esquina de aquella habitación — ¿Donde estás? — pregunto a la nada, buscando algo inusual — Bajo de ti — mi vista se dirige a la chica de hace unos minutos, con el vestido bien enfundado a su cuerpo y los altos tacones bien puestos mis ojos se dirigen a la alfombra color vino, — Por supuesto — digo sarcástico, moviendo el único peso que me impide mover la bendita alfombra, yo.
Quitando enseguida esta, veo la puerta que se confunde poco con suelo, esta contiene maldito código de números maldigo en voz baja golpeando el suelo con mi puño — 150518 — Mi quijada se aprieta con fuerza al volver a escuchar su voz, la cual me empieza a desesperar — ¿Como puedo estar seguro de que no es un número que active alguna alarma — digo observando sus ojos azules eléctricos que me miran exasperante — Es el día, el mes y el año en el que se volvió millonario — dice sin importancia encogiéndose de hombros.
Maldigo mil veces a la chica, y marco el número en la pantalla esta tarda unos segundos y abre, una sonrisa se posa en mis labios, mi vista llega a la castaña quien ahora tiene sus ojos en el suelo, lentamente me levanto caminando a ella — Gracias, florecita — digo acercando un poco más mi cuerpo al suyo — D-de nada — su débil tartamudeo me hace sonreír más.
— ¿Por qué me ayudas a robar a tu propio padre Nathalie Woods? — digo ahora pegando mí cuerpo al suyo, susurrando en su oído notando como su cuerpo se tensa por completo por la cercanía, emanando una pureza realmente excitante — Yo n-no lo se — dice con la voz baja y un poco atorada, mis manos toman las suyas poniendo cada una encima de su cabeza haciendo que el vestido se levante unos dos dedos más.
— ¿Segura? — digo ronco, pegando mi pelvis a su abdomen un gemido de sorpresa sale de sus labios provocando aquel leve dolor en mi miembro — S-si — dice ahora un poco más ronca, tratando de deshacer mi agarre de sus manos, sus dientes prensa su labio mordiendo este con delicadeza sacando poco a poco la cordura de mi cabeza.
— No lo hagas — ordeno demandante observado aún sus labios, los cuales lentamente son liberados mi mente colapsa, uno mis labios con los suyos sintiendo sus movimientos torpes tratando de seguir mi ritmo, irónicamente excitando más mi cuerpo.
Siento como su cuerpo se mueve tratando de conseguir más calor, yo sonrió entre el beso bajando lentamente mis manos por su cuerpo llego a sus glúteos apretando estos con fuerza sacando otro gemido de sorpresa por parte suya, mis labios se dirigen a su suave cuello el cual huela a frutillas rojas, un gemido retenido sale de mi boca. Levanto su cuerpo con agilidad, enroscando sus piernas en mi cadera enseguida ella se empieza a mover con una sorprendente agilidad que me hace restregar mi miembro erecto directamente con su tibia feminidad su vestido ya está hasta su cadera su ropa interior ya hace expuesta.
Su cuerpo recargado en la puerta me ayuda a dirigir mi mano a su entrada, ella gime delicadamente mordiendo su labio nuevamente, acariciando lentamente por enzima de su braga, notando la humedad que ya está prolongada muerdo mi labio al sentir como empieza a doler mi miembro por lo apretado que está deteniendo mis toques dirijo mi mano a mis pantalones, liberando mi miembro dejándolo respirar, vuelvo a mi trabajo volviendo a cariciar hago a un lado su pequeña braga adentrando un dedo a su cavidad, sintiendo su tibio calor acariciar mi dedo en su plenitud, un gemido retenido es lo que alcanzo a percibir tratando de adentrar mi segundo dedo, empiezo a notar lo estrecha que está.
sonrió al notar la pureza y la oscuridad que la rodea, esta tan dispuesta a entregarse a mi un simple desconocido que aparte de todo le piensa robar, una risa sale de mi garganta haciéndola abrir sus ojos dejando ver aquel azul tan llamativo, sacando mi dedo de su cavidad me acerco a sus labios rozando con los míos — Florecita traviesa — susurro antes de dejar un beso rápido en sus labios, y dejarla caer a las bruces del suelo.
Acomodando mis pantalones y mi ropa interior.
Tomando la maleta, la empiezo a llenar con todo el dinero que se encuentra en la caja fuerte, siento su mirada puesta en mi así que sonrió de lado y la observo directamente también — ¿Piensas ayudar? o te vas a quedar — digo con burla, veo aquel brillo particular en sus ojos, la duda la empieza a comer viva.
Sorprendido observo como la pequeña florecita se acerca y empieza a vaciar la caja fuerte de su padre.
— Ya está todo listo — la voz de Alexandre suena por el pequeño aparato que compré para podernos comunicar.
Yo sonrió en grande mientras observo como la pequeña Nathalie sigue metiendo el dinero a la maleta.
«Ven mi pequeña y frágil florecita, deja te sumerjo en mi oscuridad»
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Descendencia Green (EN EDICIÓN)
Action|Descendencia Green| El amor puede hacer demasiadas cosas pero en mi caso, son solo dos lo que conlleva a enamorarte, Salvarte o Matarte. Mi madre y mi padre se enamoraron, sufrieron y gozaron, fueron felices e incluso puedo decir que fueron más inf...