Capítulo 16

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Un regalo especial.

¿Desde cuándo el hace regalos? se pregunta observando aquella caja color negro, y moño violeta brillante.

Su ceño se frunce «¿En que momento llegue a ésto?» se pregunta nuevamente, con la Caja en mano un suspiro sale de sus labios «Solo es para el entrenamiento» se trata de convencer a así mismo con sus pensamientos,  entrando a aquel departamento la observa mirando la televisión, sus ojos están derramando lágrimas y sus labios están temblando.
El se concentra en escuchar lo que la televisión trasmite.

En noticias, damos el pésame a Emanuel Rivera woods eh Iliana Woods  ya que se acaba de informar que el cuerpo de su hija Nathalie Woods fue encontrado mutilado y desecho en un pozo a lo lejos de la ciudad. Mis pésame a la familia woods.— eso es lo último que se limita a escuchar,  pues un repentino enojo lo llena por completo apaga la televisión y la observa con detenimiento, esperando algún movimento de su parte.

— ¿Me matarás no? — dice Nathalie sin dejar de observar la pantalla de la televisión, sus ojos ya no expulsan aquella agua salada ahora lo único que se encuentra es un rostro enrojecido y serio — ¿Que estupidez dices? — dice observando a la chica aún con la caja de regalo en sus manos — Mis padres piensan que estoy muerta, ya no harán nada si dices que me tienes, me matarás no te sirvo ya para nada — dice ahora observandolo con aquellas joyas azules en sus ojos, una risa seca sale de la boca de Artemis «Si tú supieras florecita» piensa con burla.

— ¿Creíste que te iba a soltar cuando tus padres me dieran el dinero? si es que me lo dan claro, tus padres son unos tacaños — dice con burla dejando la caja en una mesilla, ella lo observa con enojo «idiota» piensa observando al chico — Hera lo más obvio ¿No crees? — Dice observando la caja por primera vez, la risa ronca de Artemis la hace estremecer con facilidad — Por supuesto que no, sería demasiado imbécil para dejarte ir, te recuerdo princesa que nadie vio nuestros  rostros a excepción claro de ti —  su cuerpo tiembla, recordando aquel día por completo y recordando que sus rostros fueron cubiertos por aquellas máscaras espeluznantes y nadie sabía de quién se trataba.

— Entonces, me matarás — dice ya resignada observando un punto fijo imaginando cual de todas las formar Artemis Green la mataría — Antes pensaba hacerlo,  pero tu mi pequeña florecita me serás muy útil en estos momentos — la sonrisa deslumbrante que le muestra lo único que provoca es temor en ella.

— No seré un monstruo como tu — dice mostrándose desafíante, pero muy en el fondo una voz interna le grita que por fin será libre y con acción en su vida, una chispa de adrenalina la hace temer de ella misma — No, claro que no pequeña tu no serás un monstruo como yo, tu mi bella flor serás peor que eso — dice acercándose a ella, tomando la Caja nuevamente y ofreciéndosela con una media sonrinsa — Para ti — susurra en su oído para dejar aquella caja en sus manos ella sorprendida y con una sola sonrisa empieza abrir la caja con aquel listón de su color favorito.

Sus manos ormigean y sus mejillas se sonrojan — ¿Cuchillos?  — trata de no sonar decepcionada, pero es inevitable ella esperaba un vestido, un collar hasta un anillo en esa gran caja — Tus, cuchillos — dice Artemis con una sonrisa, ella lo mira sería por unos segundos para después soltar un suspiro ronco — Yo no se usar estas armas — dice observando su regalo, un color morado chispeante que llama su atención enseguida por un momento ella misma se preguntó «¿Como se vería con unas gotas de sangre escurriendo por estas?» ella niega ante su idea volviendo a la realidad de sus asuntos.

— Yo te enseñare a usarlas — dice mirándola con diversión, la picazón en sus manos se hace más intenso una sonrisa se posa en sus labios apunto de responder un carraspeo irritante llama su atención — Por fin llegas, es la última vez que me dejas hablando sola después de cogerte a esta zorra — sus ojos se cierran y su cuerpo se tensa.

Jessica volvió a hacer acto de presencia, con sus vestidos apretados y sus grandes pechos.

— Te dije que cuando llegará no te quería ver más por aquí — dice lento pero enojado, observan directamente a la chica ahora sus ojos recaen en el obsequio que el le acaba de entregar una pequeña sonrisa se hace presente en sus labios al imagiar estas siendo estrenadas de una manera espectacular — Aún no mi pequeña flor,  es muy pronto — su voz hace mirarlo con una sonrisa esta en su rostro que me impide quitar mis ojos.

Tiene razón... La voz en su cabeza hace eco.

No hagas daño porfavor... Aquella debilidad le hace estremecer.

Ella solo asiente como niña pequeña, tomando su regalo y levantando su  trasero de aquel sillón le da una sonrisa en grande — Gracias por el obsequio — dice acercándose a el poniendose de puntas y dejando un beso en su mejilla sintiendo el olor de su colonia, al retirarse viendo su ceño fruncido — Es la última vez que me agradeces con un beso en la mejilla, a mi me das un maldito beso bien — dice el exasperado «¿Como se atreve?» piensa observando a la pequeña frente a el.

Su voz le sorprende al igual que sus movimientos, sus manos sostienen su  cintura con fuerza pegando su cuerpo con el suyo dando un suave apretón uniendo sus labios con los suyos, movimientos lentos pero duros, excitantes, agonizantes.

«frío y cálido.» piensa ella disfrutando el toque de aquel beso apasionado, cerrando los ojos con más fuerza no queriendo separarce en ese momento.

— Entiendo — dice al terminar el beso, una sonrisa despampanante se posa en el rostro de ambos  — Te encuentro en mi habitación — dice sin despegar la mirada de el rostro de la chica, ella solo asiente y le pasa por un lado llegando a la chica quien los observa con enojo, ignorarla sería una de sus mejores opciones pasando ipor su lado  ignorando su presencia pero claramente ella no este de acuerdo, tomando con fuerza su brazo le hace tirar el regalo, el sonido del metal hace eco en la habitación, sus ojos miran los suyos el enojo y el odio que desprenden es sorprendente — Jessica — ahí está su voz amenazante, su cuerpo empieza a emanar un calor abrumador.

— Vuelves a posar tus asquerosos labios en mi hombre y... — rápidamente una alarma en su cabeza se adentra en su cabeza safamdose de su agarre enseguida — ¿Y que? — la voz de la chica angelical había desaparecido su voz sale más ronca de lo normal, el desafío en su voz se hace presente y como si fuese mas posible el calor de su cuerpo se hace más intenso — Te recuerdo que si fuera tuyo, en estos momentos yo estaría en la mierda y tu querida estarías cogiendo con el en este mismo instante, esta claro que tu no estas en mi lugar así que vuelve a tocarme y te cortare las manos con mis nuevos regalos —  su semblante se hace más oscuro más frío, la sorpresa en el rostro de Artemis es memorable una.

— Artemis dile a tu gata que me S-suelte — la voz de Jessica sale en tartamudeo, una carcajada sale de su garganta — Ella manda cariño, ni tu ni yo tenemos que ver con ella — dice con una sonrisa observando como su pequeña flor se convierte en aquella fiereza que tanto anhelaba que saliera con el entrenamiento que el a su tiempo le ofrecería.

Después de todo era un regalo especial.

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[CAPÍTULO SIN EDITAR]

El capítulo se encuentra sin editar, me disculpo por cualquier error ortográfico, al terminar esta novela se encontrara editando y arreglando esos errores, si no es mucha molestia me ayudarías demasiado marcar en donde están los errores. ❤

¡Muchas gracias! 

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Prepárense.

Descendencia Green (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora