Viviendo con 5 idiotas

Especial Navidad (Final)

Terminamos de cenar y de ver una película. Estamos todos en el salón, cada uno con sus respectivos móviles. Yo estoy hablando por mensaje con mis hermanos pequeños, los cuales están con el teléfono de mi madre.

Me: Y bien? Creéis que Santa os va a traer muchas cosas? 

Mamá (Jade y Teo): Siii!!!!

Me: Eso esperemos... Por cierto, que

no me lo habéis dicho, qué habéis pedido???

Mamá (Jade y Teo):  Yo libros, puzzles y pinturas.

Mamá (Jade y Teo): Teo espadas láser y un coche telidegido

Sí, mis hermanos son muy inteligentes para su edad, MUY inteligentes. Otra cosa es que a Jade no se le dé muy bien eso de escribir y leer, ya que es disléxica. Pero escribe y lee a diario para que se le haga más fácil.

Me: Teledirigido, Jade. Pero bueno, estáis nerviosos?

Mamá (Jade y Teo): Sí, bastante

Me: No tenéis por qué, seguro que os

habéis portado genial. Ahora a dormir, que ya es tarde.

Mamá (Jade y Teo): Buenas noches!!!!

Me: Buenas noches! Que durmáis bien!

Bloqueo el móvil y me levanto del sillón. Los chicos siguen con la mirada fija en sus teléfonos.

-Me voy a la cama- anuncio y ellos me ignoran. 

Me encanta que me hagan el vacío, oye. Subo las escaleras y entro en mi habitación. Me pongo el pijama, me lavo los dientes y vuelvo a la cama. Cojo mi portátil y comienzo una llamada por Skype con mi hermano, Iván, Xavier y Sam (la cual está en España). 

-¡¡¡Hola!!!- digo cuando se conectan todos.

-Hola- saluda Iván.

-Buenas noches- Sam está despeinada y parece que se acaba de despertar.

-Hola, enana- Xavier y mi hermano siempre me llaman así, es algo molesto que he aprendido a sobrellevar.

-¿Qué quieres?- Alexander tan encantador como siempre.

-No, nada, solo quería hablar.

-Adiós entonces.

"Ale imbécil" ha salido de la llamada.

-Si él puede irse, yo también. DEJADME DORMIR.

"Charles Xavier" ha salido de la llamada.

-Malas personas- murmuro entre dientes.

-Bueno, ¿qué estáis haciendo?- dice Iván en un intento de romper el silencio incómodo que hay, cosa que no suele ser nada normal entre nosotros.

-Dormir, antes de que me llamara Sophie- la rubia me mira con reproche-. ¡Estaba soñando con Dylan o'Brian! No te lo perdonaré nunca- se cruza de brazos y se da la vuelta. Al segundo se vuelve a girar-. Me quedo porque me aburro, no por otra cosa.

Iván y yo reímos. Nos quedamos hablando un buen rato. Se pasan las 12. Se escuchan unos pasos desde la cámara de alguno de mis amigos. Iván se gira hacia la puerta de su habitación en el momento en el que se abre. Entra un hombre corpulento y alto que conozco desde que nací.