28|Niños de Madagascar y koala

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Me despierto con el estridente sonido de la alarma de mi móvil que se alza por encima de la música. Apago la alarma y me desperezo. Me levanto de la cama, cojo unos pantalones cortos de deporte, una camiseta de manga corta negra y una sudadera de mi equipo de rugby de cuando estaba en España, que era de mi hermano. Recuerdo a mis amigos de Murcia y sonrío. Apago la música y salgo de mi cuarto. Justo en ese momento, Daniel sale del baño con el pelo húmedo.

-Hola- le saludo restregándome la mano por a cara.

-Hola. Todo tuyo- dice refiriéndose al baño.

Frunzo el ceño y entro. Antes de desvestirme, pruebo a ver si mi champú o jabón tienen su color original y, como me imaginaba, el champú está rojo. Abro la puerta y grito:

-¡Buen intento, Allen, pero más suerte la próxima vez! ¡Y más te vale que no haya una próxima vez!

-Maldita sea.

Río y vuelvo a meterme. Usaré de su champú, que se fastidie.

Uhh, qué malota...

Calla.

Cuando termino de ducharme ya son las ocho menos viente. Salgo del baño y bajo a desayunar. Me encuentro a Daniel mirándome molesto.

-Hola, Dani- me acerco a él y le sonrío inocente-. ¿Cómo te sientes al saber que no te ha funcionado?

-Calla- me espeta.

-Vale- me encojo de hombros.

Me meto a la boca la pastilla. Agarro una manzana y empiezo a morderla. Aún queda para que empiecen las clases, pero decido ir al instituto. Cojo mi mochila y me voy. En la puerta del edificio me encuentro con Sam y Eira.

-¿Es que solo comes manzanas o qué?- me pregunta mi mejor amiga.

-Casi pareces Ryuk- comenta la otra chica.

-Hola, Sam. Yo estoy bien, molesta por ser lunes, pero bien. ¿Y tú?- le pregunto.

-También estoy bien- sonríe forzadamente, intentando no reírse.

-En fin, ¿nos vamos? Hay veces que me dais miedo- se queja Eira.

-Sí, vamos. Y puedes reírte- le digo a la otra rubia. Ella estalla en carcajadas. Después de unos segundos, recobra la compostura-. ¿Ya?- ella asiente.

Empiezo a caminar.

-¿Qué tenéis ahora?- pregunta Eira.

-Ehhh... Creo que mates- contesta Sam.

-Sinceramente, ni idea- contesto yo tirando la manzana.

-Pues míralo, idiota- Sam me da un golpe.

-Voy- enciendo el teléfono y miro en mi galería. Sí, tengo una foto de mi horario. ¿Soy o no soy un genio?

No lo eres.

No hables.

-Geografía- digo con una mueca-. Cómo odio geografía.

-Yo también, y me toca contigo- me apoya Eira.

-Por cierto, ¿y Steph? ¿Ha muerto, o algo?- pregunto al darme cuenta de que falta.

-Se ha levantado la última y le toca entrar al baño después de Julie- me contesta Sam recargando su peso en mi hombro.

-Es decir, va a llegar tarde- resume la otra chica.

-Bastante- corrobora la primera.

En algún momento, llegan dos de los chicos con los que vivo y me arrastran a no sé dónde.

Viviendo con 5 idiotasWhere stories live. Discover now