Me despierto con el estridente sonido de la alarma de mi móvil que se alza por encima de la música. Apago la alarma y me desperezo. Me levanto de la cama, cojo unos pantalones cortos de deporte, una camiseta de manga corta negra y una sudadera de mi equipo de rugby de cuando estaba en España, que era de mi hermano. Recuerdo a mis amigos de Murcia y sonrío. Apago la música y salgo de mi cuarto. Justo en ese momento, Daniel sale del baño con el pelo húmedo.
-Hola- le saludo restregándome la mano por a cara.
-Hola. Todo tuyo- dice refiriéndose al baño.
Frunzo el ceño y entro. Antes de desvestirme, pruebo a ver si mi champú o jabón tienen su color original y, como me imaginaba, el champú está rojo. Abro la puerta y grito:
-¡Buen intento, Allen, pero más suerte la próxima vez! ¡Y más te vale que no haya una próxima vez!
-Maldita sea.
Río y vuelvo a meterme. Usaré de su champú, que se fastidie.
Uhh, qué malota...
Calla.
Cuando termino de ducharme ya son las ocho menos viente. Salgo del baño y bajo a desayunar. Me encuentro a Daniel mirándome molesto.
-Hola, Dani- me acerco a él y le sonrío inocente-. ¿Cómo te sientes al saber que no te ha funcionado?
-Calla- me espeta.
-Vale- me encojo de hombros.
Me meto a la boca la pastilla. Agarro una manzana y empiezo a morderla. Aún queda para que empiecen las clases, pero decido ir al instituto. Cojo mi mochila y me voy. En la puerta del edificio me encuentro con Sam y Eira.
-¿Es que solo comes manzanas o qué?- me pregunta mi mejor amiga.
-Casi pareces Ryuk- comenta la otra chica.
-Hola, Sam. Yo estoy bien, molesta por ser lunes, pero bien. ¿Y tú?- le pregunto.
-También estoy bien- sonríe forzadamente, intentando no reírse.
-En fin, ¿nos vamos? Hay veces que me dais miedo- se queja Eira.
-Sí, vamos. Y puedes reírte- le digo a la otra rubia. Ella estalla en carcajadas. Después de unos segundos, recobra la compostura-. ¿Ya?- ella asiente.
Empiezo a caminar.
-¿Qué tenéis ahora?- pregunta Eira.
-Ehhh... Creo que mates- contesta Sam.
-Sinceramente, ni idea- contesto yo tirando la manzana.
-Pues míralo, idiota- Sam me da un golpe.
-Voy- enciendo el teléfono y miro en mi galería. Sí, tengo una foto de mi horario. ¿Soy o no soy un genio?
No lo eres.
No hables.
-Geografía- digo con una mueca-. Cómo odio geografía.
-Yo también, y me toca contigo- me apoya Eira.
-Por cierto, ¿y Steph? ¿Ha muerto, o algo?- pregunto al darme cuenta de que falta.
-Se ha levantado la última y le toca entrar al baño después de Julie- me contesta Sam recargando su peso en mi hombro.
-Es decir, va a llegar tarde- resume la otra chica.
-Bastante- corrobora la primera.
En algún momento, llegan dos de los chicos con los que vivo y me arrastran a no sé dónde.
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Viviendo con 5 idiotas
RandomSophie tiene que irse a una residencia en L.A. para estudiar bachiller. El problema, vive con chicos... Muchas aventuras, amistades (nuevas y alguna que otra recuperada), algún posible amor y miles de oportunidades se le ofrecerán este año y los pró...