Me despierto, pero no abro los ojos. Sigo teniendo sueño, supongo que será muy pronto aún, tengo la persiana bajada. Cambio de postura e intento volver a dormir, pero un estruendo en la planta baja me hace ponerme en pie de un salto. Agarro el libro de Cazadores de Sombras, Renacimiento: La Reina del Aire y la Oscuridad. Es bastante pesado, puedo hacer que se desmaye. Bajo las escaleras lentamente y me dirijo a la cocina, que es de donde procede el ruido. Me acerco con cuidado y alzo el libro por encima de mi hombro. Cuando veo a quien ha provocado el ruido, lo bajo bruscamente. Es Daniel.
-¿Qué haces, idiota?- ya tengo voz. No mucha, pero bastante más que ayer. El remedio de Meghan ha funcionado bien.
-Iba a desayunar y se me han caído las cacerolas.
-¿Desayunar a las...?- miro mi reloj-. Diez menos cinco de la mañana... Vale, olvida lo que he dicho. ¿Hago yo el desayuno y así no rompes nada?- él asiente-. Espera...- me giro de nuevo a él-. ¿Cacerolas?- pregunto extrañada. Él solo se encoge de hombros.
Dejo el libro en la mesa de la cocina y saco la cafetera. Necesito un café ahora mismo. Empiezo a preparar tostadas para los dos. No tengo ganas de hacer mucho más. Las pongo en la mesa y vierto mi café en una taza.
-Tienes mejor la voz- comenta Daniel mordiendo una tostada.
-Sí, más o menos. Y tú tienes mejor el pelo- sonrío de medio lado y bebo de mi taza.
-Cállate- se ríe.
-Lo que tú digas, Perry.
Se finge indignado y me lanza la tostada a la cara. Esta impacta de lleno en mi mejilla. Abro la boca sorprendida.
-Te vas a arrepentir de eso, Allen.
-Bueno, la verdad es que tú también tienes el pelo verde.
-Ya, pero a mí me queda mil veces mejor lo sabes- me termino de beber el café y le guiño un ojo desde detrás de la taza.
-Lo que tú digas.
Nick baja las escaleras. Yo le miro sorprendida.
-¿Desde cuándo te levantas tan pronto? Solo son las diez pasadas. ¿Te pasa algo? ¿Te encuentras mal?- me levanto fingiendo preocupación.
-Ja ja- ríe sarcástico-. Me he levantado por el ruido y he bajado a ver qué era.
-Primero, era Daniel, que es muy torpe...
-Cómo tú, Sophie- dice el rubio de pelo verde.
-Tú calla- le espeto con una media sonrisa-. Segundo, llegas un poco tarde, ¿no crees? Se le han caído las cosas hace unos veinte minutos.
-Lo sé, pero tenía que arreglarme- alzo una ceja, riéndome-. Por si era un ladrón armado. Si tengo que morir, lo voy a hacer estando hermoso- hace un gesto de diva.
-¿Esperas a que digamos que ya eres hermoso siempre, o algo? Porque te vas a quedar con las ganas, hermano- le doy unas palmaditas en el hombro como "consuelo". Él me saca la lengua y frunce el ceño. Yo solo sonrío más aún-. No te me pongas triste, Nick, que se te marcan las arrugas.
Le toco con un dedo en la frente y me río. Cojo el libro y subo a mi cuarto soltando una carcajada y posando como la divaza que soy. Subiendo las escaleras, me encuentro con Zack sin camiseta.
-Hey- le saludo. Él asiente y pasa de largo. Qué amables se despiertan, oye.
Déjales, son tíos.
Me he dado cuenta de que son tíos, Conci. Me di cuenta cuando Nick me abrió la puerta la primera vez que vine a esta casa. No hace falta que lo repitas.
YOU ARE READING
Viviendo con 5 idiotas
RandomSophie tiene que irse a una residencia en L.A. para estudiar bachiller. El problema, vive con chicos... Muchas aventuras, amistades (nuevas y alguna que otra recuperada), algún posible amor y miles de oportunidades se le ofrecerán este año y los pró...