31|Hospital

43 6 0
                                    

JAMES

Han pasado unos tres meses desde el cumpleaños de Sophie, ya es febrero.

Muy bien. La mates te funcionan.

Cállate de una vez.

-Oye, chicos, he quedado con unos amigos de Denver que ya no son de Denver porque ahora viven en Los Ángeles. Aún no los conocéis, ¿no?- nosotros negamos con nuestras cabezas-. Bueno, van a venir un día de esta semana- menciona ella jugando con el anillo en su dedo. Sonrío inconscientemente, es el anillo que le regalé por su cumpleaños.

-Estamos a lunes, eso es demasiado general- comenta Daniel.

Se encoje de hombros y mira su móvil. Estamos todos tumbados en el salón. Acabamos de comer. Todos estamos con nuestros respectivos teléfonos. Llaman a la puerta. A Sophie, que estaba a mi lado, se le ilumina la cara y se levanta rápido a abrir.

-¡SOPHIE!- se escuchan varias voces gritando su nombre, seguido de unas risas y golpes.

-Tíos, habéis tardado poco en venir, ¿eh?- Sophie vuelve a entrar en el salón rodeada de chicos cuyas caras no alcanzo a ver, pues estoy de espaldas a la puerta.

-¿Es que no te alegras de vernos?- pregunta uno. Sophie le da un golpe.

-No es eso, simplemente quería ver antes a mi madre. Fuera, luego hablamos.

-¿Ya nos hechas? Qué rápido, enana- cuestiona otro fingiendo estar indignado.

-Sip. Shu, shu, perras- hace unos gestos con las manos incitándoles a salir de la residencia. Se escuchan carcajadas seguidas del sonido de la puerta al cerrarse.

-¿Qué ha pasado? ¿Quienes eran?-alzo una ceja con una sonrisa y toso. De alguna forma, me he constipado.

-Eran unos amigos, los de Denver que ya no son de Denver. Os los presentaré esta tarde- contesta tirándose de nuevo al sofá. Mira su reloj y con un gruñido se vuelve a poner de pie-. Me voy a ir con mis padres, volveré tarde, seguramente.

-Vale- decimos todos al unísono.

Antes de irse, nos choca a todos el puño. Hemos aprendido que no soporta los abrazos, así que nos conformamos con esto. Yo vuelvo a toser. Me tapo la boca con el brazo.

-¿Qué te pasa, hermano?- pregunta Nick con el ceño fruncido.

-No es nada, ayer fui al médico y me dijo que era algo como un constipado pero provocado por un virus extraño. "Selómano", o algo parecido.

-¿Pseudomona, tal vez?- Zack me mira.

-Sí, algo así. ¿Cómo lo sabes?

-Mi hermano mayor es médico. Me usaba para estudiar cuando yo tenía once.

-Ah, eso tiene sentido, sí.

-Es un virus que afecta a las personas con las defensas bajas, si no me equivoco. Pero tranquilo, es inofensivo.

-Bien- me levanto y subo a mi habitación. Me tiro a la cama y empiezo a leer el primer libro que cojo. Es "Ventajas de ser un marginado". Sonrío de medio lado y lo empiezo a leer por segunda vez.

~*~*~*~*~*~

Lo que parece media hora o una hora después, me llaman. Miro el teléfono y veo que es Sophie. Toso antes de descolgar.

-Ho...- empiezo a decir, pero una voz grave de hombre me interrumpe.

-¿Hola? ¿Es... James Scott?- pregunta el hombre.

-Sí, lo soy. ¿Quién es usted? ¿Qué hace con el móvil de Sophie Thoms?

-Soy su padre. Estoy llamando a sus contactos para avisar de que ha cogido Pseudomona, un virus peligroso para ella y la están llevando al hospital- esa frase hace que me dé un vuelco al corazón. ¿Pseudomona? Es lo que me dijo el médico que tenía yo. Pero Zack ha dicho que es inofensivo.

Viviendo con 5 idiotasWhere stories live. Discover now