Capítulo 2: Las chicas del pasillo

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Cuando alguien entra en un nuevo espacio por lo general no se siente en comodidad con el lugar, tampoco se siente apegado, ni mucho menos querido. Se siente solo. Y eso es lo que experimento yo en mi nueva habitación, desempaqué todo tan rápido que casi vuelvo a hacer la maleta solo para volver a hacerla y tener algo con qué distraer mi mente. No he echo más contacto humano desde que Evanlaine me dejó aquí con un simple "suerte, linda" y tocó una de las puerta que está frente a la mía.

Lo gracioso es que nadie le respondió y quedo pegado a la puerta unos segundos pasando el ridículo. Luego me sonrió y se marchó con un paso más desanimado. Yo supongo que esperaba una respuesta del otro lado, aunque a juzgar por su temblequeo puedo decir que no es la primera vez que la chica de la habitación de en frente lo ignora.

Observo el orden de mi habitación y lo comparo con mi desorden mental. No, definitivamente no me ayuda mantener la habitación ordenada hoy. Suspiro y me siento en mi silla giratoria, doy vueltas en aburrimiento. Si... No tengo nada que hacer...

Tal vez debería hacer amistades con las demás chicas del pasillo... Pero a decir verdad tampoco tengo demasiadas ganas de socializar por el momento, sin embargo tengo que hablar con alguien para ingresar a clases sabiendo qué tipo de gente me espera. Así que me decido a salir de mi habitación... Tomo el pestillo, lo giro y salgo al pasillo.

No hay nadie. Literalmente no escucho a nadie moverse, no sé si yo pensaba que las compañeras caían del cielo así como angelitos o si se la pasaban en el pasillo... Pero obviamente no lo pensé bien, sobretodo considerando que son las cuatro de la tarde y la gente normal, o al menos la mayoría, duerme. Así que volteo nuevamente hacia mi puerta y voy a entrar, cuando una voz me detiene.

-Eres nueva- me volteo a ver a la chica que ha hablado y me encuentro con una chica que sale de la ventana que hay justo al lado de la puerta de entrada a las habitaciones.

Parece latina, es una chica hermosa, su piel es bronceada, su pelo negro y sus ojos color verdes. Aparte de su linda sonrisa que me otorga y me hace pensar que es una persona agradable inmediatamente. Su habitación se encuentra justo frente a la mía y ella, muy poco normal, sale por la ventana a saludarme.

-Soy Micaela Dotcher- llega a mi y me tiende la mano, sus uñas color rojo vivo y un tanto largas me llaman la atención, le quedan lindas en sus manos delicadas. Dios, qué todas las ricachonas van a ser lindas y una aquí mendigando para que el ejercicio haga su efecto...- Puedes decirme Mica, o Michi, o... No tengo tantos apodos pero bueno, tengo el gusto de conocer a...

-Sophia Salvador, y me puedes llamar... Como sea que se te ocurra mientras no sea extremadamente vergonzoso- sonrío y dejo caer mi mano.

-He escuchado de tu familia, el señor Emmerson siempre fue un buen hombre con mi padre y la empresa Dotcher. Me han hablado maravillas de la empresa Slavador- habla emocionada- supongo que tu eres su nieta, él habló de ti en una entrevista, dice que te llevas entrenando para ser su heredera desde los catorce años. Es genial que hayas decidido apoyar a tu abuelo...- Se calla un instante y se pega en la frente- Lo siento, hablo demasiado, ya me callo.

Rio y eso parece aliviarla un poco, noto que también es reciente en la universidad y que está tan aterrada de estar sola como yo. Son cosas que suelen pasar cuando uno se encuentra cambiando su ámbito social. Supongo que podría ser mi primera amiga en este lugar, parece humilde y desaliñada, lo cual me fascina, porque no me siento la unica.

-Oye me gusta que alguien me hable, estuve en mi habitación encerrada por más de dos horas sin tener ningun contacto. Esto es genial para mí, siento que al menos estoy conviviendo- reímos juntas.

-Si... Aquí hay mucho monstruo merodeando tranquilamente por los pasillos. No debería ser permitido ver tanta cosa espeluznante - ríe con picardía cuando una chica rubia teñida pasa por mi lado con cara de asco, Mica le saca la lengua y eso es todo para echarme a reír.

-¿Hace cuánto estas internada?- la verdad es que parece saber mucho más que yo.

Ella toma su mentón calculando cuanto tiempo ha estado aquí, o eso creo.

-Como dos semanas, sí, y por ahora ha sido genial- sonríe con felicidad pura- Tienes que conocer a las otras dos, una está en esa habitación a tu lado- señala a la habitación que está a mi lado izquierdo- se llama Katerine Anderson, y la otra está al lado mío, Scarlet Califor- señala la puerta a su izquierda, y me doy cuenta que Jackson estaba buscando a Scarlet, lo cual me hace sonreír al recordar lo gracioso que fue verlo perder la esencia a chico superado.

-Deberíamos vernos todas juntas alguna vez- le sonrío con amabilidad- me gustaría tener una amistad con alguien aquí, la verdad no estoy acostumbrada a un instituto tan lujoso, nunca fui de derrochar el dinero exageradamente- río un poco y ella también.

-Creo que están viendo el entrenamiento de fútbol americano- me guiña un ojo y enseguida me imagino por qué las chicas van a verlo.- Y yo justo iba a ir para ahí, ¿sabes?, Landon Carpier es hermoso con su camiseta pegada al cuerpo... creo que estoy obsesionada con ese Alfa. Y antes de que lo digas, no, ni sabe mi nombre, pero me da igual. Mientras sea una joven puedo comerme el cuento de hadas tanto como quiera- me "informa", soñadora.-Vente, vamos.

Me toma de la mano llevándome con apuro por el pasillo de las habitaciones. No tengo idea de que mierda estoy haciendo siguiendo a alguien para acosar chicos, tampoco es como si algunos de ellos no se sacaran las camisetas por gusto frente a las gradas. Pero jamás fui una gran fanática de admirar chicos egocéntricos como los Alfas, sobre todo sabiendo que son prácticamente el enemigo. Tal vez debería comenzar a ver las cosas desde la perspectiva de una chica de 18 años, pero es la costumbre supongo. Sí, la costumbre a ser una estúpida obsesa con la economía.

Micaela me lleva ahora corriendo por el pasillo de las clases hacia el interior de la universidad, donde supongo que se encuentra el campus deportivo. corremos por el césped y llegamos a las puertas de la gran cancha de fútbol americano. Dutcher, quien me ha tomado confianza demasiado rápido, abre las puertas emocionada y a partir de ahí comenzamos a caminar, y veo como ella menea las caderas, supongo que por si un chico la mira estar presentable, yo la sigo y subimos por las escaleras de las gradas.

Una chica morocha y otra rubia, saludan a Micaela, ella saluda y me dice que la siga con la mano. Me acerco a Mica mientras subimos, y ella me explica que la rubia es Katerine y la morocha Scarlet. Dios es que todas parecen sacadas de una película al estilo Disney, High School Musical, con su alegría suprema en todas partes y como para no estar felices, si tienen todo... es todo muy surreal, dime tú quien carajo conoce a su primera amiga en un pasillo que luego la lleva como posesa a conocer a las demás Gabrielas y Troys, corriendo, por un pasillo de típica universidad americana.

Cuando llegamos al lado de las chicas, Scarlet baja sus lentes de sol y me mira de pies a cabeza. Siento que viene una crítica contundente. Sin embargo sonrío con timidez, a la primera de cambio que esta chica haga, me voy. No quiero estar involucrada con gente que utiliza su dinero como una toma del poder sobre una pequeña parte de la sociedad. Y sí, exagero, pero es que esa gente exaspera.

-¿Y esta?- la morocha le pregunta a Mica, quien se aclara la garganta emocionada por presentarme.

-Ella es... la hermana de Michael Salvador, Sophia Salvador- yo también sonrío para no hacer las cosas tan incómodas. Sin embargo veo como a Katerine, que no ha hablado, se le cae el semblante cuando escucha el nombre de mi hermano y me mira con un poco más de curiosidad.

-¿M-Michael S-alvador? El amigo de los Alfa...- tartamudea Katerine, mientras intenta recuperar sus lentes de lectura que estaban arriba del banco y en un intento por calmarse los ha tirado del mismo. Yo la miro raro, no es que mi hermano no sea conocido, asiste a esta universidad, pero lo que no sabía era que trataba con los Alfa. No sabía que tratara con Holland.-El esta jugando hoy ¿lo sabías?

Niego con la cabeza y ella me señala la cancha. Debo admitir que no me sorprendió nada ver la mercancía de esta universidad llena de niños a los que papi les paga el gimnasio.

OXÍGENO PARA MÍ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora