Capítulo 16: Él y yo

46 3 0
                                    

Estoy de pie frente a la puerta de la habitación de Cole, mi mano oscila entre tocar y no hacerlo. Recuerdo que no me gustaría pelear nuevamente con este chico sobre cosas que no le incumben, aunque eso suene a la mayor de las perras en este mundo. Bastante tengo con mi propio dilema entre lo que está bien y lo que está mal con Ares o con estar con Ares y que ahora se agregue que Cole está enojado o preocupado por algo como esto... No me ayuda en nada.

Toco de todas maneras, no sé qué me espera adentro ni si me va a gustar siquiera, pero por ahora no parece que vaya a tener una situación agradable. A veces se le pasa la mano con esto de creer que tiene determinados derechos en lo que a mí respecta, siempre tuvo ese problema conmigo, incluso antes de que nos gustáramos era demasiado intenso. Lo quiero, no lo voy a negar, pero hay veces en las que me siento extremadamente incómoda con él y eso no me agrada en lo más mínimo.

La puerta se abre. Un Cole despeinado con ojeras bajo sus ojos verdes aparece en mi campo de visión y sé que algo más está pasando aparte de mi repentina rebeldía.

—Cole... ¿Qué...?— pero me interrumpe.

—Pasa.— Su voz es cortante, casi como si estuviera desconectado de lo que está pasando.

Había visto a Cole así antes, sus padres y su hermano mayor se peleaban constantemente y el chico nunca sabía qué hacer. Los señores Asprose muchas veces echaron a su hijo de la casa y muchas de esas veces Cole también salía lastimado, sus padres se enojaban con él y lo culpaban de todo lo que no podían culpar al otro por el hecho de que lo habían echado. Él salía tarde en las noches para buscarlo por la ciudad, el hermano era otro caso más de un grupo de alcoholicos anónimos y sus padres cuando se enteraban de esto lo castigaban por el resto de la semana.

Sé que se relaciona con todo eso y me siento culpable por preocuparlo con mis temas tan idiotas.

—¿Dónde está tu hermano?— le pregunto, sabiendo que es exactamente por eso en cuanto veo su celular desbloqueado con un montón de llamadas sin respuesta a su hermano.

—Actualmente... No lo sé— se resigna pasándose una mano por el pelo con enojo, se desploma sobre una silla.—Hablé con sus amigos pero qué puedes esperar de una persona que está las veinticuatro horas del día dopado hasta la cabeza... Un par de balbuceos, por si no lo sabías. Y mi hermano es un caso perdido, no responde a nada y hasta la novia lo ha llamado. Nada.

Detesto que esté pasando por esta situación, no puede enfocarse en sus estudios si los irracionales de sus padres y su hermano están constantemente jodiéndole la estadía. Y es que los problemas lo persiguen e incluso cruzan fronteras por ir tras él.

—¿Tus padres?— le pregunto, sentándome enfrente suyo con otra silla.

—Lo usual, cuando responden solo atinan a mostrarme la cantidad de insultos que conocen. Voy contando al menos veinte, agregando algunos en italiano.— su madre es italiana.— Y luego se dirigen al maravilloso botón que detesto, ese rojito que está en la parte baja de la pantalla y tiene un telefonito colgando. Maldito botón de colgar.

—Sip. Maldito botón— suspiro recostandome más en la silla.

Él se incorpora un poco y me mira fijamente, se que ha cambiado de tema en cuanto veo sus cejas levantarse hacia mi.

—Pero tu no vienes aquí por mis desgracias...— asegura y entonces apoya sus codos en sus rodillas, se inclina hacia a mí.— Tu vienes por lo de Holland, supongo.

Asiento con la cabeza. Su tono al decir el apellido de Ares no es el mejor, de hecho, es el peor que he oído. Como si no lo conociera y ya lo odiara a muerte, lo cual me asusta un poco viniendo de él. Cole es agresivo, eso lo sabemos todos, siempre se ha metido en las peleas de otros y se ha creado las suyas, por lo general el alcohol está por medio de todas ellas pero eso no evita el hecho de que le encante la adrenalina del momento.

OXÍGENO PARA MÍ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora