Capítulo 4: Disculpas aceptadas

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Vuelvo a mi cuarto, y hago lo que tanto había deseado hacer hoy. Me tiro sobre la cama y comienzo a procesar lentamente todo lo que pasó en estas últimas horas. Las chicas son agradables, hiperactivas, pero adorables. Y mientras esté dentro y Kyline no llegue, son buena compañía.

Kyline es una amiga de toda la vida, parte de la asociación de la empresa. Llegará mañana, es el último día antes de empezar las clases oficialmente. Había estado en un viaje de estudio en Londres, y ahora volvería para empezar con administración de empresas, igual que yo.

Volviendo al presente, tengo que decir que nada fue como lo había esperado, las chicas del pasillo son muy amigables, Scarlet aun esta decidiendo si le caigo bien o no, pero es lógico, más lógico que el super ánimo de las chicas. Sobre todo de Micaela.

Los chicos... Son... Chicos, sí, todo el tema de hormonas alborotadas también los afecta de sobremanera. Puedo decir que me caen bien, y Holland... Supongo que tocará aguantarlo un poco hasta acostumbrarse a su falta de intelecto.

Y... La hermosa juntada a donde sorprendentemente fui invitada, donde está mi hermoso y querido hermano. Sus amigos nunca fueron de mi agrado, excepto los hijos de los socios de nuestro abuelo, habían excepciones, pero por lo general creaba amistades con los niños ricos que se querían hacer los rebeldes consumiendo drogas. No me culpen por no tener mucha expectativa con estos chicos.

Y todo el drama que parecen tener las chicas con ellos, eso si es una buena novela, todos parecen incómodos cuando se encuentran con las chicas. Eso y la timidez que algunos tienen, me da a entender que sí paso algo entre ellos, no se trata solo de miradas.

Y la pregunta es... ¿Qué carajos me pongo?

Definitivamente zapatos, no creo aguantar mucho más las botas, y un jean con un top servirá.

Aprovecho a bañarme y vestirme mientras pongo música en mi pequeño parlante, lo bastante alto como para que se escuche por toda la habitación pero bajo para que solo lo escuche yo y no el resto de las chicas.

La tarde va cayendo a través de mi ventana, la luz se vuelve oscuridad y enciendo las luces. Mi cabello sigue húmedo y las puntas rojas casi que no existen ya. Decido dejarlo secar por su cuenta, sin el secador o la plancha saldrán los bucles y ondas, y el frizz, claro. Pero lo controlo con una crema, y listo, ya no tengo nada que hacer.

Genial.

Considero maquillarme, pero reunirnos con chicos a comer pizza no me resulta una situación que lo precise.

Chicos... Tal vez ponerme máscara de pestañas no sea tan mala idea. Aunque mis ojos son de buen tamaño, eso le da un toque.

Y definitivamente me quede sin nada que hacer. Pero tampoco falta mucho para que sean las nueve y media, de hecho, son las nueve y cuarto. Las chicas no tardarán en tocar la puerta, habíamos acordado ir juntas para "comenzar a unirnos", idea de Mica. Esa chica es hiperactiva como ella sola, salta de emoción casi que por todo y está extrañamente feliz todo el tiempo.

Supongo que es la persona que las une a todas, porque no creo que Scarlet y Katerine hayan sido amigas sin ella, son polos opuestos, totalmente.

-Abre la puerta- la voz de Scarlet justo en mi puerta. Enseguida se escucha un quejido, seguido de un murmuro de parte de Mica que dice: "sé amable", le falto que Califor ladrara.

-¿Estás lista? Deberíamos ir- Mica habla con más amabilidad.

Abro la puerta, y me encuentro con la sonrisa de guasón de Micaela y la cara de pocos amigos de Scarlet. Katerine recién va cerrando la puerta de su habitación y suspira en resignación cuando Mica comienza a dar saltitos dirigiéndose a las afueras del ala sur.

OXÍGENO PARA MÍ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora