Recuerdo que hace mucho, cuando apenas nos estábamos conociendo, te había dicho que tengo unos cuantos temores. Uno de ellos es la antlofobia; miedo a las inundaciones. Te preguntarás por qué, ¿no? A estas alturas supongo que tendrías que haber unido unos cuantos cabos… Ya que, como bien sabes, no sé nadar. Tengo mucho miedo a caerme. Mucho. Además… vivo en Londres, una de las ciudades más lluviosas del mundo. Sí, lo sé, no es una buena combinación. Pero ocurrió y tengo que lidiar con ello. ¿Ya vas comprendiendo? Me alegro, porque en este momento de desesperación no debe haber tanto lugar para explicaciones.
Resulta que esto es un caos. Un condenado e indeseable caos. La directora dijo que debemos mantener la calma y esas cosas, pero ¿cómo lo haremos si nos estamos inundando? Sí, inundando. I-N-U-N-D-A-N-D-O. Estamos a salvo, según dicen, pero de todos modos se está tornando imposible permanecer tranquila. Nunca en mi vida he estado tan nerviosa. Mis manos tiemblan de una manera que creerías mentira. No obstante, como debes imaginarte, no sólo estoy nerviosa; sino que asustada hasta los cojones.
Ellie Howard ya repitió tantas veces (que he perdido la cuenta) que nos no ocurrirá nada porque el internado cuenta con cinco pisos. El detalle que se le escapa es que somos más de ochocientas personas. Sé que bueno, hay probabilidades que el agua no llegue a más de dos metros, pero ¿cómo haces para mantener quieta y pacífica a tanta gente en los pasillos? Porque sí, nadie permanece dentro de sus habitaciones. Son muy pocos los que se quedan tumbados en su cama como si nada ocurriera. Yo soy una de ellos…, una que está encerrada en su cuarto, claro está. Lo demás no. Sólo estoy sentada en colchón mordiéndome los dedos porque ya no me quedan más uñas. Debo admitir que me arden mucho, y hasta me he lastimado, aunque eso es lo que menos me interesa en este momento.
Luke se lo está tomando muy a la ligera. Sé que no tiene miedo en absoluto… aun así, si no tiene miedo, por lo menos debería demostrar que le preocupa la situación. Puede que él esté perfectamente, pero, ¿qué con las otras personas? ¿Qué conmigo? ¿Qué con la gente que está fuera? ¿Qué con ellos que pueden estar ahogándose en este mismísimo momento? Se me ponen los pelos de punta con sólo pensarlo.
Por si te lo preguntas, no; no he vivido otra inundación anterior a esta. No que lo recuerde… Y, si le tengo pánico es porque no hay que pasar por algo para llegar a la conclusión que es por lo que no te gustaría volver a atravesar. Haber estado a punto de matarme en una jodida piscina a los seis años creo que es más que suficiente.
Era pequeña, como has de ver, sin embargo, sé que no podré olvidarlo. No todavía. Aun así, pienso que jamás lo olvidaré; a decir verdad. ¿Es que acaso soy la única que considera que la peor muerte es cuando tus pulmones se llenan de agua? Si a cada uno nos dieran la opción para elegir cómo nos gustaría partir, desde luego que no sería ahogada. Claro que no.
Sé que cuando ocurre, sucede y ya porque cuando te mueres no lo recuerdas ni sientes dolor. Pero mientras ocurre sí lo sientes. Y no es para nada bonito.
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What is love? © [WIL #1] Disponible en Amazon (Tapa blanda y Kindle)
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