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23. ❝Juntos de nuevo❞🌙

Si no hubiese sido por Chloe (que prefería babear su brazo que ir a clase de Geografía) y por Victoria (que le agrada jugar a las escondidas) mi estómago no habría estado toda la mañana reclamándome que no había comido nada en el desayuno. Así que sí, al instante de que la campana sonara indicando la hora del almuerzo, no demoré ni siquiera cinco minutos en llegar al comedor. Me la encuentro a Vic sentada en su sitio, y antes de ir a recoger la comida me preparo para hacer aquella serie de preguntas que de más está decir que no pueden faltar luego de lo que ha ocurrido antes y después del incidente del elevador.

—¿A dónde te habías metido hoy temprano, Victoria Steele?

Ella suspira, en el momento que tomo asiento a su lado.

—Hola, Natt —dice—. Estoy muy bien, ¿y tú?

—Bien, gracias por preocuparte. Ahora contesta.

Suspira por segunda vez, haciendo que comience a molestarme. Estuvimos a punto de obtener una sanción y ya comienza a esquivar el tema.

—Hola. —Giro el rostro hacia la dirección donde proviene aquella voz, y David se sienta al frente mío frunciendo el ceño. Segundos después aparece Chloe uniéndose a nosotros. No demoran en interrogar a Victoria, quien mirando sus uñas, responde:

—¿Tanto se preocupan? Estuve en clase.

—¿En clase desde las 7:30 a.m.? Creí que la única rara a la que le gusta el estudio era yo, sabes.

—¿Segura que estabas en clase? —le pregunta David.

Hace rodar los ojos.

—Bueno…, sé que no podré contra ustedes —continúa, aun observando sus manos—. Vine aquí antes de lo usual… Estuve esperándolos hasta que Derek apareció y hablamos. De un momento a otro por poco no me arrastró fuera y…

—¿Derek, Victoria? ¿Nos estás contando un chiste?

—No… Y, no quiero que enloquezcan, pero hemos vuelto.

—Sí, me di cuenta —escupo, no literalmente—. Han vuelto a hablarse. Él es un imbécil y lo sabes, ni siquiera se merece que le dirijas la palabra.

—Natalie… no me refería a eso. —Arrima la silla más a la mesa, y deja sus codos sobre ésta; cubriéndose el rostro—. Hemos vuelto. Somos pareja otra vez.

Me muerdo la lengua, y termino abriendo los ojos más de lo que llegué a hacerlo alguna vez. Escucho una exclamación ahogada a mi izquieda.