33. ❝Davidcienta❞🌙

37.3K 2.2K 1.4K
                                    

Nos miramos a los ojos por un largo tiempo, sin nada para decir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos miramos a los ojos por un largo tiempo, sin nada para decir. Él acaricia mi mejilla, y me sorprendo cuando me veo a mí misma cerrando los ojos ante su tacto. Es como si yo estuviese allí y aquí al mismo tiempo. Lo veo como si fuese otra persona y ellos no se percatasen de que a tan sólo unos cuantos metros me encuentro de pie observándolos, y al mismo tiempo lo siento como si estuviese en los zapatos de aquella Natalie de allí. Veo cómo él, de a poco, comienza a inclinarse hacia mí. Mi yo fuera de escena es la que lo divisa sin perderse ningún detalle. Mi otro yo no lo nota al seguir con los ojos cerrados, seguramente disfrutando (de manera que no sabría comprender) el momento y divagando un rato sobre lo que llegaría a suceder si todo aquello fuese realmente real y lo deseara como no debería desearse. Veo cómo deja su frente contra la mía, a la vez que sus párpados van cayendo también. Por unos instantes roza su nariz contra mi piel, y con mis brazos lo rodeo, dejando mis palmas en su espalda. Suspiro, para después esconder mi rostro entre el hueco del hombro izquierdo y su cuello; siendo necesario que me pusiese de puntitas. Se encoge yendo unos centímetros hacia adelante al darse cuenta de ello, e inconscientemente dejo un pequeño beso en su cuello descubierto. De endereza unos instantes, y luego regresa a aquella posición de nuevo. Por un momento llego a creer que no le ha agradado la idea, aunque lo descarto cuando mi yo omnisciente mira cómo en su rostro se forma una sonrisa.

Segundos más tarde, muy lentamente, echa la cabeza hacia atrás. Mis ojos se abren al fin, y alzo la mirada hacia esa dirección para ver qué sucede. La suya se encuentra con la mía, y una de sus manos abandona su agarre de mi cintura para tomar mi barbilla y elevarla un poco más. Se acerca apenas, y en ningún momento sus ojos dejan de conectar con los míos. Noto que quiere decirme algo. Me da a entender qué es lo que quiere hacer en este momento, aquí, ahora, sin nadie que no sea yo lo pueda evitar.

«No, David…, no voy a detenerte.»; pienso, y sin ser necesario que lo pronuncie, como si de un muchacho tímido se tratase en su lugar, algo vacilante permite que sus labios cubran los míos tras haber pasado tan sólo unos cuantos segundos de haberlo permitido. Empieza a moverlos lentamente, con ternura y delicadeza al mismo tiempo, y contemplo la imagen de mí misma como supongo que él me ve en ese momento: frágil, como el cristal, creyendo que cualquier movimiento que no fuese calculado ni llevado a cabo con tal suavidad y dulzura, acabará por hacerme daño. Lo cierto es que yo me veo de la misma manera. Frágil. Y lo que me molesta de la situación no es tener que mostrarme frágil ante él, sino que David me convierta de esa manera.

Me remuevo en el colchón. Una extraña sensación me recorre de pies a cabeza, y cierro los ojos con más fuerza. Me duele la cabeza. Siento cómo palpita como si fuese un maldito corazón y gruño con los dientes apretados. Intento que la imagen se recomponga en mi cabeza: David Janner, Natalie Hofmann, besándose como nunca antes me hubiese imaginado y experimentando todas aquellas cosas que deseaba que no tuviesen lugar jamás.

Entonces, como si ya este dolor no fuese suficiente, algo hace clic en mi cabeza, provocando que me sintiese mucho peor: he soñado que me besaba sin que nada me importase con mi mejor amigo. Sin embargo, segundos más tarde comprendo otra cosa. No sólo lo he soñado, sino que ha ocurrido de verdad.

What is love? © [WIL #1] Disponible en Amazon (Tapa blanda y Kindle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora