Capítulo XXIV

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NARRA CHRISTIAN

   Estábamos esperando sentados en el sofá. Bethany estaba en mi regazo. Michael y Charlotte ya sabían los nuestro, y ellos habían confesado que ya se habían besado más de una vez, pero no estaban saliendo.

   —Christian, si me pasa algo... —empezó a decir Beth.

   —No te va a pasar nada —la detuve.

   Acto seguido, bajé la cabeza para darle un beso. Era genial que no te apartase la cabeza, sino que se inclinase para responderte.

   —Chris... —susurró en mis labios.

   ¿Soy otra de tu lista?, preguntó.

   Me separé bruscamente de ella.

   No. En este instante eres y serás la única. No pienso dejarte ni dejar que te vayas.

   Ella sonrió, y la sonrisa le llegó hasta los ojos. Murmuró un gracias en mi cabeza y me pidió que la besara.

   —¿Por qué no me besas tú?

   —Por la apuesta. Yo no te puedo dar un beso hasta el miércoles.

   —¡A la mierda la apuesta! Vamos a irnos de vacaciones. ¿Qué más da eso?

   —Pero yo... quiero ganar.

   —Ya me has ganado. ¿Qué más quieres?

   —Mi orgullo no me lo permite, así que cállate y bésame.

   —Señora, sí, señora.

★★★

   Me desperté al oír un grito. Me había quedado dormido junto a Bethany en la cama de los padres de Jessie. Miré a Beth, quien ya tenía los ojos abiertos y éstos me miraban con miedo.

   Bajamos corriendo y descubrimos a Charlotte y a mi primo en posición de defensa. Miramos hacia el otro lado y vimos a los lobos de Ian el Terrible, junto a él mismo.

   —Vaya, vaya... Lo que tenemos aquí... —alzó la voz ese degenerado.

   —¿Dónde está Violet? —gruñó Beth con furia.

   —Damien...

   Un chico moreno y pálido se adelantó, con Violet entre sus brazos. Parecía enferma, pero yo sabía lo que había pasado realmente.

   El chico me miró a los ojos. Había mordido a Violet.

   —Bien —exclamó mi novia—. Yo me cambiaré por Violet.

   Ian asintió e hizo un gesto para que Damien dejase el cuerpo de Violet en el sofá. Me acerqué a ella y la cogí en brazos.

   —Christian... —musitó ella—. Damien tiene un plan. No le ataquéis a él. Dile a Bethy que se dirija a él.

   Dirígete a Damien, el chico que tenía a Violet. Tiene un plan.

   Eso hizo. Dejó que el moreno la agarrase y le susurró una cosa en el oído que no alcancé a oír. Acto seguido, Bethany hincaba su codo en el estómago del joven. Él simulaba que le había dolido, la liberaba y ella corría hacia fuera de la casa. Todo el escuadrón de Ian la siguió, y oí como ella gritaba «¡Ahora!». Me aproximé hacia la puerta abierta y observé con una avalancha de hombres-lobo y brujas salían al ataque.

Muérete, amor [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora