Capítulo 23. Malentendido

5K 187 42
                                    

Mientras me alejaba de la hoguera donde estaban los demás, alguien me agarró por la muñenca. No era la primera vez que lo hacía y ya me conocía las manos y la forma de agarrar de Natalia.

- Espera, Alba. - Dijo ella frenándome por la muñeca.

Me paré y vi de reojo como María se levantaba, dando un golpe en el brazo de Natalia para que me soltara.

- Déjala. - Dijo María a Natalia.

Natalia me soltó por el golpe y María me agarró de la mano y nos fuimos de allí.

Caminamos durante unos 5 minutos hasta llegar al camino donde se observaba el mar. Nos quedamos allí, sentadas en unas piedras.

- ¿Tú también crees que se han líado, verdad? - Le pregunté a María.

- Sí, desde luego eso parecía.. Iban demasiado borrachos. - Me contestó ella.

Suspiré profundamente, no sabía como gestionar esta situación. Parecía un fin de semana perfecto y la primera noche ya se había fastidiado.

- Pasa de Natalia este fin de semana Alba, puedes dormir con nosotras. - Dijo ella al verme rallada.

- ¡No! - Exclamó una voz por detrás.

Me giré, ahí estaba Natalia. La miré con lágrimas en los ojos y bastante decepcionada.

- ¿Puedo hablar con ella a solas? - Dijo Natalia mirando a María.

María me miró esperando mi aprobación para dejarme a solas con Natalia, yo asentí.

María se levantó y Natalia ocupó su lugar. Cuándo María se había alejado lo suficiente Natalia empezó a hablar.

- Alba, mírame. - Dijo Natalia levantándome la cara.

La miré, en ese instante las lágrimas retenidas en mis ojos cayeron por mis mejillas.

- ¿Por qué lloras? - Me preguntó Natalia con preocupación.

- ¿Tu que crees, maja? - Le contesté enfadada.

- Me imagino lo que piensas y te equivocas, Alba. ¿Por qué piensas siempre lo peor de mí? - Me preguntó ella.

Tenía razón, no la había dejado explicarse pero era tan evidente lo que había pasado que actué impulsivamente por los efectos del alcohol.

Me encogí de brazos y volví a mirar al suelo.

- ¿No confías en mí? - Me preguntó.

- Sí, Natalia... Pero tampoco somos nada, no tienes que darme explicaciones. - Dije yo.

Obviamente mentí, pero quería hacerme la dura.

-¿No somos nada? ¿Eso es lo que crees? - Me preguntó ofendida.

- Nunca hemos hablado de "ser algo" , simplemente pasamos el tiempo y nos divertimos juntas. - Dije yo.

- ¿Y es necesario etiquetarlo para que sepas lo que siento por ti? - Me preguntó.

No sabía que responderle, la respuesta era claramente no, pero me gustaba pensar que en un futuro Natalia Lacunza podría ser mi novia. Aunque después de ver como Miki y ella se habían liado, todo podía cambiar.

- Sientes algo por mí... y te lías con Miki. Muy coherente Natalia. - Dije yo. - Bueno, perdona, alomejor tú funcionas así, pero yo no, yo no siento por más de una persona a la vez.

- Yo tampoco, tonta. - Dijo ella. - Y ahora, dejame explicarte lo que ha pasado en la tienda.

La miré dispuesta a escuchar lo que había pasado.

" Entramos en la tienda y Miki me dijo: ¿Hacemos algo o qué? Me lo tomé a risa, sin saber a qué se refería y le dije que me contara algo. Me empezó a hablar de su novia, Helena, decía que estaba distante desde que se fue a estudiar a Barcelona y me ha pedido algunos consejos. Estuvimos hablando un par de minutos sobre ello y luego él me abrazo en señal de agradecimiento. Se puso a hacer tonterías por el alcohol y me empezo a hacer cosquillas, al final acabé estirada en un saco y él me besó super impulsivamente. Yo intenté apartarme pero prácticamente dejó su peso encima de mí... Al final conseguí apartarle y advertirle de que no volviera a hacerlo. Él se lo tomó todo a risa, pero no fue nada serio, él iba mucho más borracho que yo... Antes de venir aquí me ha pedido disculpas."

Me quedé en blanco sin saber qué decir, la verdad esque no se me había pasado por la cabeza que Miki se le hubiera lanzado y ella se hubiera apartado. Aunque me tranquilizó, ahora me sentía mal por haber actuado como una niña.

- Yo... - Dije intentando pensar lo que decir.

- Tú eres también muy intensita, Alba, y creéme, pero creéme de verdad, cuando te digo que ahora mismo soy incapaz de estar con otra persona que no seas tú. - Dijo Natalia empezando a acariciar mi espalda.

Me sentía estúpida por haber pensado mal de Natalia, pero me seguía dando rabia pensar que a Miki le podría gustar Natalia. Aún así, la frase Natalia me había calado y de pronto sentí como desaparecía mi enfado.

- Confío en tí, pero jugar contigo a estas mierdas estando borrachas es lo peor. - Dije yo.- No es excusa, lo se... Lo siento.

Natalia se acercó a mí y apoyó su cabeza en mi hombro.

- Somos las dos muy intensas y por eso estamos así. - Dijo ella. - Pero.. entonces ¿piensas de verdad que no somos nada?

Me pareció tierno que a Natalia le preocupara lo que dije. Yo también me puse tierna y aún por los efectos del alcohol, me atreví a decir cosas que no hubiera dicho estando normal.

- No se lo que somos, pero se lo que me gustaría que seamos. - Dije yo, armandome de valor.

Ella levantó la cabeza con las cejas en alto.

- ¿Que quieres que seamos? - Me preguntó curiosa.

- No creo que sea el momento para decírtelo. - Dije yo.

Natalia puso cara triste al ver que no se lo iba a decir, pero la verdad esque no me atrevía a decirle directamente que quería ser su novia, porque eso significaba dar un paso más en nuestra relación y yo era demasiado tímida para dar los primeros pasos.

- Vaya... Quizás yo tampoco encuentre el momento. - Dijo ella picada.

Me gustaba ver como Natalia se picaba e intentaba buscarme. Al final acabé pensando que sentirme mal por el beso de Miki era una tontería. Sentía como Natalia me quería y confiaba en ella, así que era inutil seguir preocupándome por algo inexistente.

Aún con los efectos del alcohol en mi cuerpo, me incorporé y me coloqué enfrente de Natalia, concretamente encima de sus piernas, mientras mis brazos rodeaban su cuello. Acerqué mi cara a la suya, nuestras narices prácticamente estaban pegadas.

- Yo creo que es el momento perfecto para hacer esto... - Susurré.

Justo acabar la frase me lanzé a sus labios. Noté a Natalia sorprendida por mi iniciativa y me correspondió.

Nuestros labios se abrían desde el primer momento, haciendo posible el contacto con nuestras lenguas. Con los ojos cerrados me limitaba a sentir el contacto con ella. Ese contacto, como siempre que besaba a Natalia, me hacía sentir una sensación en el estómago díficil de explicar, pero era la mejor sensación que había sentido nunca. Y me hacía pensar en lo mucho que la deseaba.

Mientras yo rodeaba el cuello de Natalia ella me empezó a acariciar la espalda y fue bajando hacia mi culo.

- Tienes el mejor culo del mundo. - Me susurró Natalia entre besos.

Me sentía alagada y que me hablara con la respiración entrecortada mientras me besaba aumentaba mi excitación. Inconscientemente moví mi cadera, frotándome con sus piernas mientras la besaba.

- Me estoy poniendo muy... - Dije a Natalia sin poder acabar la frase por los besos.

- Vamos a la tienda. - Dijo Natalia levantándose y cogiéndome entera con sus brazos.


SHE | Albalia Fanfic | AlbayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora