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Capítulo 47. Elche

Sin querer escupí todas las uvas de mi boca delante de Natalia. Mi corazón se aceleró como nunca. Abrí los ojos ante la sorpresa de que Natalia estuviera aquí y un cosquilleo volvió a nacer en mi interior. Me acababa de poner muy nerviosa y  ella me miraba sorprendida, pero la verdad es que hacía muy mala cara. Tenía más ojeras de lo normal y sus ojos transmitían tristeza más que cualquier otra cosa.

Ahora yo sonreía por la alegría de tener a Natalia enfrente de mí después de tantos días. Ella también sonrió al verme. No dudé un segundo y me lancé a sus labios agarrándola por la nuca y dándole un beso intenso con el que intentaba transmitir lo mucho que la necesitaba y había echado de menos. Ella me correspondió colocando sus manos en mi cintura.

- ¡OOOOOH! - gritaron todas mis amigas por detrás.

Las dos sonreímos y dejamos de besarnos, pero me quedé de puntillas con la frente pegada a la de Natalia. Me mordí el labio inferior inconscientemente.

- Nunca me había alegrado tanto de verte. - Susurré emocionada.

- Alba, lo siento, lo siento muchísimo. - Dijo ella.

- ¿Eres tonta? Soy yo la que se tiene que disculpar, siento muchísimo haber creído sus mentiras, haber apagado el móvil... - Dije hablando rápido y empezando a agobiarme mientras se llenaban mis ojos de lágrimas recordando los últimos días.

- Albii. - Dijo Natalia poniéndo uno de sus dedos en mis labios, haciendo que me callara. - Tranquila, lo entiendo, de verdad.

En ese momento sentí lo mucho que amaba a Natalia y su comprensión. Volví a acercarme a sus labios cuando vi que ella estaba mirando los míos. Cerré los ojos y nos fundimos en un beso largo y tierno mientras el cielo se iluminaba por los fuegos artificiales.

- Nena, nos vamos a bailar, estaremos delante del escenario. - Dijo Marina dándome un toque en la espalda.

Me giré y miré a Marina con una sonrisa cómplice. Sabia que Natalia estaba aquí ahora mismo gracias a ella.

- Gracias, de verdad. - Le dije a Marina. - Luegos vamos para allá.

Marina se alejó con las demás y Natalia y yo nos quedamos solas.

- ¿No quieres ir a bailar? - Me preguntó Natalia, ahora tenía mejor cara.

Negué con la cabeza.

- Llevo más de una semana sin verte, no quiero separarme de tí. - Dije abrazando a Natalia.

Ella también me abrazó con fuerza.

- ¿Has venido en tren? - Le pregunté.

- Sí. - Dijo ella asintiendo con la cabeza. - En el último.

- Dios, Natalia.. gracias, gracias, gracias. - Le repetía una y otra vez.

Ella soltó una carcajada.

- Necesitaba verte... y era esto o pasar el peor fin de año de mi vida. - Dijo ella.

Suspiré sintiéndome mal por todo lo que había pasado. Miré hacia arriba mientras aún la abrazaba.

- Eres guapísima. - Le dije mientras miraba todos los detalles de su cara.

Empecé a besarla por toda la cara repentinamente. No quería parar, ella sonreía mientras recibia mis pequeños besos por toda la cara.

- No puedo parar. - Dije con una sonrisa pícara.

- No pares. - Me contestó.

- Si no paro vamos a acabar muy... - Dije volviendo a besarla en la boca.