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Capítulo 44. Burbuja

Bajé las escaleras rápidamente. Me quedé paralizada cuando aún me faltaban dos escalones por bajar. Mikel y Natalia parecían estar discutiendo. Él ya había entrado y la puerta estaba cerrada. 

Me habían escuchado bajar por las escaleras y ahora estaban los dos mirándome desde abajo. Natalia parecía agobiada.

- ¿Pasa algo, Nat? - Le pregunté.

- Sí, pasa. - Me contestó Mikel. - ¿Qué cojones haces en Pamplona? Vete a tu puto pueblo de mierda. - Dijo con agresividad

Me sentó mal que se refiriera a Elche como "un puto pueblo de mierda", la verdad. Cuándo fuí a contestarle Natalia se me adelantó.

- ¿De qué vas? - Dijo Natalia empujándolo hacia atrás. - Vete de mi puta casa.

- ¿Por qué te ha comido la cabeza esa niñata? - Preguntó Mikel.

- Tengo un nombre, chaval. - Dije yo en voz alta.

- Deja de hablarle así o tendremos problemas. - Le advirtió Natalia.

- ¿Pero qué mierdas te pasa? Hace dos días no eras así. - Dijo Mikel a Natalia.

- Ya, es culpa mía, no debería haberte llamado. - Dijo Natalia con la voz más relajada.

A Mikel le cambió la cara, parecía decepcionado pero seguía rabioso.

- Pues bien que me la chupabas hace dos días. - Dijo Mikel mirándome.

- ¿Qué? - Dije mirando a Natalia.

Natalia puso los ojos en blanco y luego me miró.

- Alba, siempre intenta hacer lo mismo, de verdad, no le creas ni la mitad de lo que dice. - Dijo ella con seguridad. - No lo tocaría ni con un palo.

Asentí con la cabeza, haciéndola entender que la creía, luego se giró de nuevo para mirar a Mikel.

- Y tú, eres un puto asqueroso, que no se ni como he podido estar contigo. - Dijo Natalia mirando a Mikel con desprecio. 

- La asquerosa es tu novia, a saber qué hacéis juntas...- Dijo mirándome con asco.

- ¿Quieres verlo? - Le pregunté.

Sin esperar contestación fui directa a Natalia, la cogí por la nuca y nos dimos un beso largo, como de película. Cuando separé mis labios Natalia me sonrió.

- Básicamente esto es solo el principio. - Le dije a Mikel.

Él nos miraba atónito con su característica cara de asco que ya me empezaba a hacer gracia.

- Y ahora vete de mi casa. - Dijo Natalia abriendo la puerta. - Y no vuelvas, nunca.

- ¿Estás segura? - Dijo Mikel con prepotencia cruzando la puerta. - Siempre vas a volver a mí.

- Ni en tus sueños, chaval. - Dijo Natalia cerrando la puerta de un portazo.

Natalia suspiro y me miró.

- Lo siento, Alba. Nunca debería haberlo llamado. - Dijo Natalia abrazándome.

- Prométeme que no lo vas a hacer nunca más. - Le dije yo abrazándola también.

- Te lo prometo, bebé. - dijo ella dándome un beso en los labios.

Sabía que Natalia era muy impulsiva pero no era tonta, confiaba en ella más que en nadie.

- ¿Qué hora es? Tengo hambre. - Le pregunté.

- Son las... nueve y media. - Dijo Natalia sacando el móvil de su bolsillo. - ¿Pedimos una pizza?