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Capítulo 49. Un banco del parque

24 de Enero

18:40

Habían pasado dos semanas desde que entramos a vivir en nuestro pequeño hogar y una semana desde que acabamos los exámenes.

La convivencia con Natalia no podía ser mejor, eramos tan felices que aún no nos creíamos que fuera real. Dormíamos, nos despertabamos, desayunabamos, íbamos a la universidad, todo juntas. Pero también teníamos tiempo para echarnos de menos. Ella se había apuntado a una academia de danza e iba a bailar una hora todas las tardes, decía que le ayudaba a desconectar y la hacía feliz así que me parecía perfecto.

Yo había empezado a trabajar como camarera por las noches, sólo los viernes y sábados, para ayudar a pagar todos los gastos del piso nuevo.

Ahora estábamos todos aquí, en el piso, esperando a que los profesores colgaran las notas de los exámenes. Yo estaba muy nerviosa, tanto que no podía parar de morderme las uñas.

Natalia parecía muy tranquila, como si las notas no le importaran, y de nuevo estaba fumando en el balcón con Miki a su lado. No podía escuchar lo que hablaban a través del cristal pero Natalia parecía preocupada. Y esque desde su fiesta presiento que tienen algún tipo de secreto. Ahora suelen pasar mucho tiempo juntos, se han unido mucho más y sé que hay una razón pero la desconozco. He estado a punto de preguntarle muchas veces pero ya le dije en su momento que podía contarme cualquier cosa y ella lo sabía, así que no quería ser pesada. Confiaba cien por cien en ella.

Yo estaba en el sofá con Joan y María hablando de lo impacientes que estábamos por ver las notas. Los profesores tenían la obligación de colgarlas hoy a las siete, es decir, en menos de media hora.

Mis uñas cada vez eran más pequeñas y mis piernas no dejaban de moverse. Además, mi cabeza no hacía más que girarse para mirar a Miki y a Natalia. Esta vez Natalia se giró, nuestras miradas se cruzaron y me guiñó el ojo mientras daba una calada al cigarrillo. Sentí un cosquilleo en mi interior. Natalia no podía ser más sexy cuando fumaba.

En pocos minutos entraron Miki y Natalia y todos nuestros móviles sonaron con las notificaciones de que ya estaban las notas colgadas. Desbloquee mi móvil y fuí directa al portal de mi universidad para ver las notas. Un 10, dos 9 y tres 8. Grité de alegría. Sabía que me habían ido bien pero era muy importante para mí sacar buenas notas para seguir con la beca. Las demás también parecían contentos en general. Me giré para ver a Natalia pero estaba apoyada en el sofá de espaldas a mí. Me levanté y fui hacia ella, quedando yo un poco más alta que ella por estas de pie.

- ¡Nat! ¿Qué tal? - Le dije con una sonrisa enorme por mi felicidad.

- ¿Tú que crees? - Dijo ella mirándome seria.

Mi cara cambió. Natalia no parecía nada contenta con sus notas, lo cual me sorprendió porque durante toda la semana la había visto bastante tranquila en ese aspecto.

- He suspendido dos. - Susurró.

- ¡Pero has aprobado cuatro! - Dije intentando animarla.

- Sí, con un cinco. - Dijo ella con desgana. - Mis padres me matan.