Capítulo 5. Orgullosa

6.3K 260 44
                                    

Jueves 19 de septiembre.

Me desperté la primera. Estaba nerviosa. Hoy era el día y tenía muchas ganas de fiesta.

Los últimos dos días habian pasado volando. Mi amistad con María cada vez era más fuerte y era con la que más tenía confianza, junto con Joan. Por otro lado, había podido conocer un poco más a Julia y Miki, con los que ahora me sentía cómoda y hablaba mucho más. También nos acercamos a nuestros vecinos y ahora pasábamos más tiempo con ellos.

Natalia... Natalia seguía siendo la chica misteriosa que conocí, pero ahora casi siempre estabamos juntas. Nos llevamos super bien y hemos cogido mucha confianza en estos días. Hasta tal punto que ayer María me soltó: "Tía, parecéis íntimas". La verdad es que lo parecíamos. Haciamos casi todas las cosas juntas, ibamos a los mismos sitios y nos sentabamos al lado en todas las comidas, clases, etc. Me sentía muy agusto con ella y sentía que ella conmigo también, pero no había vuelto a pensar en ella de esa forma, como tampoco la había vuelto a ver mal.

Cada vez pensaba menos en Alex y eso era gracias al tiempo que pasaba con Natalia, que no me permitía pensar en otra cosa.

En conclusión, María ahora era mi mejor amiga y Natalia... Natalia era alguien que estaba ocupando un nuevo lugar en mi vida pero no necesitaba ni quería etiquetarlo... aún.

Cuando me desperté era muy pronto y decidí ir a poner una lavadora a la lavandería. No se escuchaba nada en toda la residencia, todo el mundo dormía aún.

Llegué a la lavandería por primera vez desde que llegúe a la residencia. Era un cuarto bastante pequeño lleno de lavadoras, pero apenas había sitio para las personas y no estaba bien iluminado.

Estaba metiendo toda la ropa en la lavadora cuando de pronto escuché a alguien detrás mío.

- Buenos días rubia, que madrugadora. - Dijo Natalia con voz ronca.

Se acercó a mi y nos abrazamos durante un minuto entero.

Desde el día que nos abrazamos en el suelo de la habitación, habíamos cogido la costumbre de hacerlo con frecuencia. Al despertarnos, al acostarnos, entre clase y clase... Me encantaba abrazar a Natalia.

- Buenos días churri. ¿Qué haces aquí? - Pregunté mientras la abrazaba.

- Vi como recogías la ropa y pensé que podríamos poner la lavadora juntas. - Dijo Natalia mientras se separaba, dejando así de abrazarnos.

- Estás todo el día detrás mío, eh - Dije yo en un tono de broma.

- Algún día me voy a cansar de hacerlo, y entonces te tocará a tí. - dijo ella seria.

La verdad es que pocas veces iba detrás de ella. Me había acostumbrado a que fuera ella la que viniera a mí, y sinceramente, no quería que dejara de hacerlo.

- No seas tonta - dije yo riéndome.

- Si si... - dijo ella. - Por ejemplo, te puedo dejar sola ahora si quieres...

- Noo, quédate, porfa. - le pedí.

- No, me voy, ven detrás de mí si tanto me quieres a tu lado... - dijo ella alejándose por la puerta.

Por un momento me quedé alucinada. No sabía que a Natalia le gustaba jugar de esa manera, pero sin pensarlo, lo primero que me salió fue ir corriendo hacia ella. Me puse delante suyo intentando frenarla, pero ella me esquivaba, al final la abracé con fuerza.

- Natalia eres tontísima, no te vayas, porfavor. - dije yo poniendo voz dramática.

Noté como ella se empezó a reír y me devolvía el abrazo. Después de eso fuimos a acabar de meter la ropa en la lavadora y a prepararnos para las últimas clases de la semana, ya que el viernes no teníamos.

SHE | Albalia Fanfic | AlbayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora