Capítulo 31. Un nuevo lugar

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Las ganas de besarla eran más fuertes que el miedo al rechazo.

Sus labios se abrieron ligeramente y no dudé en lanzarme. De nuevo, después de tantos días, volvía a sentir los tiernos labios de Natalia.

El simple hecho de que hubiera pasado tanto tiempo hacía que ese momento fuera muy especial. Nuestros besos eran tiernos, suaves, románticos...

- Alba...- Susurró Natalia parando de besarme. - ¿Quieres que nos quedemos aquí esta noche?

Sonreí. Me pareció super dulce que me preguntara tal obviedad.

- Me encantaría. - Susurré con una sonrisa pícara.

Natalia miró mi cuerpo de arriba a abajo, me cogió por las piernas y me puso encima de ella. Ya me conocía su mirada y sus caras, y cuándo me miraba así, es que quería una cosa: sexo.

Mi excitación después de ese movimiento empezó a crecer. Natalia había pasado de mirarme con ternura a mirarme con deseo y eso me excitaba aún más.

Ella me agarraba el culo mientras yo empezaba a besarla de nuevo. Los besos empezaron a ser intensos, pasionales, y a medida que mi excitación crecía, sentía que a Natalia le sobraba toda la ropa.

Le quité esa camiseta negra tan ajustada y dejé sus pechos descubiertos. Empecé a besar su cuello mientras acariciaba sus pechos. Natalia soltó un gemido.

- Te echaba tanto de menos, Alba... - Susurró con la respiración entrecortada.

- Y yo a tí. - Susurré volviendo a sus labios para besarlos.

Seguí besándola hasta que bajé la mirada a sus pantalones. Me mordí el labio pensando en las ganas que tenía de volver a tocar a Natalia... Desabroché sus pantalones y con su ayuda los baje mientras la miraba fijamente a los ojos. Después me di cuenta de que llevaba unas bragas de encaje totalmente transparantes y preciosas. Mi corazón se aceleraba cada vez más.

Volvió a cogerme por el culo y me llevo de nuevo encima de sus piernas. Me empezó a desnudar mientras besaba suavemente mi pecho. Después bajó sus manos a mis pantalones y los desabrochó para luego quitármeos también.

Ahora me encontraba casi desnuda delante de Natalia que seguía sentada en el sofa con tan solo la parte de abajo de su ropa interior.

Empecé a besarla de nuevo empezando por sus labios y bajando por todo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna. Le quité las bragas suavemente y me quedé de rodillas en el suelo enfrente de sus piernas. La miré con una sonrisa pícara y ella abrió las piernas mirándome con deseo.

Acerqué mis labios a su zona íntima y empecé a rodearla suavemente con besos. El cuerpo de Natalia se empezaba a mover por la excitación. Podía sentir con mis labios lo mojada que estaba y empecé a acariciar su clítoris con mi lengua. Ella gimió y después puso su mano en mi cabeza para frenarme.

- Espera... - Susurró Natalia con la respiración entrecortada. - Quiero que tú también sientas esto.

Natalia me agarró por las manos y me levantó. Me bajó las bragas y colocó directamente sus dedos en mi entrepierna. Me acarició y al instante metió sus dedos en su boca para chuparlos.

- Vamos a la cama. - Susurró Natalia.

Mi excitación estaba más alta que nunca. Tenía unas ganas enormes de volver a sentir a Natalia. Al principio sentía algo de timidez por el tiempo que había pasado pero ahora parecía que lo hubieramos hecho toda la vida.

Natalia me agarró de la mano y me llevó a la cama. Nos estiramos las dos juntas cara a cara, ella me empezó a besar de nuevo y bajó hasta mi entrepierna mientras me acariciaba.

Yo hice lo mismo con ella hasta que al final quedamos las dos del revés. Ahora yo volvía a acariciar su zona con mi lengua mientras ella hacía lo mismo conmigo. Los movimientos cada vez eran más intensos, como nuestros gemidos entrecortados.

Los movimientos de Natalia cada vez eran más rápidos, cómo los míos. Nuestros cuerpos se movían a la vez que nuestras bocas y sentía que me iba a morir de placer.

Sentí como llegaba al orgasmo cuándo Natalia empezó a mover sus piernas de una forma tan característica. Notaba como ella también estaba llegando.

Finalmente dejé ir toda la tensión acumulada con un gemido final mientras llegaba al orgasmo.

Las dos nos separamos aún respirando con dificultad.

La miré desde una punta de la cama y vi como ella también me estaba observando. Sonreí tímidamente por lo que acababa de pasar. Natalia se incorporó y salió de la cama para abrir uno de los armarios. Sacó una manta.

Volvió a la cama incorporándose a mi lado y cubriéndonos con la manta. La abracé mientras colocaba mi cabeza en su cuello. Aún no me acostumbraba al olor de Natalia, cada vez que estaba con ella me gustaba más su olor. Ella me abrazaba pasando su brazo por mis hombros.

- Hueles súper bien, Nat. - Susurré acurrucada en su cuello.

- Gracias, bebé. - Contestó ella.

- Me gusta la idea de tener un sitio para las dos... - Le confesé.

- ¿En serio? ¿Te gustaría que alquilara el piso? - Me preguntó ella sorprendida.

- Pero entonces... ¿Te tendrías que ir de la residencia, no? - Le pregunté.

- Sí.. no puedo permitirme las dos cosas. - Dijo Natalia suspirando.

Sentí que Natalia no estaba segura de hacerlo por algun motivo.

- Nat.. ¿Tú de verdad quieres dejar de estar en la residencia para venir aquí? - Le pregunté.

Ella asintió con la cabeza.

- La pregunta es... ¿quieres tú? - Dijo ella.

Me quedé en silencio pensando en la respuesta. Realmente era una decisión muy importante.


SHE | Albalia Fanfic | AlbayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora