El chico de cabellos oscuros iba sin rumbo fijo. No conocía el lugar donde estaba por ende no quería perderse, pero debía deshacerse de aquel estúpido esmoquin. Camino bastantes minutos, probablemente se perdería cuando retomara el camino, pero de ser así, preguntaría. Hizo un pequeño desvío del camino de tierra y avanzó un poco hasta lo que parecía un círculo entre medio de arbustos y árboles, era un lugar bastante abierto así que no causaría ningún daño si quemaba el esmoquin ahí, se quedaría allí hasta que el último hilo desapareciera y volvería a casa
Miraba absorto y con nostalgia las telas, en algún momento ese esmoquin daría comienzo a nueva y gloriosa etapa en su vida, pero termino siendo todo lo contrario. Recordó las promesas incumplidas y una traicionera lagrima descendió lentamente. No debía llorar más, los últimos meses él se había llevado las sobras de su antiguo amigo, claramente dolía y la incomodes en su pecho no se iría de la noche a la mañana. Confió y entregó su corazón a personas crueles, algunos pedazos dejaron, trizados y faltante de algunos, debía encontrar una persona dispuesta a crear, modelar y pegar los faltantes. Solo así estaría completo de nuevo
Jimin extrajo la caja de cerillos de su pequeño bolsillo, era el momento. Observo la pequeña flama, y sin pensarlo acerco el cerillo a las telas, pero una pequeña brisa hizo que pasara a llevar su chaleco. No tuvo tiempo de reaccionar, ya que fuertes manos comenzaron a palpar el fuego, el cual rápidamente se esfumo, evitándole una fea y dolorosa quemadura a la persona en problemas. Jimin debido al susto, cayó de espaldas llevando en el acto al extraño que lo había salvado.
El tiempo pareció detenerse para ambos, el chico estaba asustado y a la vez cautivado por el hombre sobre él. Por otro lado, el chico castaño había quedado maravillado con el rostro del pequeño bajo suyo. Tenía una nariz pequeña que hacía juego con esponjosos labios rosa, su mandíbula bien definida le daba una elegancia que nunca había visto, sus ojos eran definitivamente lo mejor, eran de un exquisito color miel. Simplemente una belleza
El chico reaccionó y de un manotazo alejó al extraño
- ¡Suéltame! - Grito asustado.
- ¿Así es como me piensas agradecer? - Pregunto el más alto mientras se limpiaba las hojas secas que se incrustaban en su ropa
- ¿Qué te debería agradecer? - Respondió a la defensiva, acto seguido el hombre extraño comenzó a reír.
-Te salve la vida, un gracias no estaría mal. - Dijo encogiéndose de hombros.
-Yo no te lo pedí.
- ¿Eres de ciudad cierto? - Jimin se limitó a mirar como ardía el traje. - Veo que sí.
-Si no te importa, estoy ocupado. – El chico de cabellos oscuros estaba molesto, lo había ayudado pero su cercanía le había incomodado, además era egocéntrico. Su antigua pareja tenía aquella característica y realmente no le apetecía volver a compartir con personas así.
-Podrías causar un incendio.
El extraño estaba encantado con el pequeño chico frente a él, nunca nadie le había tratado de esa forma, era reacio y parecía un bebe. El chico era un reto que estaría dispuesto a aceptar
-Así que tú eras el novio. - El extraño se sentó frente a Jimin, los separaba el pequeño fuego.
- ¿Por qué no te vas? – Jimin solo pedía un poco de tranquilidad, no un hombre irritante que hablara solo
-Porque para tu desgracia estás en mi propiedad, sino fuera un buen ciudadano te habría acusado por intento de siniestro. - El castaño le guiño el ojo y Jimin rodó los ojos fastidiado.
-Si quisiera incendiar tu propiedad, lo habría hecho apenas llegue- Respondió mientras le brindaba una falsa sonrisa, haciendo que el hombre riera nuevamente.
-Creo que partimos con el pie izquierdo. - El castaño se levantó y le dio su mano al contrario para que hiciera lo mismo, indeciso la tomo, si quería quedarse un tiempo aquí debería comportarse educadamente. - Me llamo Jeongguk, Jeon Jeongguk.- le sonrió.
Jimin frunció el ceño, había escuchado ese nombre antes pero no lo recordaba del todo.
-Jimin, Park Jimin. - Ahora Jeongguk era el extrañado. - Y ahora que estamos bien. - Hizo comillas con sus dedos. - No me vuelvas a hablar.
El más alto comenzó a reír, Jimin lo miro molesto, por lo que rápidamente se dispuso a darle una explicación.
-Jimin me verás más seguido de lo crees. - Canturreo burlesco. - ¿Tu padre es Park Dong Gun de casualidad?
-Si. - Respondió asustado a lo que Jeongguk comenzó a reír. - ¿Por qué?
-Porque Park es el novio de mi mamá. - Guiño un ojo y el contrario cerró sus ojos derrotado.
Jimin quería morir, todo estaba mal, absolutamente todo. Primero la sensación de miedo que recién ahora desaparecía, su prometido, sus amigos, su padre, Jeongguk y ahora esto. Quería dormir y despertar con todos sus problemas solucionados.
-No hago esto con todos, pero como ves, está oscureciendo bastante rápido y no creo que te guste caminar solo y de noche. Algunos tienen crueles intenciones. - Jeongguk subió a su camioneta y esperó unos minutos, Jimin por otro lado se daba por vencido con este abrumador día. Así que resignado subió al vehículo. Quería llegar rápido a casa
"A veces perder es ganar y no encontrar lo que se busca es ganar"—🕊🖤
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Written in the Stars | Kookmin
FanfictionCuando Jimin encuentra a su prometido engañándolo con su mejor amigo, no encuentra mejor solución que escapar, pero no a cualquier lugar, iría en busca de su abuela en una de las zonas más alejadas de la población surcoreana. • Kookmin • Mención de...