Written in the Stars | Kookmin

Capítulo 58

Jimin iba en bicicleta al local más cercano, a Youngok le faltaban unos vegetales y el se había ofrecido amablemente a ir por ellos, estaba sofocado en casa. Taehyung y Jin desde que había llegado le habían insistido en que hablara con Jeongguk, pero simplemente no estaba preparado. En su camino al local, debía cruzar un largo sendero pero grata fue sorpresa al ver que la camioneta de Jeongguk venía entrando del otro extremo. Desaceleró su andar al igual que el chico

-Hola.- Murmuro con una tímida sonrisa mientras Jeongguk se acercaba.

-Hola.- respondió con media sonrisa haciendo que Jimin se sonrojase.- Que chistoso, acabo de hablar con Taehyung acerca de ti.

-¿De mi?- Pregunto asustado. Movió sus pies con nerviosismo, Jeongguk siempre causaba el mismo efecto y en estos momentos no era bueno, no cuando no era recíproco.- Cosas buenas supongo.

Jeongguk solto una suave risa, la cual fue respaldada por Jimin

-¿Quien me podría decir algo malo?- Ante tal pregunta, Jimin solo río con nerviosismo y arreglo su cabello.- Jimin, necesito que me digas la verdad.

-¿La verdad?- Pregunto extrañado. No entendía nada, las ganas de ir y abrazarlo eran demasiadas, no quería preguntas, solo quería que todo fuese como antes

-¿Por que volviste?- Jeongguk no reflejaba emoción alguna a excepción de sus ojos. Aquellos no mentían y el rubio juró ver decepción y dolor en ellos haciéndolo cohibirse.- ¿Es cierto que volviste por mi?

Jimin se abstuvo de contestar y miró unos segundos el piso. Su pecho comenzó a arder debido al pánico y la desesperación. No podía decir ni hacer nada. No diría la verdad, no ahora que Jeongguk había encontrado otra persona con la cual pasar sus días, y lo hacía feliz, algo que el no había hecho. Se había ido y ahora debía aceptar las consecuencias de ello. La felicidad de Jeongguk desde ahora sería por sobre la de el, aunque su corazón dejara de latir en aquel proceso. Jeongguk ya lo había hecho, ahora le tocaba a Jimin hacer algo por el chico. Sacrificaría su felicidad, por ver una sonrisa en Jeongguk todos los días con la chica que lo hacía sentir grato, el tuvo su oportunidad pero arrancó como un cobarde de la persona que amaba.

-No Jeongguk.- Respondió con una sonrisa que reflejaba humildad pero en el fondo solo expresaba pánico.- Me esperaban papá, abuela y los chicos.- Sus manos empezaron a tiritar por lo que comenzó a jugar con sus dedos.- Ademas de un pequeño proyecto que tengo en mente

Decir que el corazón de Jeongguk no se destrozó con aquella confesión era una total mentira. Tenía las esperanzas de que Jimin volvería por el, pero eso sería ser un soñador empedernido. Trato de apaciguar ese pequeño nudo en su garganta pero le era imposible, su amor estaba condenado

-Me alegra saber que la relación entre el señor Park y tu mejorara.- Respondió sincero.- Pero creo que este era el momento de hablar.- Replicó

-Perdon Jeongguk.- Suplicó mirándolo a los ojos. Aquellos ojos que ya no brillaban para el.

Jimin salió hecho un lío montando a toda prisa la bicicleta, las lágrimas salían sin su permiso y se le dificultaba el andar pero debía llegar con lo pedido, al fin y al cabo era su bienvenida. Jeongguk por otro lado tiro de su cabello resignado, no había nada que hacer. Lo de ellos no había resultado y debía aceptarlo de una vez, más ahora con la confirmación de Jimin

Era su turno de retribuirle a Jeongguk, aunque fuera a la distancia y con el alma rota.

[...]

Llego a su casa y el aroma a vegetales cocidos y carne inundó sus fosas, pero recordó que su madre iría a cenar a Jeju con su pareja. Con lentitud se acercó a la cocina y pudo ver a Yuna leyendo de un libro mientras sujetaba una cuchara de palo.