Capítulo 47

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-¿Y tus llaves?- Pregunto la madre de Jeongguk al ver que tocaba con tanta insistencia la puerta.- Hueles a alcohol, ¿estuviste bebiendo?

-Un poco mama.

En efecto, Jeongguk había tomado la botella de whiskey que le regalo Namjoon en su último cumpleaños apenas sus amigos abandonaron su morada. El precio valía su contenido definitivamente.

-Yo diría que más que un poco.- Murmuro enojada. No le gustaba que su hijo bebiera en exceso ni consumiera sustancias o que se alimentara mal. Desde muy pequeño que le había inculcado cuidar de su cuerpo para no presentar enfermedades a temprana edad

Jeongguk comenzó a balbucear palabras sin sentido mientras jalaba su cabello. Su madre se extrañó en demasía, no era normal ver a su hijo borracho, con los ojos irritados y con mal vestir. Siempre se preocupaba de lo más mínimo en su vida diaria.

-¿Que está sucediendo Jeongguk?- Pregunto mientras se acercaba sigilosamente, estaba preocupada y temía que Jeongguk hubiese desarrollado dependencia emocional por el hijo de su pareja.

-Nada.- Dio unas vueltas mientras frotaba su rostro con fuerza.- No se.- Respondió otra vez encogiendo sus hombros.- No entiendo porque me abandonan.- Las palabras estaban cargadas de resentimiento, el no lo merecía.- No entiendo porque los hombres que quiero me abandonan y se van.

-¿Como se van?- Pregunto extrañada.

-Se van mama, y ¿sabes cual es el problema?- Su madre estaba expectante, su hijo se veía roto y no sabía como ayudarlo, en esta ocasión sus palabras, abrazos y amor no serían suficiente. Lo sabía.- Me enamore.- Respondió el mismo mientras lágrimas caían sin parar. Afortunadamente la mujer comprendió la situación, Jimin debía estar involucrado.

Jeongguk le había comentado con respecto a un tierno chico que había llegado a la isla, grata fue su sorpresa al saber que el chico era hijo de su actual pareja. Todos los días hablaba con Jeongguk y este le relataba cuán perfecto era y como cada día le gustaba más que el anterior. La mujer estaba feliz, su hijo había encontrado a alguien con quien compartir su vida pero aún no se lo había presentado, Jeongguk quería esperar al momento de oficializar lo que había entre ellos, lastima que ese día nunca llego.

-Me enamore como un imbecil.- Volvió a repetir mientras caminaba alrededor de la estancia.- Me enamore de Jimin pero se fue.- Sonrió entre lágrimas.

-Tranquilo.- Susurro con amor mientras sentaba al desolado chico en el sofá.- Ahora dime que ocurrió

-Eso mamá, se fue.- Pasó la palma de su mano con furia por su rostro en un vano intento de limpiarlo.- No se porque pero se fue.- Quería formular palabras pero no salían, su madre estaba expectante. Se tranquilizó en el momento que comenzó a regular su respiración después de unos segundos.- Desde que lo vi estaba dispuesto dejar todo por el. Todo, todo, todo.- Repitió mientras negaba con su cabeza. Fue un verdadero idiota al creer que Jimin haría lo mismo por el.- El lo sabía mamá, yo lo quería. Pensaba que estaba todo bien y...

-Jeongguk cálmate.- Murmuro mientras daba leves masajes en su espalda tratando de relajarlo.

-Y se fue.- Los ojos le escocían debido a la irritación.

-Tal vez tendría sus motivos

-¡No mamá!- No quería falsas ilusiones, no más.- Jimin nunca me quiso

-No es bueno tomar decisiones en tu estado Gguk, así que ve a dormir.- La castaña le sonrió.- Tienes muchos días para pensar.

-¿Y como duermo?- Pregunto con nostalgia.- ¿Como lo hiciste tú cuando papá se fue?

-No pude.- Susurro mientras un dolor se comenzaba a instaurar en su pecho.- No lo hice por días.

-Lo siento mamá.- Jeongguk se sentía culpable por hacer que su progenitora recordara a su padre y aquellos momentos oscuros en su vida.- Te quiero.- No terminaba de llorar y ya comenzaban a brotar lágrimas otra vez, su corazón dolía, dolía mucho. Refugiado en el cuello de su madre trató de encontrar calma, pero no había. La misma escena de hace bastantes años atrás se repetía, solo que ahora Jeongguk ocupaba el lugar de su madre y no conseguía sosiego.

-Yo también te quiero mi bebé.

La castaña más alta se rompió al ver como su hijo lloraba, no por un dulce o por no querer asistir a la escuela. Jeongguk lloraba porque le habían roto el corazón, lloraba porque se había enamorado y lo habían abandonado sin importar el dolor que conllevaría la ausencia de la persona afortunada de tener su corazón. Se acercó y estrechó a su hijo en el abrazo más fuerte que jamás le hubiera dado, quería prometerle que todo estaría bien pero no podía, y por primera vez en muchos años no sabía como ayudarlo.

Jeongguk había perdido a su padre años atrás y ahora perdía a Jimin, ¿Quien seguía?

-Estoy aquí para ti.- Susurro mientras besaba su frente y Jeongguk lloraba a mares en su hombro por perder al hombre que amaba.

Los siguientes días los pasó junto a su madre, la mayor no preguntaba nada al respecto y solo se dedicaba a mimar a Jeongguk que de vez en cuando comenzaba a llorar de la nada. No comía bastante por lo que sus definidos músculos comenzaron a perder forma, su rostro seguía pálido e inclusive por la falta de comida sus mejillas se habían ahuecado. Abuela Youngok iba seguidamente a visitarlo y llevarle golosinas pero el chico estaba reacio.

Tenía una misión, olvidar cómo fuera a Park Jimin. No volvería a entregar su corazón tan fácilmente nunca más, aunque sabía que su corazón solo le pertenecería a una persona hasta que acabaran sus días en la tierra.


"Plan para hoy: No recordarte mañana (y así, el resto de los días)"

Written in the Stars | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora