Capítulo 38

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Tenía miedo, pero el placer que sentía arrasaba con sus pensamientos.

-Jimin, ¿estás seguro?- Pregunto nuevamente a centímetros del pequeño bajo el

-¿Tu estás seguro?

-Solo si tu lo estás.- Respondió frotando ambas narices

-Entonces estás seguro.- Replicó Jimin para agarrar las hebras castañas de su acompañante y besarle con ganas.

Jeongguk aprovechó la distracción para lentamente meter el glande. La entrada era estrecha y su tamaño no ayudaba en nada pero poco a poco se fue introduciendo a la par que acallaba los gemidos de Jimin con suaves y lentos besos. Una vez dentro completamente, espero que se acostumbrara a la gran intromisión para comenzar con lentas estocadas.

-Quiero hacerte el amor.- Susurro en su oído con la voz ronca, erizando cada vello de Jimin.

Con semejante declaración, Jimin comenzó a mover lentamente sus caderas mientras apoyaba sus mano en los hombros del más alto y daba caricias

-Jeongguk.- Gimió en su oído para luego morder.

-Hmm...- Jeongguk trataba de ir lento. Se controlaba por Jimin, no quería herirlo de cualquier modo, eso jamás se lo perdonaría pero no se lo estaba poniendo fácil

Las estocadas iban a un ritmo lento, deshaciendo a ambos chicos los que terminaban gimiendo sin control. Se estaban entregando al otro en cuerpo y alma, y uno ya sabía las consecuencias de ello.

-M-más Gguk.

Jeongguk sin hacerse de esperar, subió una pierna del contrario a su hombro para lograr una mejor penetracion y de esta manera aumentar el ritmo, haciendo que Jimin gimiera más fuerte y rasguñara gran parte de su espalda. En efecto no podía parar. Una y otra, y otra vez. Quería que el menor mantuviera el recuerdo en su memoria por siempre de su primera vez juntos, que fuera especial.

Nuevamente habían cambiado la posición. Jimin se apoyaba en sus codos y rodillas dejando su trasero expuesto y levantado a merced del castaño. Las nalgas rebotaban en cada embestida y el sonido encendían a Jeongguk como nunca antes

-Ahhhg.- Jeongguk había entrado completo, y por consecuencia tocó el punto P haciendo delirar a su acompañante. Su glande bombardeaba aquella zona tan sensible dentro del rubio haciéndolo gritar sin sentido. Su cabeza daba vueltas, el placer lo consumía y no aguantaría mucho más

-Jeongguk, me voy a correr.- Gimió en su oído como pudo. A estas alturas le costaba formular hasta la palabra más sencilla

-¿Eso quieres?- Susurró en su oído. Comenzó a repartir besos húmedos en su espalda, mientras acariciaba la pequeña cintura. Su pene entraba y salía, ya faltaba poco para la consumación pero no quería que ello acabara.- Date la vuelta.- Sin separarse Jimin nuevamente quedó recostado con Jeongguk sobre el.

Apenas se dio vuelta, Jeongguk atacó su boca haciéndolo delirar en el acto, los besos de Jeongguk eran exquisitos y así pensaba este del pequeño que amaba con locura. Nunca tenía suficiente de Jimin y le desesperaba, porque jamás tendría suficiente, siempre necesitaría más. Comenzó a pasear sus manos por su pecho hasta que llego a las manos del contrario, las entrelazó y nuevamente comenzó a hundirse en el interior del rubio.

-Quiero verte cuando llegues.- Susurró en su boca.- Jimin solo asintió perdido en aquellas orbes que tanto le encantaban.

Las estocadas eran lentas y profundas. Jimin movía sus caderas circularmente a la par que recibía las embestidas y besos que Jeongguk se encargaba de dejar a cada segundo. Habían encontrado el ritmo perfecto. Besos, manos, embestidas.

-Me gustas tanto Jimin.- Susurró con amor sobre la boca del nombrado.

En ese momento, Jimin abrió los ojos y se topó con la dulce mirada dirigida hacia el. Jeongguk no se merecía esto, era lo que su mente repetía una y otra vez. Le estaba ofreciendo un amor a medias, cuando este daba todo por el. Jeongguk era un privilegio y si el no sabía valorarlo, debía dejarlo ir con alguien que estuviera dispuesto a vender su alma por el, aunque desgarrara su corazón con ello.

-M-mas rápido.- Gimió con sus ojos llorosos. Quería acabar luego con esto.

-Hmm...- Jeongguk acató la orden y comenzó a bombear el miembro del rubio mientras sus estocadas arremetían sin piedad.

Debido a la sobre estimulación Jimin comenzó a soltar palabras incoherentes y Jeongguk no lo podía encontrar mas adorable. La culminación llego para Jimin con hileras de semen en su estómago mientras Jeongguk con diez estocadas mas culminó dentro del condon.

Jeongguk respiraba con dificultad al igual que Jimin. Sus frentes estaban apoyadas y sus narices se rozaban. El castaño deposito un pequeño beso en la pequeña nariz de Jimin para luego salir de su interior y sacar el condon que estaba lleno de semen

Jimin se tapo completamente, se sentía mal. Su cabeza no dejaba de recriminarle, todo estaba mal. Quería llorar y esconderse, que nadie fuera capaz de encontrarlo nunca más.

-Pasaron tres horas.- Jeongguk entro y se acosto inmediatamente al lado del rubio abrazándolo en el acto, este se estremeció.

No quería que Jeongguk lo tocará, se sentía sucio.

-¿Minnie estas bien?- Pregunto asustado el castaño.

-Si claro.- Sonrío Jimin mientras cerraba sus ojos y se escondía en el pecho del castaño.

No era capaz de mirarlo, las lágrimas saldrían sin parar y no sabría que responder si pedía una explicación.

-Sera mejor que descansemos.- Comento dormilón mientras se acomodaba.

-Unas horas no nos harían mal.- Murmuro apenas Jimin. Debía actuar con normalidad, si no quería ser descubierto.

Jeongguk aspiro el aroma del cabello de Jimin y aquello fue suficiente para relajarse.- Gracias por todo amor.- Susurro para caer en los brazos de Morfeo.

Esas fueron las palabras justas para que gruesas y amargas lágrimas se deslizarán en el rostro de un destrozado chico, la vida le pesaba una eternidad pero la decisión estaba tomada y no había vuelta atrás

"Solo pido que esta noche me recuerdes"

Written in the Stars | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora