6. Envidia

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NATALIA POV

Me acerqué a su boca y le di un beso en la comisura de sus labios, después me deslicé y la besé los labios lentamente, tardó unos segundos en corresponderme y entonces me separé.
-lo siento- me llevé las manos a la cabeza- se me ha ido la cabeza, adiós.
-¡Natalia!- susurraba fuerte Alba a mis espaldas, es un error, no debí hacer eso, me iban a matar y a ella también.

Fui a mi habitación y me metí en la cama, me tapé hasta las cejas.
He besado a Alba, he besado a alguien, penado por la ley, he besado a alguien de mi mismo sexo, penado por la ley ¿y mis conclusiones? Lo haría 10 veces más.

ALBA POV

Me quedé de piedra, Natalia besaba muy bien y un sentimiento afloró en mi, un sentimiento de miedo y..de cariño, me había enfadado con ella y lo seguía estando, pero no entendía porque había hecho eso, ella sabe perfectamente que como se entere alguien nos vamos a una cuneta.

Me tumbé mirando al cielo estrellado y me llevé la mano al labio, es real, me ha besado de verdad, es surrealista.
Después de filosofar un rato me fui a casa, entré sigilosamente y me fui a la cama, tenía miedo de su reacción mañana, ella sabe mejor que nadie que no está bien, ya no solo porque no dejan tener relaciones, somos dos chicas, somos de bandos distintos, todo es muy confuso.

Pasaron varios días desde que la vi, habían venido varias veces los vigilantes, pero ella nunca estaba, me preocupaba que la hubiesen pillado, porque si era así, yo sería la siguiente.

Marina ya estaba recuperada, después del arrebato de Natalia lo pensé y me quedé las pastillas, no podía desaprovechar oportunidades así, sé que no pasan dos veces.
Estaba tumbada en el sofá mirando por la ventana el cielo, el invierno se acercaba y sabemos que va a ser muy duro, para todas las personas que estamos esclavas por los militares será nuestro peor invierno, escuché un silbido extraño y salí con cuidado a investigar, en una película de miedo soy la primera en morir.

NATALIA POV

Mi jefe me recompensó el hallazgo de irregularidades y me dejó quedarme en la casa varios días, me vino bien para reflexionar sobre lo ocurrido, no me arrepentía de nada, pero obviamente no sé qué opina Alba de esto y tendría que hablar con ella.

Escuché varias veces discutir al comandante con alguien por el walkie, era el único modo de conectar con la ciudad, no presté mucha atención la verdad...
Después de hacer una pequeña siesta decido que necesito ver a Alba y hablar sobre esto, obviamente no nos podían ver juntas, por lo que iría a su casa con cautela y quedaría con ella por la noche.

Me acerqué con cuidado, iba con mi arma pendiente de todos lados, de momento no hemos tenido ninguna revuelta pero nunca se sabe, mi comandante siempre hablaba de lo peligrosas que son.
Hice un silbido varias veces, sé que Alba es muy curiosa así que espero que salga de casa a investigar...
Apenas tardó un par de minutos cuando salió por la puerta, yo estaba detrás de unos arbustos.
-¡eh!- susurré fuerte, Alba se giró extrañada y me vio.
-Natalia ¿Qué haces aquí?- se acercó a mí posición.
-necesito hablar contigo...a las 12 en la calle de aquí- señalé la calle que da a la iglesia.
-está bien...- suspiró- me alegro de verte-
-hablamos está noche ¿Vale?- le acaricié la mano y luego se levantó y se fue adentro de nuevo.

Me levanté y fui a la plaza, Mikel estaba junto con Aaron riéndose de algo.
-mira quien viene por ahí- dijo en tono burlón- doña seria.
-Deja las tonterías anda- repliqué sentándome enfrente de ellos- ¿Qué hacéis aquí?
-¿De dónde vienes?- preguntó Mikel- tú primero.
-vengo de dar una vuelta, ya sabes, asegurarme de que todo siga en orden- respondí tumbándome mirando al cielo.
-nosotros estamos esperando al comandante y sus nuevas órdenes-
Escuchamos un pequeño estruendo y los 3 nos giramos a la vez, un señor estaba discutiendo con una señora, empuñamos las armas y nos acercamos a ellos.

-eres una inútil ¡Nos matarán por ello!- gritaba un hombre con un palo en la mano bastante amenazante.
-¡Baje el arma señor!- gritaba Mikel apuntándole.
-¡No hasta que pague por lo que ha hecho!- se acercaba cada vez más a la mujer que estaba tirada en el suelo en desventaja.
-Dispara Mikel- le dije ante la situación.
-No- me respondió al instante.
Veía como el señor se abalanzó sobre la señora y no dudé en tirarme encima y apartarle de ella.
-¡Natalia!- gritaba Mikel bastante enfadado.
-¡Déjame!- gritaba el señor, le había reducido en apenas 20 segundos.
-Natalia, era mío, lo tenía controlado- se acercó a mí bastante enfadado.
-Mikel, la iba a hacer daño y no hiciste nada, no llego a estar yo y..- me interrumpió.
-estoy hasta los cojones de tí, siempre haces lo mismo, siempre tu afán de protagonismo, me piro- colgó el arma en su espalda y se fue de vuelta a la fuente.
-Aaron encárgate de esto, si tienes problemas habla por el walkie a algún compañero- me levanté y fui tras Mikel.
-¿vale..?- contestó Aaron.

-Mikel ¿puedes parar?- le dije mientras corría tras él, estaba bastante lejos, no me hizo caso y seguía andando rápido, le alcancé y le giré.
-¡Qué quieres!- nunca le había visto tan enfadado como ahora.
-¿Por qué te enfadas?- pregunté seria.
-¿Enserio? Natalia estoy hasta los..
-cojones, ya, ya me lo has dejado clarito- me apoyé en una pared esperando respuestas.
-estoy arto de que siempre lo hagas tú todo, todo lo guay lo hagas tú, que si un puñetazo a Max, que si salvas a la señora, a tí el comandante te adora, ¡a mi me odia!- dijo con mucha rabia
-deja de decir tonterías- rodé los ojos ante su comentario.
-no son tonterías, eres increíble y me das envidia- dijo más tranquilo.
-¿envidia?- dije riéndome- ¿envidia de qué?
-eres increíble Natalia.
-pero que dices fli...- no pude continuar porque me besó- ¿¡Pero tú eres gilipollas?!
-perdona, se me ha ido la cabeza- intentó pedir perdón pero le pegué un manotazo y le dejé la marca.
-a mí no me vengas con estas gilipolleces- le empujé y me fui de camino a la casa, menudo día de locos.

¿Pero que se piensa que soy? Tenía ganas de ver a Alba y quitarme a Mikel de la cabeza, ya entiendo porque está todo el día pegado a mí, es un niño que no ha visto una mujer en su puta vida y se asombra de que sepamos hacer más cosas que limpiar ¡Sorpresa! Somos más útiles que eso, mucho más que eso...

ALBA POV

Cogí la cazadora que más abrigaba y salí de casa, me recosté en el muro de piedra esperando a Natalia, hacia una noche bastante fría pero preciosa, las estrellas y la luna iluminaban las calles y las daban un toque más bohemio, era bastante tarde y cerré los ojos un segundo.

-Alba, Alba- alguien me movía- Alba...
Abrí los ojos y vi a Natalia de cuclillas sonriendo, me levanté rápido-perdona se me ha hecho complicado salir...- me ayudó a levantarme.
-¿Dónde vamos?- pregunté mientras me sacudía de las piedras del suelo.
-ahora te enseño.

Subimos la cuesta con dificultades, Natalia siempre llevaba encima ese arma enorme y las manos en los bolsillos del pantalón militar, le queda extremadamente sexi..
-¿Que miras?- me preguntó con una sonrisa.
-Nada, tu ropa militar...- intenté sonar convincente pero me había pillado mirándole de arriba a abajo.
-Ya casi llegamos- subimos unas escaleras que daban a la iglesia y nos colocamos al lado de un muro, ya no tenía frío gracias a subir la cuesta y las vistas son increíbles.
-wow- dije apoyándome en el muro.

La Guerra // ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora