9. Mentira

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NATALIA POV

No podía quedarme toda la noche en casa, no, necesitaba saber de Alba, si estaba bien, tengo miedo pero salgo, me da igual si me pillan.

Con el arma en la espalda y 100 ojos en la nuca subo a las casas del norte y me fijo en la casa de Alba, son las 22, nadie habla, me asomo por una de las ventanas pero nada, ni una vela ni un alma.

Me aparté un poco y me quedé expectante de algún movimiento, veía algo de luz en el ático, alguna vela iluminaba una de las habitaciones pero no se escuchaba nada, pasé un rato más y me volví a casa, tampoco iba a perder el tiempo...

Me metí a la ducha directamente, no paraba de darle vueltas a todo, a como soy de gilipollas de hacer eso, igual Alba tiene razón y soy como ellos...uso la violencia ante los problemas, noto como el jabón baja por mis curvas pero nada, no siento nada, me toco y nada, no siento nada estoy vacía, salgo de la ducha y me meto a dormir, mañana la tengo que ver...

ALBA POV

Recuperé la consciencia y miro a mi alrededor, tengo un dolor de cabeza horrible, me toco la cabeza y veo que tengo varias vendas, una vela ilumina mi habitación pero no escucho nada, ni a nadie.
-¿Hola?- digo en un hilo de voz, se me atasca la voz, no se cuánto tiempo a pasado desde que me desmayé ni qué hora es.
-¿Alba?- escuchaba una voz desde la otra habitación, entonces apareció Marina por la mía.
-Marina...-la vi triste, y un poco enfadada...
-¿Cómo te encuentras?- se sentó a mi lado con cuidado.
-Mal, me duele la cabeza un montón- me toco la venda de nuevo.
-cuéntame que pasó Alba- dijo seria
-emmm yo...-no sabía si se lo podía decir, no creo que sea lo correcto- me pillaron con las pastillas.
-sigue.
-la chica, me pegó con un arma en la cabeza y se fue con otro de ellos, ya está- mentí, bueno, no le conté toda la verdad, no le iba a contar que me estaba enamorando de la única tía militar del pueblo, que había follado con ella y que ella misma casi me mata, no es plan.
-joder Alba, en que fregados te metes- me acarició la mejilla- no salgas de casa, si te vuelven a ver te matan ya sabes cómo va esto...
-no te preocupes, no tengo ningún problema en alejarme de ella- Marina me dio un beso en la frente con cuidado y se fue, tardé poco en coger el sueño de nuevo.

Ya era por la tarde y estaba mirando por la ventana del ático, no quería salir, tenía unas pintas horribles y encima se nos había roto la ducha, no solo nos duchamos con agua fría sino que ahora no tenemos ni agua, un asco todo.
Pasaba horas y horas delante de la ventana esperando algo que me entretuviera, y ahí estaba.

La furgoneta de los militares se acercaba a mi calle, ¿Una revisión? No lo sé, son aleatorias y ahora no creo que encuentren nada, literalmente no tenemos nada.
Observó cómo Natalia baja de la parte trasera de la furgo, parece triste, no me importa lo que sienta ella, a mí me ha destrozado y no pienso ceder.
Escucho como entran en casa y yo cierro la puerta de mi habitación y pego la oreja a ella, escucho como alguien sube al ático y se queda quieto, suspira y baja de nuevo.

Me asomo a la ventana y veo como se van en la furgoneta, salgo de la habitación, encima de la mesa del ático están las pastillas, Natalia había subido y me las había dado de nuevo, si cree que la voy a perdonar, lo lleva claro.

Cojo el bote y examino que está todo como antes y efectivamente, cojo un poco de agua y me tomo una pastilla, los efectos empiezan a surgir y noto como mi cabeza se despeja, me tumbo en la cama y duermo.

NATALIA POV

Dejé las pastillas en la mesa, espero que esté bien, no estaba abajo y no se donde estaba, me preocupaba pero aunque yo quiera que sea mi prioridad, vivo de llevar un arma y proteger a mi gente y después de la charla de Mikel tenía puestos 3520 ojos por todos lados, no quiero sorpresas.

El día transcurrió tranquilo, demasiado para mi gusto, me dedicaba a pasear con Mikel por las calles, memorizando cada casa y calle por si algo cambiaba, no notaba nada raro, tenía esperanzas de que Mikel no sospechara nada pero reconozco que desde ayer está distinto, si sabe algo espero que no me traicione, me da miedo caminar con él, sé que le encanta la ley y que vive por ella, sé que aunque confíe en mí yo cada vez confío menos en él y estoy atenta por si se atreve a pegarme un tiro, no me sorprendería para nada..

-¿Estás bien?- le preguntó mientras andamos por una calle.
-¿Eso no lo solía decir yo?- preguntó con una risa.
-Puede-
-estoy intranquilo, eso de que el comandante no nos hablase de nada de las revueltas...me hace pensar-
-¿Crees que les damos igual?- pregunté mirando hacia el frente.
-No somos más que peones Natalia, y lo sabes- notaba como me miraba pero yo no le miraba.
-Ya.. esclavos de un mundo de locos- reí sola y seguimos andando.

Nada raro, ningún movimiento y todo olía igual, un día normal y corriente vaya.
Llegamos a casa y cenamos, cada vez que terminábamos una comida tirábamos un montón de comida y era inevitable no pensar en Alba, ella y su familia muerta de hambre y nosotros les apuntamos con armas y desperdiciamos lo que tanto necesitan, un ambiente de hipocresía enorme.

El comandante antes de subir a nuestras habitaciones nos reunió a todos mañana en la plaza, tenía algo que contarnos pero ya era tarde para ello, la verdad que no le presté mucha atención y entré a mi cuarto, mis armas estaban al lado de mí armario de la ropa, encima de la mesa, toqué la pistola suavemente.
-Alba perdóname- dije por lo bajo.
No sabía si estaba bien, sigo teniendo remordimientos por darle con la culata de la pistola, pero me salió a sí, ella me dijo que la pegara y no se me ocurre algo mejor que darle con un arma.
Tengo que dejar de castigarme, me meto en la cama y me relajo, muchos días de estrés.

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Este capítulo es tranquilito, pero dentro de nada necesitaréis este tipo de capítulos para bajaros la tensión jajajaja
Drama en nada bebés...
Os quiero!!! ♥🤘

La Guerra // ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora