12. Confesiones

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ALBA POV

Nos acercamos a casa, sabía que me iban a interrogar y no sé qué tengo que decir.
-vamos- me agarraba Marina dentro de casa, mis padres estaban dando vueltas nerviosos hasta que entré por el hall y me vieron.
-¡ALBA!- gritó mi madre que empezó a llorar- mi niña...
-estoy bien- estaba nerviosa, mi madre tocó mi chaqueta que tenía sangre de Natalia.
-¿¡Estás herida?! Dios mío..- me empezó a tocar mi madre pero no sé cómo decirla que no es mía.
-Estoy bien mamá, no es mía- bien Alba, lo has hecho genial..., mi madre levantó la vista sin entender nada.
-¿Cómo?- notaba lo confusa que estaba, tanto ella como yo somos muy expresivas, mi padre puso cara de confusión también.
-Me la llevo arriba, tiene que descansar- Marina me empujó escaleras arriba cerrando la puerta y subiendo al ático.

Nos metimos en mi habitación y cerró la puerta.
-Necesito que me cuentes TODO- se acercó a mí muy enfadada- T O D O
-vale...vale..lo siento- me senté en la cama y ella se sentó conmigo.
-que pasó ayer-
-es largo ...
-Alba- me miró con una mirada asesina- tengo todo el tiempo del mundo.
-vale...-suspiré- ayer cuando fui a por agua a la fuente estaban los vigilantes en su furgoneta a escasos 50 metros de mí, Natalia iba entre ellos.
-¿Natalia? ¿La chica de la cabaña?- asentí ante su pregunta.
-estaba enfadada con ella, por el golpe que me dio en la cabeza con la culata de su pistola- noté como mi hermana apretaba el puño enfadada- noté como hablaban entre ellos y como me miraba, entonces cogí la jarra y fui calle arriba y me paró.
-¿Te paró?-
-corrió hacia mí muy nerviosa y yo obviamente no quería hablar con ella así que seguí mi camino pero me agarró del brazo, entonces...entonces..- mis ojos se encharcaban, mi hermana me abrazó.
-tranquila, sigue ...

-vi como un hombre vestido de militar cayó al suelo después de un estruendo enorme, un chico de la furgoneta chilló a Natalia que se cubriera y en menos de 2 segundos no paraba de escuchar disparos- empecé a llorar de impotencia-
-¿Quieres parar?- preguntó, ya no parecía enfadada
-no- me limpié las lágrimas- Natalia me agarró detrás del muro y empezó a disparar, me estaba protegiendo- miré al techo buscando fuerzas- la habían disparado y no podía seguir disparando, entonces la convencí para huir, fuimos a la cabaña ...lo siento...
-Venga no pasa nada ven- dijo Marina abrazándome más fuerte-
-vi morir a mucha gente Marina, mucha, se escuchaban disparos por todos lados y si no llega a ser por Natalia yo...yo...
-Alba- me levantó la barbilla para que la mirase- ¿cuánto tiempo llevas viendo a Natalia?

Tragué saliva, no sé qué decirles exactamente, no quería contarla nada sobre Max y mucho menos que había follado con ella, me daba mucha vergüenza.
-casi desde que llegó al pueblo- dije en un hilo de voz.

Marina se levantó y se llevó las manos a la cadera y me miraba con enfado pero pena a la vez.
-¿Y no me dices nada?- notaba su enfado- esa tía te ha pegado y ha cavado tu tumba Alba ¿No lo ves?
-no es así exactamente- intenté excusarme.
-¿Cómo?- se acercó a mí de nuevo- te ves con una tía que es del otro bando, la metes en un sitio privado que solo debemos saber nosotros, la tía te pega..¡casi te mata Alba!
-¡NO!- me levanté de la cama- no es su culpa
-¿Pero que dices? ¡Alba por dios!- me estaba enfadando un montón y no aguantaba más.
-¡Fui yo quien la pidió que me pegase Marina, YO, ALBA RECHE!- di un golpe a la pared.
-¿QUÉ? Me he perdido...- se sentó confusa en la cama, me puse delante de ella de pie.

-Estaba con ella y uno de sus compañeros nos pilló, la mejor opción era fingir que estaba robando pastillas y le pedí que me pegase para que fuera más creíble- suspiré de impotencia-
-¿Y por qué te enfadaste con ella?- preguntó de nuevo.
-Porque pensé que me había usado...me dijo algo que no me gustó pero ya da igual..- me limpié algunas lágrimas- se que me la estoy jugando, pero ¿sabes que? Me da igual
-Alba deberías de dejar de verla, no es bueno para tí- me puso la mano en el hombro pero la aparté
-No- dije seria- no voy a hacer eso.
-ALBA enserio déjalo ¡Ya!- se puso a mi altura.
-¡No pienso dejar de hacerlo Marina!
-¿Por qué?¿Por qué Alba?- me reprochó mi hermana, yo estaba muy enfadada.
-¡Por qué me he enamorado de ella hasta los huesos!- grité con furia.

Mi hermana se quedó quieta, su expresión era de tranquilidad y rendición, se fue por la puerta y cerró.
Me acerqué a la puerta y me deslicé con la espalda pegada por ella hasta el suelo.
-me he enamorado de ella ..-lloraba por todo, por la impotencia de la situación.

NATALIA POV

Sabía que Mikel lo sabía, sabía que me veía con Alba y sé que hay posibilidades de que se chive, después de ver al doctor me puso una especie de vendaje en el hombro, el comandante me llamó.

Aparecí por su puerta y el tenía vendada la pierna y un brazo.
-Natalia Lacunza- se empezó a reír, me daba tanto asco este señor- bienvenida.
-¿Qué desea comandante?- pregunté
-Darte la enhorabuena, has salvado a mucha gente Natalia- recordé a cuánta había matado y me enfadé, odio la hipocresía y esto era un claro ejemplo.
-¿Por qué no nos dijiste nada?- reproché
-¿Perdona?-
-Sabías que esto iba a pasar, que había guerrilleros asaltando los pueblos de alrededor- me empecé a poner nerviosa.
-Quería poneros a prueba- dijo serio y con una pequeña mueca divertida.
-¿A prueba? ¿A PRUEBA?- me estaba enfadando-
-¿Te molesta?
-CASI MUERO AHÍ PORQUE EL SUBNORMAL DE MI COMANDANTE TIENE LOS HUEVOS MAS PEQUEÑOS QUE UNA CANICA- golpeé la mesa con la mano buena.

El hombre se empezó a reír y la situación me molestaba muchísimo, le odio, le odio mucho, me recuerda tanto a mi padre, pero no lo entendía si lo sabía ¿Por qué se la jugó a ir? A él también le han dado.
-Gracias por tu visita Natalia, tómate varios días libres- me dijo con su asquerosa sonrisa.
Salí de allí con un portazo, no me tomaban enserio, esto es increíble.

Me tumbé en la cama y a los minutos apareció Mikel golpeando la puerta para pasar.
-Pasa- dije seria.
-¿cómo estás?- se apoyó en el mueble mirándome.
-Hasta el coño estoy- dije enfadada
-respecto a lo de la rubia...- me giré para mirarle.
-si vas a decírselo al comandante avísame y me pego un tiro antes de que lo haga él- afirmé seria.
-no se lo voy a decir- suspiró- pero la excusa de que yo te he curado la parte de atrás del hombro no sé si se lo va a creer el doctor.
-mira Mikel, estoy hasta el coño, odio todo, el mundo, mi vida, y ojalá esa bala me hubiese dado en el pecho- dije empezando a sollozar- Odio todo...

Mikel se acercó a la cama y se sentó a mi lado.
-es una putada Natalia, pero debes alejarte de ella o te darán un tiro de verdad-
-es la única que hace que no me quiera pegar un tiro Mikel, los demás me dais igual- me giré mirando a la pared.
-el día que estabas con ella que la pegaste estabais...
-vete por favor- dije sollozando.
-perdona
-¡qué te pires coño!- me levanté con rabia y le empujé fuera de mi habitación me tumbé en la cama y empecé a pegar puñetazos de impotencia a la almohada.

Quiero que se acabe todo, estoy arta de tener que esconderme, de matar a personas, de no poder amar a quien me dé la gana, a llevar un arma 24 horas y que no me tomen enserio por el mero hecho de ser mujer.

Quiero ver a Alba, saber qué pasa por su cabeza, joder no paro de pensar en ella cuando estuve en la cabaña con ella estaba despierta cuando me dio el beso en la mejilla, sé que se fue con su hermana, Marina creo que se llama, sé que la van a juzgar igual que a mí, me estoy empezando a dar cuenta de que sí, estoy enamorada de esa chica, sus ojos, sus expresiones, sus besos... estoy cansada de todo esto, muy cansada, y sé que ahora viene lo peor, en unos días empieza el invierno y sé que yo estaré bien, tengo agua caliente comida y todo lo que quiera, pero Alba no, y no quiero que sufra por la culpa de mi padre y de mi madre, los principales culpables de la situación de este país.

La Guerra // ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora