21. Ciudad

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NATALIA POV

Notaba sus labios húmedos en mi cuello, sus besos, sus susurros provocadores que con esa voz tan sensual me encendían.
-Alba...- jadeo una vez más- te necesito.
Notaba mi entre pierna húmeda por culpa de las provocaciones de Alba y supe que iba a hacerlo, estamos fatal.

Me miró intensamente y llevó su mano de golpe a mi entrepierna dándome un susto y solté un suspiro a la vez, vi como desabrochaba mi pantalón militar y como subía para quedarse a mi altura.
-Bésame Nat...- me susurró y no tardé en capturar sus labios, estaba muy cachonda, y no podía parar, noté como Alba metía su mano por mi pantalón y por debajo de mi braga- estás mojadísima...
-Alba te necesito ya...- la agarré del culo haciendo que su mano se viera aplastada y rozase mi zona.
-Oh..- gemí en su boca.

Empezó a realizar pequeños movimientos circulares en mi clítoris, cambiando de ritmo muchas veces, volviéndome loca, metió dos de sus dedos sin previo aviso y gemí en sus besos, la agarré del culo más fuerte y ella empezó a penetrarme cada vez a más velocidad, empecé a mover mi cadera para notar más su roce, estaba ida, no tenía control sobre mi cuerpo.
-vamos Nat...- susurró contra mis labios y metió otro dedo.
-Ah...- gemí en su cuello mientras movía mi cadera al mismo compás que sus dedos, empezó a acelerar el ritmo y ya se me iba la cabeza, notaba el orgasmo llegar, demasiado rápido, Alba me estaba volviendo loca.
-más más- exigí contra sus labios, y ella movía su cadera contra mi provocando miles de descargas eléctricas.

Notaba como perdía el control de mi cuerpo, como el vaivén de sus dedos provocaban miles de sensaciones dentro de mí, la besaba fogosamente para lidiar con mi lujuria.
-me co..corro- dije contra sus labios mientras movía mi cadera contra sus dedos.
-mírame Nat, mírame mientras te corres- me dijo cogiendo mi cara con la mano que tenía libre y fijando su mirada en mí, la miraba pidiendo clemencia, me iba a matar de placer, noté un tembleque general y agaché mi cabeza de nuevo, liberada, extasiada de placer.

-me encantas- dijo sacando su mano de dentro de mí, abrochando el pantalón de nuevo y limpiándose la mano con un pañuelo.
-joder Alba...eres increíble- logré decir todavía con torpeza debido al sexo.
-la práctica hace la experiencia- dijo tan tranquila acurrucando su cabeza a mi pecho.
-es la primera vez que lo hago con una chica- confesé, Alba me miró extrañada.
-¿Enserio? ¿Soy la primera afortunada?- dijo riendo.
-y espero que la última- la miré y sonreímos las dos.
-¿sabes que?- preguntó de nuevo.
-mmhmm-
-esto lo podríamos añadir a la lista de sitios cutres donde follar- solté una carcajada y la abracé fuerte.
-Te juro que será la última vez que follemos así- le acaricio la mejilla- la próxima vez quiero hacerte el amor Alba
-suena bien- me dio un beso corto en los labios y se tumbó de nuevo.

Pasaron varios minutos y según se me bajaba el calentón empezaba a tener frío, se me ocurrió una idea.
-¿Tienes frío?- la pregunté, ella asintió con la cabeza- levanta un segundo.
Se levantó extrañada y me desabroché la enorme cazadora.
-abrázame ahora- ella se tumbó boca abajo en mi pecho y abroché la cremallera hasta sus orejas para que pudiera respirar.
-estás calentita- me dijo colocando sus manos a mis costados por debajo de la cazadora- es una ideaza.
-a veces también pienso las cosas- dije riéndome, entonces me callé y noté como la respiración de Alba se hacía más pesada, se había dormido.

Yo no tenía intención de dormir, si pasaba algo tenía que estar alerta, además, no la iba a dejar dormir mucho, 3 horas como máximo, ya descansaría en la ciudad.
Miraba hacia los lados fijándome en el mini muro de nieve que hizo Alba y en como estaba durmiendo conmigo, llevaba el gorro que se le cayó que la tapaba esas mini orejitas y todo el torso estaba conmigo, la cubría hasta el culo mi cazadora.

Estuve planeando que iba a hacer durante varias horas para distraerme hasta que un ruido me sacó de mis pensamientos, escuché atentamente y miré a las mochilas, estaban encima de nosotras colgadas de la rama del árbol, escuché varios gruñidos y me asusté, para que mentir.

Intenté alcanzar el bolsillo de mi pantalón militar y saqué una pistola, me había traído un arma por si pasaba algo, espero que Alba no se asuste.
Le quité el pestillo del seguro y Alba se movió por el sonido de este, levantó la cabeza y al verme puso cara de susto pero le tapé la boca para que no diga nada con mi mano libre, después de que se tranquilizara unos segundos empecé a desabrochar la cazadora y me incorporé un poco, los gruñidos estaban cerca y me daba un poco de miedo la verdad.

Me incorporé sin Alba encima de mí pero a mi lado y lo vi, un par de jabalís a escasos metros de nosotras, les apunté con el arma.
-No- susurró Alba agarrando mi chaqueta- no es necesario.
La miré confusa y vi como los animales desaparecían entre varios árboles y arbustos, suspiré aliviada.
-venga levanta vamos a seguir caminando- le di un beso en la frente y se levantó.

Anduvimos un rato con nuestras mochilas, estábamos al lado la una de la otra.
-¿Por qué llevas un arma?- me preguntó Alba por fin.

ALBA POV

No es que me diera miedo que llevase un arma, no me molestaba, sabía que las controlaba y de algún modo me daba seguridad.
-Necesitaba asegurarme de que nada me impediría llegar a la ciudad- me sonrió y le devolví la sonrisa- ¿Estás enfadada?
Negué con la cabeza y metí una de mis manos en uno de sus bolsillos y entrelacé mis dedos con los suyos.

Caminamos durante un buen rato, me atrevería a decir que unas 4 horas, empezaba a salir el sol por detrás de las montañas y el cielo se volvía cada vez más clarito.
Después de un par de minutos me fijé en Natalia y en nuestras manos entrelazadas en su cazadora durante horas.
-¡si!- gritó mirándome- ¡ya casi estamos!

Desvié mi mirada al frente y podía ver muchos edificios y humo proveniente de fábricas, estábamos llegando, sanas y salvas, quien lo iba a decir que me iba a "fugar" de mi casa con la hija del general y encima íbamos a...ya sabéis, esas cosas...

Llegamos a lo que parecía la entrada de la ciudad y Natalia me soltó la mano.
-No podemos estar así en la ciudad ¿vale?- me abrazó fuerte poniéndose a mi altura- no te enfades.
Sabía que no se podía, dos personas de un mismo sexo no se podían amar, era alguna ley de estas absurdas que ponía el gobierno por miedo a lo diferente.

Caminé a su lado entre la gente y sentí miedo, es la primera vez que veo tanta gente y tan diferente, todos iban con enormes cazadoras y andaban deprisa, pasaban camiones llenos de militares por casi todas las calles y me aterraba, Natalia me miró.
-Tranquila ya queda poco- me dijo sonriente.

Me llevó a una especie de barrio al lado de una plaza enorme, me imagino que el centro de la ciudad, caminamos por unas calles bastante destrozadas, sucias, y nos colamos en un callejón, Natalia andaba decidida, sabía dónde iba y yo confiaba en ella, si me quisiera hacer algo, ya lo habría hecho.

Llegamos a una puerta de un edificio en una calle sin salida.
-ya estamos- me cogió la mano de nuevo para mi sorpresa y entramos.

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Qué será el sitio donde la ha traído a Alba??? Hagan sus apuestas a ver por dónde creéis que va la cosa.

Gracias a todas las personas que votais, compartís y comentáis cada capítulo, me llena de felicidad leeros, os lo juro.
Os quiero!!! 🤘♥

La Guerra // ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora