Capítulo 7: Las tres preguntas

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      Las tres preguntas

Me encontraba en una habítación con Ian, el nieto de la abuela loca.

El abrazo duró 10 segundos, no separamos e Ian estaba a punto de besarme.

¿Cómo soy sutil y le digo que aleje su boca sucia de mi?

- Lo siento -dije esquivándo-, solo quería venir a pedir disculpas por el malentendido, no planeo algo entre nosotros, si puedes despídeme de Matt, adiós.

La situación es la siguiente: Ew.

Ian no me caía —no me cae—. Pero había ocurrido una situación incómoda conmigo, Matt y él en el corto plazo que llevábamos en la casa, así que había subido a pedir disculpas.

Le doy la espalda y me dirijo a mi habitación que tan solo estaba a unos pocos pasos ya que queda al lado, abro la puerta despacio y me encuentro con un Carl ya dormido.

Definitivamente yo no me veo así cuando duermo. ¿Cómo lo hace?

Me dirijo al baño para ponerme el pijama y cepillar mis dientes y cabello, cuando salgo me tumbo en la cama e inmediatamente caigo dormida.

— ¡Buenos días!

Abro los ojos de golpe, Thomas estaba ahí parado. Miro a mi derecha donde se sitúa un reloj: cuatro de la madrugada. Coloco mi deddo índice junto a mis labios en señal de silencio al ver que el chico a mi lado sigue dormido.

— ¿Qué sucede?

- ¿Puedo dormir con tigo?, Daryl ronca muy fuerte.

— Bien —sonrío y le hago un espacio en medio—. Hasta más tarde.

— Hasta más tarde. —dice entre un bostezo y vuelvo a dormir.

( ... )

— Se ven bastante lindos.

— Me gustaría tener una cámara.

— ¿Y si los despertamos?

— No, mejor dejarlos dormir.

Estaba aún con los ojos cerrados y se escuchaban voces, decido ignorarlas ya que podrian venir de afuera o abajo, pero luego me doy cuenta que suenan muy cerca. Decido despertar para poder ver a qué cercanía están las personas que parlotean, pero los ojos me pesan mucho.

— Se está despertando.

— Les dije que hagan silencio.

— Vamos antes de que despierte por completo.

— Pero..

— ¡Vamos! —escucho cerrar la puerta.

Entonces... A la de tres.

Uno, dos, ¡tr-

Abrí bien los ojos, la luz me segaba y no me adaptaba muy bien, los entrecerré un poco y cuando sentí la luz adaptarse a mi vista los abrí como antes, miré a Thomas y Carl, seguian dormidos, me levanté cuidadosamente para no despertarlos, mire el reloj, 6:05 a.m., caminé por los pasillos y no había nadie, seguro estaban abajo o  en sus habitaciones, fuí escalones abajo y estaban casi todos, salvo por Carl, Thomas, Ian y la sra. Bee. Había una voz varonil y dos femeninas, probablemente de Sam o Matt y las voces femeninas serian de Caroline y Michonne.

— Buenos días. —digo para todos soltando un bostezo.

— Buenos días. —contestan al unismo varias personas, siendo contagiadas por mi bostezo.

— ¿Alguno de ustedes ha estado por la habitación? —pregunto, dándome cuenta que eran Sam, Michonne y Caroline. Caroline golpea a Sam en el brazo por ser el delator— Bien, voy a volver a la habitación, si deciden hacer algo ¿me avisan? —Michonne me da el visto bueno.

Voy escalones arriba topándome con Thomas quien va en sentido contrario. Al estar frente la puestra y abrirla me encuentro con Carl acomodándose su sombrero de sheriff.

— Hola —suelta con voz de recién levantado, poniendo ahora un arma en su cinturón—. ¿Sabes si ya todos despiertos?

— Faltan la señora Bee e Ian.

— ¿Hay algo que hacer?

— No, si lo hay vendrán ha avisarnos.

— ¿Y qué hacemos mientras tanto?

- Podríamos jugar algo.

— ¿Como qué? —me pongo a pensar.

— No lo sé, en primara siempre hacíamos este juego de las tres preguntas, puedes preguntar lo que quieras pero no puedes pasarte de tres, ¿qué dices? —asiente.

— Me acuerdo. ¿Quién comienza?

— Tú. —me paro a su costado, recostándonos en la mini pared que hay al final de la cama.

— Bien —se pone pensante—. ¿Cómo aprendiste a usar tu ballesta?

— Mi mamá tenía una guardada en un almacén que usabamos para guardar sus pinturas entre otras cosas. Cuando la vi estaba como nueva y no sabía qué era, me llamó bastante la atención así que le pregunté a mi mamá si podía usarla. Me dijo que sí pero que tenía que ingeniármelas porque ella casi no tenía ni idea. Así que luego todo fue producto de internet y mi aburrimiento, porque era cuando más la usaba. De todas formas al inicio era demasiado difícil por la fuerza que se necesita. ¿Sabes cazar?

- No mucho, pero aprendí a cazar ranas -lo miré con cara confusa- me enseñó Shane -prosiguió- era amigo de mi papá, ellos eran policias antes de esto y el me enseñó unos dias después de que esto comenzara, acampabamos cerca de un lago. -asentí.

— Bueno —¿qué más le pregunto?—. ¿Te gusta alguien? —solté la típica, aunque carecía de sentido porque ya no estábamos en un aula y la verdas sus opciones se limitaban a... bueno puede que hayan chicas de su edad en su grupo. La habitación se queda en silencio—. ¿Carl?

— Puede ser —me mira cómplice—. ¿Quién te gusta? —suelta rápidamente, lo medito unos instantes y entreabro los labios para responder.

Pero alguien incesantemente toca la puerta, Carl me mira en señal de "ignorara y responde", pero seguían tocando la puerta fuerte y desesperadamente. Él se para un tanto molesto y abrie la puerta.

— ¿Qué? —pregunta en tono seco y amargo, la otra persona me mira y al ver que Carl estaba molesto se limita a preguntar.

- ¿Interrumpí algo importante?

Neh.

¿Dixon?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora