Capítulo 27: Mejor amiga.

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Mejor amiga.

La puerta se abrió y el sonido de algo impactando con el suelo hizo que nos volteármos, encontrándonos con Daryl maldiciendo en voz baja.

- Estaba caminando y -se iba poniendo de pie-, creo que tropecé con alguna cosa, lo siento si interrumpí algo.

Claro que lo sientes.

Ya no podrás escuchar mas.

- Diciendo la verdad ¿por qué estabas escuchando afuera? -pregunté con los brazos cruzados y una sonrisa de lado, haber que responde.

- Ya te dije que me tropecé y como la puerta estaba junta, caí. -enarqué una ceja y lo miré burlona.

De cierta forma no mentía, es obvio que si se tropezó.

- Se que te caiste, pero fué por tener la oreja pegada a la puerta, ni se te ocurra decir que no. -estaba a punto de protestastar pero lo irrumpí- ¿Ya es tu turno? -asintió de mala gana- Bien, supongo que ya tienen de que hablar. -su cara dió un radical cambio cuando sonrió, pero no fué una sonrisa de alegría, mas bien era de burla, decidí ignoralo.

- ¿Vas a ir con Carl? -preguntó cuando pasé por su lado, con un tono de padre sobreprotector, pero al mismo tiempo de, burla.

- ¿Por qué?

- No me gusta que estés cerca, pero su cabello -rió-, supongo que va a necesitar ayuda.

- Si te sigues riendo te va a pasar algo peor... -soltó una carcajada y me obligué a callar.

- Tonterias. -puse lo ojos en blanco.

- No se como lo soportas, Beth. -ella sonrió y Daryl recuperó la compostura.

- ¡Eh! -se quejó y puso una pose de diva, mas bien, de pingüino, nada similar a lo que es Daryl Dixon-, soy muy gracioso y más respeto que soy tu padre. -sonreí de lado, idiota, pero así lo quiero, me despedí con la mano y me fuí a seguir durmiendo, tenía que pasar por la sala de espera, había un sillón, pero no entraba y me daba pereza juntarlo con el otro, como el sueño me venció, me acosté en alguna parte, para ser más específicos, en el suelo, ¿qué?, era amplio y estaba frío.

El ruido de algo crugir con el piso hizo que me removiera, seguía crugiendo algo y me tapé los oidos para seguir durmiendo, el crugido se volvió mas bajo y escuché una risita, supongo que por mi posición, parecía un feto con ambas manos en los oidos, fuí cargada, abrí los ojos y veia todo chispeado, todavía no me adaptaba a la luz, cuando mi vista se regularizó, ví a Carl con una sonrisa de oreja a oreja.

- Estaba juntado los muebles para acostarte, pero creo que hice ruido, ¿te desperté? -preguntó andando conmigo como si pesara como una pluma.

Si Carl, me despertaste.

- No, ya estaba a punto de pararme -sonreí-. ¿A dónde se supone que vamos?

- Pensaba en llevarte a tu habitación o acostarte en los sofás, pero como ya despertaste, solo estoy caminando, ¿conoces algún lugar? -pensé.

- La terraza y el asensor.

- ¿Cuál te gusta mas? -me encogí de hombros.

- Ambos. -asintió.

Como ya estaba anocheciendo, Carl prefirió la terraza, gracias a la altura en la que estábamos, no se escucharian los gruñidos o por lo menos, no se escucharian tanto.

- Ya puedes bajar. -susurró en mi oido haciendo que me estremeciera, maldito, sabía que lo estaba haciendo a propósito.

- Gracias. -musité de igual manera en su oido y bajé, Carl sonrió y se acosó en el piso, imité su acción.

¿Dixon?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora