¿Dixon?

Capítulo 36: No se si consideralo un día bueno o malo...

No se si consideralo un día bueno o malo...

Pero lo siguiente en abrirse, no había sido la cabeza de Nicholas.

Por desgracia.

Glenn sostuvo su rifle y golpeó con desgano la puerta hasta que ambos pudiéramos salir.

La imagen de Noah pegado a la puerta, gritando, desangrándose y con partes siendo arrancadas de su cuerpo me había dejado choqueada y al parecer a Glenn mucho más.

Choqueada, triste, culpable...

— ¿Estás bien? —Glenn me miró aturdido.

Sigo mareada, tengo zumbidos en ambos oídos, acaban de matar a uno de los nuestros, Tara posiblemente ha sido abandonada y esté muerta o en una especie de coma, Nicholas está vivo y me pateó en el estómago, físicamente podría desmayarme, tengo ganas de vomitar y no he comido nada...

— Creo que no es necesario hacer esa pregunta —miré al suelo pero volví a alzar la mirada—. Será mejor que alcancemos a Nicholas antes de que también ataque a Eugene.

Sin decir ni emitir ningún sonido, Glenn se echó a correr, yo le seguí a duras penas, intentando no caerme mientras le seguía el paso.

Y luego ahí estábamos, yo parada al lado de la Van y Glenn golpeando a Nicholas.

Ojalá tuviera las fuerzas para también golpearlo.

— Ayúdame a meterlo atrás. —le dijo a Eugene después de dejar inconsciente a Nicholas, desgraciadamente, después de dos golpes. Él pasó sus ojos rápidamente de Glenn y mi.

— ¿Dónde está Noah? —sentí repentinas nauseas, decidí tragármelas y delineé con mi dedo índice derecho la parte baja de ambos ojos para no empezar a lloriquear. Vi a Glenn simplemente sacudir levemente la cabeza para luego ingresar en la Van.

Eugene me abrió la puerta e ingresó a Nicholas, vi a Tara e inmediatamente me metí en la parte trasera de la Van junto a ella, volteé a ver a Eugene que estaba subiendo a Nicholas.

Intenté hacer una mueca en forma de sonrisa al ver que Tara no había sido abandonada, pero me salió un sollozo.

Eugene cerró las puertas y se sentó adelante, al lado de Glenn, pero mirando hacia atrás. Bajé mi mirada un instante, mi vista se había regularizado por el momento, pero seguía sintiendo punzadas en la cabeza. Me topé con un cuaderno y lo alcé.

Era de Noah, al parecer.

Tiene la tapa negra y está abierto, solo tenía que alzar el cobertor un poco más para poder ver lo que decía en la primera cara:

«Este es el comienzo.»

Y después de eso ya no había nada más escrito, ni en esa página, ni en las demás.

Junto la tapa del cuadernillo y le coloco su tira de elástico que lo mantiene cerrado, lo dejo a un lado y me tiendo en el espacio que hay al lado de Tara para cerrar los ojos y descansar en lo que queda del trayecto, cosa para nada difícil después de este día completamente horrible y agotador.

Noah...

Abrí los ojos con bastante pereza, lo primero que veo al despertar es un techo con un foco con luz regular y para nada matadora, me sacudo un poco en mi lugar y compruebo que estoy en algo más cómodo que el suelo.

Entonces... ya no estaba en la Van.

¿Dónde carajos estoy?

No quería pararme, así que me limité a girar mi cabeza, primero a la izquierda: donde había una mesita de metal, supongo, que contenía bastantes elementos médicos, si así se podría decirle. Luego giré la cabeza hacia mi derecha y casi pego un brinco, Tara estaba ahí.